El Betis decente del primer tiempo describe un ejercicio de impotencia tras el descanso · Los cambios de Mel, sin resultado
Samuel Silva | Actualizado 28.10.2011 - 06:55
Aseguró Mel en la previa que su Betis no cambiaría de sistema pero sí de táctica -no se sabe si queriendo aleccionar a los periodistas-, pero lo que se vio en Cornellà fue un equipo que dio un paso atrás, que intentó juntar las líneas para cerrar las vías de agua que se le han visto desde que comenzó la temporada, incluso cuando ganaba, y que acabó desnaturalizado hasta la impotencia. Si el Betis del primer tiempo, con el 4-3-3 de siempre, mantuvo la cohesión e incluso se estiró una vez que se asentó en el campo, el que compareció tras el descanso, más parecido a un 4-1-4-1, describió un ejercicio de impotencia que nunca inquietó la meta espanyolista.
Los cambios realizados por Mel, tanto en la alineación como en el transcurso del encuentro, sólo sirvieron para acentuar esa versión defensiva del Betis, alejada de lo que se ha pregonado en multitud de ocasiones. Si el técnico y su equipo presumieron de algo fue de personalidad y sello, dos cosas que ayer, por la inquietante racha de derrotas, quedaron en el olvido.
Defensa
Es complicado que este Betis realice un ejercicio excelso de la defensa, pero salvando los minutos iniciales, con las líneas más juntas y un centro del campo más aplicado, sólo algún error puntual de Ustaritz o del espacio entre los centrales, le creó apuros en el primer tiempo. El panorama cambió radicalmente después. Sólo el desacierto de Álvaro Vázquez impidió que el Espanyol se adelantase antes, pero Pandiani, sin marca alguna, sentenció al Betis en la primera ocasión de la que dispuso, con una zaga que olvidó defender al espacio.
Ataque
La timidez del arranque no desembocó en un Betis rácano, sino que con la movilidad de Juanma y Rubén Castro, que se intercambiaron las bandas, y las llegadas de Cañas o Beñat inquietaron a Cristian. Pero el Betis del segundo tiempo casi ni llegó a puerta, antes y después del gol espanyolista, con un Rubén Castro que corrió hacia la nada.
Virtudes
La actitud, el no bajar los brazos pese a las dificultades.
Talón de aquiles
El Betis no sabe defender, por más que se retrase y acabó pagando tras el descanso su escasa ambición.
Fuente: http://www.diariodesevilla.es/articl...e/pregona.html
Samuel Silva | Actualizado 28.10.2011 - 06:55
Aseguró Mel en la previa que su Betis no cambiaría de sistema pero sí de táctica -no se sabe si queriendo aleccionar a los periodistas-, pero lo que se vio en Cornellà fue un equipo que dio un paso atrás, que intentó juntar las líneas para cerrar las vías de agua que se le han visto desde que comenzó la temporada, incluso cuando ganaba, y que acabó desnaturalizado hasta la impotencia. Si el Betis del primer tiempo, con el 4-3-3 de siempre, mantuvo la cohesión e incluso se estiró una vez que se asentó en el campo, el que compareció tras el descanso, más parecido a un 4-1-4-1, describió un ejercicio de impotencia que nunca inquietó la meta espanyolista.
Los cambios realizados por Mel, tanto en la alineación como en el transcurso del encuentro, sólo sirvieron para acentuar esa versión defensiva del Betis, alejada de lo que se ha pregonado en multitud de ocasiones. Si el técnico y su equipo presumieron de algo fue de personalidad y sello, dos cosas que ayer, por la inquietante racha de derrotas, quedaron en el olvido.
Defensa
Es complicado que este Betis realice un ejercicio excelso de la defensa, pero salvando los minutos iniciales, con las líneas más juntas y un centro del campo más aplicado, sólo algún error puntual de Ustaritz o del espacio entre los centrales, le creó apuros en el primer tiempo. El panorama cambió radicalmente después. Sólo el desacierto de Álvaro Vázquez impidió que el Espanyol se adelantase antes, pero Pandiani, sin marca alguna, sentenció al Betis en la primera ocasión de la que dispuso, con una zaga que olvidó defender al espacio.
Ataque
La timidez del arranque no desembocó en un Betis rácano, sino que con la movilidad de Juanma y Rubén Castro, que se intercambiaron las bandas, y las llegadas de Cañas o Beñat inquietaron a Cristian. Pero el Betis del segundo tiempo casi ni llegó a puerta, antes y después del gol espanyolista, con un Rubén Castro que corrió hacia la nada.
Virtudes
La actitud, el no bajar los brazos pese a las dificultades.
Talón de aquiles
El Betis no sabe defender, por más que se retrase y acabó pagando tras el descanso su escasa ambición.
Fuente: http://www.diariodesevilla.es/articl...e/pregona.html
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