Ante Rafael Gordillo se despliega una parte del Archivo de ABC. Flashes de su vida. Desde un bautizo familiar hasta los homenajes que recibía cada vez que volvía a Sevilla. Es la selección de sus años en el Real Madrid. Porque Gordillo nunca se fue del todo y sabía que volvería: primero como jugador, luego como delegado y más tarde de presidente. Ahora se encarga de las relaciones institucionales y así irá el sábado al Bernabéu. La tercera vez que lo hace tras no ser convocado y verlo desde la grada en el 95 y estar en el palco con el Écija en la Copa. Pero será especial. Presumirá de Betis en una casa que le impresionó al llegar y de la que guarda tantos recuerdos como los que desempolva junto con ABC en estas líneas. Y hay más.
Filosofía
«Con lo que voy a contar se ve perfectamente cómo es el Madrid. Nada más llegar lo primero que te dicen es que tu cometido es entrenar, jugar y ganar. Sobre todo, ganar. Eso te lo meten en la cabeza rápidamente. Yo me había venido a Sevilla unos días en Talgo (si hubiera habido AVE habría estado más días en Sevilla porque el trayecto entonces duraba seis horas y el avión no me gusta ahora ni me gustaba entonces) y volví a Madrid con mi familia. Venía mi suegra mala en el tren pero no decía nada. Era algo del corazón. Llegamos de noche a casa y fue entonces cuando dio la cara. Con mi mujer y mi padre fuimos a Puerta del Hierro, cerca de donde vivía, y quedó ingresada allí. Al día siguiente fui a entrenar y vino don Manuel Fernández Trigo, gerente del club, para llamarme al orden. “¡Que sea la última vez! ¿Cómo es que no has llamado al club?”. Me echó una bronca fuerte. Me quedé sorprendido porque entendía que se preocuparan por mí, pero no de mi familia. A mi suegra la pusieron en manos del doctor Ruano. Y tenían que ir a la Fraternidad todos los meses no sólo mi suegra, sino mi madre también. En el Madrid no te falta nada. Sólo tienes que jugar y dar el do de pecho, morir por el equipo».
Espíritu ganador
«El día que perdimos en la ida contra el Borussia de Mönchengladbach (5-1) también me di cuenta lo que era el Madrid. Metí el gol y me expulsaron. Se me cayó el mundo encima. Era la primera vez en mi vida. Estaba hundido y pensaba “a los alemanes estos, ¿quién le va a ganar ahora?”. En el vestuario estábamos fatal, pero entraron Camacho y Juanito gritando: “¿Qué hacéis? ¡A estos los matamos en el Bernabéu! ¡Les vamos a meter seis!». Los conocía de la selección y sabía cómo eran. En el partido de vuelta, en el Bernabéu, estábamos en el pasillo hacia el césped y ahí hay una reja para separar a los dos equipos. Yo estaba de paisano y había tenido que pagar 300.000 pesetas por la expulsión. Juanito y Camacho ya les estaban diciendo de todo a los alemanes. Salieron y ganaron 4-0. Se los comieron».
El cambio de Sevilla a Madrid
«Lo pasé fatal. A los tres meses todavía no estaba ubicado, no tenía casa. Ahí empezó a apretar el club y me tuvieron que ayudar mis compañeros a encontrar casa. Entre ellos, Ricardo Gallego. Le dije a don Manuel Fernández Trigo que estaba fatal, que me iba para Sevilla porque yo no estaba acostumbrado a eso. No había salido nunca de Sevilla, veía muy poco a mis niños y o me situaba o me piraba. Me daba igual. Me tranquilizó y encontré casa. ¿Si las cosas fueron mejor? No, no. Tenía a mi familia, pero Sevilla tiraba mucho: Feria, Semana Santa... Toda la vida aquí. ¿Lo de la Cruzcampo? Hombre, es un poco mito. Me hizo una entrevista José Manuel García y me preguntó qué echaba de menos de Sevilla. Y le dije, “mi familia, mis hermanos, mis amigos y la Cruzcampo”. Me salió así. Entonces la Cruzcampo me dio el templete y todo. Ahora es Coca-Cola Light».
De morado en el once del Betis
«Eso fue una estrategia de Antolín (Ortega) y todos esos. Habíamos estado juntos diez días atrás... Por desgracia me toca Betis-Madrid en el primer partido de Liga. Eso era matarte. El peor partido de mi vida. Hacía mucho tiempo que no jugaba tan mal. Había crispación conmigo porque se había contado que me había ido al Madrid por dinero. Era mentira y no me podía defender porque estaba en Madrid. Me vendieron porque habían avalado personalmente y debían ese dinero. Yo iba libre y el Madrid le pagó al Betis sin tener que hacerlo, porque si no le pagaba al Betis, yo no iba. Cuando llego a ese partido salgo al campo con el Madrid y me llaman para hacerme una foto con ellos. En el centro. La tengo en grande en mi casa. Salgo con esa camiseta morada-lila que es de las más feas del mundo. Rara. Entonces el campo empieza a corear mi nombre. Imagínese lo que podía sentir a la vera de mis compañeros y en mi casa porque me había ido hacía diez días de allí... Jugué fatal. No sabía si echársela a los de las rayas o a los de morado. Horroroso. Después sí he jugado bien contra el Betis. Le he metido dos goles, pero me quedaba muerto. Me debía al Madrid y no podía fallar pero los colores ahí están. Lo que sentía yo por el Betis era como para saltar de alegría. Imposible. Yo ni me movía».
La tentación en la selección
«He sido más veces internacional con el Betis que con el Madrid. Con 28 años no quería ir al Madrid porque tenía tres hijos y del Madrid ya lo sabía todo gracias a los compañeros de selección. No era la primera vez que me querían, quizás incluso ese año ni siquiera venían por mí. En los seis años anteriores tanteaban siempre al Betis. Con 28 años ya pensaba en quedarme en el Betis. En la selección Juanito, Camacho y Santillana siempre me decían “a ver si te vienes este año”. Yo ya quería quedarme en el Betis hasta los 33-34 años y retirarme con mi equipo. Pero pasó lo que pasó y me tuvieron que vender por fuerza. De los siete años que estuve allí no me arrepiento de nada oprque he disfrutado, he ganado títulos y es un equipo de señorío. Desde los porteros del Bernabéu hasta Mendoza y todos los compañeros que he tenido».
Amigos
«Vivía en Majadahonda y me juntaba con Míchel, Gallego... Y Camacho, aunque su casa estaba más lejos. Se hablaba mucho de “la cocina”. Nos hemos dicho muchas cosas a la cara y no salía nada a la Prensa. Cualquier problema lo solucionábamos allí, en “la cocina”. Eso nos vino muy bien porque si había crispación se arreglaba entre todos. Había un gran compañerismo».
"El césped del Bernabéu cansa"
Ha jugado muchísimos partidos disfrutando del ambiente a favor del Bernabéu, un campo de remontadas y gestas increíbles, pero también lo ha vivido como rival, como lo hará su equipo el sábado, cargado de ilusión: «Para el visitante el Bernabéu es horroroso. Pesa tela. Cansa mucho el césped de ese campo. Parece más grande de lo normal. Hay mucha presión cuando juegas allí, pero el Betis ha sacado buenos resultados en ese campo. Con nuestra manera de jugar le podemos hacer daño y esperemos que nos salga un buen partido y que ellos ese día estén un poquito peor. Muchas veces se tienen que dar esas combinaciones. Si ellos andan mal y fallan, mejor. Es complicado porque vamos a un campo en el que cuando haces cuentas estos tres puntos andan en el aire y si sacamos algo, te lo encuentras. Estos chavales van con toda la ilusión a hacer un gran partido allí».
http://www.alfinaldelapalmera.com/no...bre-verde.html
Filosofía
«Con lo que voy a contar se ve perfectamente cómo es el Madrid. Nada más llegar lo primero que te dicen es que tu cometido es entrenar, jugar y ganar. Sobre todo, ganar. Eso te lo meten en la cabeza rápidamente. Yo me había venido a Sevilla unos días en Talgo (si hubiera habido AVE habría estado más días en Sevilla porque el trayecto entonces duraba seis horas y el avión no me gusta ahora ni me gustaba entonces) y volví a Madrid con mi familia. Venía mi suegra mala en el tren pero no decía nada. Era algo del corazón. Llegamos de noche a casa y fue entonces cuando dio la cara. Con mi mujer y mi padre fuimos a Puerta del Hierro, cerca de donde vivía, y quedó ingresada allí. Al día siguiente fui a entrenar y vino don Manuel Fernández Trigo, gerente del club, para llamarme al orden. “¡Que sea la última vez! ¿Cómo es que no has llamado al club?”. Me echó una bronca fuerte. Me quedé sorprendido porque entendía que se preocuparan por mí, pero no de mi familia. A mi suegra la pusieron en manos del doctor Ruano. Y tenían que ir a la Fraternidad todos los meses no sólo mi suegra, sino mi madre también. En el Madrid no te falta nada. Sólo tienes que jugar y dar el do de pecho, morir por el equipo».
Espíritu ganador
«El día que perdimos en la ida contra el Borussia de Mönchengladbach (5-1) también me di cuenta lo que era el Madrid. Metí el gol y me expulsaron. Se me cayó el mundo encima. Era la primera vez en mi vida. Estaba hundido y pensaba “a los alemanes estos, ¿quién le va a ganar ahora?”. En el vestuario estábamos fatal, pero entraron Camacho y Juanito gritando: “¿Qué hacéis? ¡A estos los matamos en el Bernabéu! ¡Les vamos a meter seis!». Los conocía de la selección y sabía cómo eran. En el partido de vuelta, en el Bernabéu, estábamos en el pasillo hacia el césped y ahí hay una reja para separar a los dos equipos. Yo estaba de paisano y había tenido que pagar 300.000 pesetas por la expulsión. Juanito y Camacho ya les estaban diciendo de todo a los alemanes. Salieron y ganaron 4-0. Se los comieron».
El cambio de Sevilla a Madrid
«Lo pasé fatal. A los tres meses todavía no estaba ubicado, no tenía casa. Ahí empezó a apretar el club y me tuvieron que ayudar mis compañeros a encontrar casa. Entre ellos, Ricardo Gallego. Le dije a don Manuel Fernández Trigo que estaba fatal, que me iba para Sevilla porque yo no estaba acostumbrado a eso. No había salido nunca de Sevilla, veía muy poco a mis niños y o me situaba o me piraba. Me daba igual. Me tranquilizó y encontré casa. ¿Si las cosas fueron mejor? No, no. Tenía a mi familia, pero Sevilla tiraba mucho: Feria, Semana Santa... Toda la vida aquí. ¿Lo de la Cruzcampo? Hombre, es un poco mito. Me hizo una entrevista José Manuel García y me preguntó qué echaba de menos de Sevilla. Y le dije, “mi familia, mis hermanos, mis amigos y la Cruzcampo”. Me salió así. Entonces la Cruzcampo me dio el templete y todo. Ahora es Coca-Cola Light».
De morado en el once del Betis
«Eso fue una estrategia de Antolín (Ortega) y todos esos. Habíamos estado juntos diez días atrás... Por desgracia me toca Betis-Madrid en el primer partido de Liga. Eso era matarte. El peor partido de mi vida. Hacía mucho tiempo que no jugaba tan mal. Había crispación conmigo porque se había contado que me había ido al Madrid por dinero. Era mentira y no me podía defender porque estaba en Madrid. Me vendieron porque habían avalado personalmente y debían ese dinero. Yo iba libre y el Madrid le pagó al Betis sin tener que hacerlo, porque si no le pagaba al Betis, yo no iba. Cuando llego a ese partido salgo al campo con el Madrid y me llaman para hacerme una foto con ellos. En el centro. La tengo en grande en mi casa. Salgo con esa camiseta morada-lila que es de las más feas del mundo. Rara. Entonces el campo empieza a corear mi nombre. Imagínese lo que podía sentir a la vera de mis compañeros y en mi casa porque me había ido hacía diez días de allí... Jugué fatal. No sabía si echársela a los de las rayas o a los de morado. Horroroso. Después sí he jugado bien contra el Betis. Le he metido dos goles, pero me quedaba muerto. Me debía al Madrid y no podía fallar pero los colores ahí están. Lo que sentía yo por el Betis era como para saltar de alegría. Imposible. Yo ni me movía».
La tentación en la selección
«He sido más veces internacional con el Betis que con el Madrid. Con 28 años no quería ir al Madrid porque tenía tres hijos y del Madrid ya lo sabía todo gracias a los compañeros de selección. No era la primera vez que me querían, quizás incluso ese año ni siquiera venían por mí. En los seis años anteriores tanteaban siempre al Betis. Con 28 años ya pensaba en quedarme en el Betis. En la selección Juanito, Camacho y Santillana siempre me decían “a ver si te vienes este año”. Yo ya quería quedarme en el Betis hasta los 33-34 años y retirarme con mi equipo. Pero pasó lo que pasó y me tuvieron que vender por fuerza. De los siete años que estuve allí no me arrepiento de nada oprque he disfrutado, he ganado títulos y es un equipo de señorío. Desde los porteros del Bernabéu hasta Mendoza y todos los compañeros que he tenido».
Amigos
«Vivía en Majadahonda y me juntaba con Míchel, Gallego... Y Camacho, aunque su casa estaba más lejos. Se hablaba mucho de “la cocina”. Nos hemos dicho muchas cosas a la cara y no salía nada a la Prensa. Cualquier problema lo solucionábamos allí, en “la cocina”. Eso nos vino muy bien porque si había crispación se arreglaba entre todos. Había un gran compañerismo».
"El césped del Bernabéu cansa"
Ha jugado muchísimos partidos disfrutando del ambiente a favor del Bernabéu, un campo de remontadas y gestas increíbles, pero también lo ha vivido como rival, como lo hará su equipo el sábado, cargado de ilusión: «Para el visitante el Bernabéu es horroroso. Pesa tela. Cansa mucho el césped de ese campo. Parece más grande de lo normal. Hay mucha presión cuando juegas allí, pero el Betis ha sacado buenos resultados en ese campo. Con nuestra manera de jugar le podemos hacer daño y esperemos que nos salga un buen partido y que ellos ese día estén un poquito peor. Muchas veces se tienen que dar esas combinaciones. Si ellos andan mal y fallan, mejor. Es complicado porque vamos a un campo en el que cuando haces cuentas estos tres puntos andan en el aire y si sacamos algo, te lo encuentras. Estos chavales van con toda la ilusión a hacer un gran partido allí».
http://www.alfinaldelapalmera.com/no...bre-verde.html
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