Tapar el fracaso
David Bernabeu 02/09/2011 02:00
En lugar de recogerse en silencio por el antológico baño a manos de la máquina azulgrana, Fernando Roig, patrón del Villarreal, sólo apuntó a los desequilibrios de la Liga española: "Como esto siga así, matamos al fútbol", espetó el mecenas amarillo. Hace dos temporadas, cuando empató a uno en el Camp Nou, sacó pecho por el resultado y se recreó en los elogios que producía su proyecto.
Entonces, pese a que el Barça se cobró el título endosándole diecisiete puntos de ventaja al tercero y veinte al cuarto, no le pareció una Liga de ****** -con perdón-, como a José María Del Nido. Otro demagogo de los buenos. No hace mucho, cuando en Nervión deliraban con su Sevilla de leyenda, el abogado andaluz lucía el sombrerito de la suerte y proclamaba su gestión como la mejor del continente. Incluso, en un arrebato de desazón, llegó a soltar que Ronaldinho, en pleno reinado del brasileño, no tenía sitio en el Sevilla de Juande Ramos.
Ahora, con el ordenador de Monchi flojeando y herido por sus ridículos consecutivos en Europa -ante Braga y Hannover-, el presidente sevillista cultiva el engaño y culpa sólo al reparto económico de todos sus males. ¿Dónde voló lo que sacó por Reyes, Baptista, Sergio Ramos o Dani Alves? ¿Y en quién invertirá Roig el rédito que deja el adiós de Cazorla?
Deben ser serios y ordenar sus casas, mucho antes que pretender esconder su fracaso a cambio de ensuciar el mérito de un rival de época. El Barça, más que nadie, sabe que el dinero no garantiza el éxito. Se lo gastó todo con Joan Gaspart y no salió de la cueva en cinco años. Lo vital es la gestión y la de Roig, ante las cámaras, estropeó aún más la de su equipo en el campo.
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Otro punto de vista y un poco de leña al caralenteja
David Bernabeu 02/09/2011 02:00
En lugar de recogerse en silencio por el antológico baño a manos de la máquina azulgrana, Fernando Roig, patrón del Villarreal, sólo apuntó a los desequilibrios de la Liga española: "Como esto siga así, matamos al fútbol", espetó el mecenas amarillo. Hace dos temporadas, cuando empató a uno en el Camp Nou, sacó pecho por el resultado y se recreó en los elogios que producía su proyecto.
Entonces, pese a que el Barça se cobró el título endosándole diecisiete puntos de ventaja al tercero y veinte al cuarto, no le pareció una Liga de ****** -con perdón-, como a José María Del Nido. Otro demagogo de los buenos. No hace mucho, cuando en Nervión deliraban con su Sevilla de leyenda, el abogado andaluz lucía el sombrerito de la suerte y proclamaba su gestión como la mejor del continente. Incluso, en un arrebato de desazón, llegó a soltar que Ronaldinho, en pleno reinado del brasileño, no tenía sitio en el Sevilla de Juande Ramos.
Ahora, con el ordenador de Monchi flojeando y herido por sus ridículos consecutivos en Europa -ante Braga y Hannover-, el presidente sevillista cultiva el engaño y culpa sólo al reparto económico de todos sus males. ¿Dónde voló lo que sacó por Reyes, Baptista, Sergio Ramos o Dani Alves? ¿Y en quién invertirá Roig el rédito que deja el adiós de Cazorla?
Deben ser serios y ordenar sus casas, mucho antes que pretender esconder su fracaso a cambio de ensuciar el mérito de un rival de época. El Barça, más que nadie, sabe que el dinero no garantiza el éxito. Se lo gastó todo con Joan Gaspart y no salió de la cueva en cinco años. Lo vital es la gestión y la de Roig, ante las cámaras, estropeó aún más la de su equipo en el campo.
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Otro punto de vista y un poco de leña al caralenteja
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