Vive en un lujoso hotel a 5.150 kilómetros de Sevilla pero ya tiene en mente la búsqueda de una casa para poder trasladarse con su familia. Y es que Emaná se siente tan feliz en Riad que ya piensa en echar raíces: "La ciudad es preciosa y todo son facilidades. Aquí sólo tengo que pensar en jugar al fútbol" porque el Al-Hilal no escatima esfuerzos para hacer sentir a sus extranjeros como en casa.
El camerunés dispone de chófer, asistente y un intérprete en los entrenamientos. Su entrenador Thomas Doll es alemán y tiene un ayudante que traduce sus instrucciones al árabe, idioma mayoritario de la plantilla, el inglés, muy hablado en el país, y el francés para jugadores como Emaná, El Arabi o Hermach, los tres fichajes extranjeros de la temporada.
El estilo de juego de su equipo le gusta. "Hace buen fútbol y la mejor prueba es que el año pasado ganó todos los partidos menos uno que empató". Este año su estrenó se saldó con tablas frente al Al Raded. "Nos faltaban nueve internacionales y jugamos con los más jóvenes, pero cuando esté el bloque al completo pelearemos por todo. Me hace ilusión jugar la Champions asiática". El camerunés asegura que Riad es una ciudad con mucha vida en la que no se siente extraño ni limitado por cuestiones religiosas. Es más, tiene su particular visión sobre el hecho de que las mujeres utilicen el velo y no puedan conducir: "Sus maridos consideran que no deben cansarse y por eso les ponen chófer".
Matices religiosos y culturales al margen, Emaná no añora Sevilla. Aún tiene muy fresca la herida de cómo salió. "Me quisieron dejar como el malo por decir la verdad. Yo sí puedo decir que muero con mis palabras, que cuando digo sí es sí y cuando digo no es no. Otros no pueden".
Emaná se desahoga: "Intentaron hundirme pero no lo consiguieron. Pretendieron que me fuera por la puerta chica pero la afición me sigue queriendo y yo a ella. Siempre tendré al Betis en mi corazón y le deseo lo mejor tanto a mis compañeros como a la grada".
Achille aún no olvida ciertos episodios e intenta justificar por qué no viajó a Gales. "Mel me dijo que no contaba conmigo y que iba a preparar el once del derbi sin mí. Hablé con Stosic en su despacho. Él sabía que yo no iba a volar y aún así salieron a decir delante de las cámaras que me estaban esperando...".
El futbolista está especialmente dolido con el entrenador al que responsabliza de su adiós. "El año pasado decía que era como mi padre pero no se ha comportado como tal". Y añade: "Al principio yo quería quedarme. Dije a la gente de arriba que si me habían mantenido un año en Segunda también podían hacerlo en Primera. Quería seguir un año por lo menos y que me vendiesen mejor el próximo".
Si algo tiene claro es que su venta no fue motivada por los problemas económicos: "Con todo el respeto hacia él, han traido a un jugador caro. Han renovado las oficinas y otras muchas cosas. Cuando Oliver arregló la ciudad deportiva dijeron que era un ladrón y ellos hacen lo mismo cuando no había dinero para pagar a los jugadores", apostilla: "Algún día me gustaría volver al Betis, pero no con esta gente".


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