Pues sí, anda enfadado el entrenador del Betis, y es para estarlo. Resulta que la competición se avecina, se huele, y el técnico madrileño ni tiene un sustituto de Emana, ni tiene a los descartados lejos del Villamarín ni tiene los refuerzos que pidió, y claro, se enfada. Se enfada porque, pese a saber el Betis desde hace semanas, incluso meses, que Emana iba a salir del club, los posibles sustitutos están en el aire, ni atados y prácticamente ni tanteados. Se enfada porque las negociaciones para encontrarle acomodo a los descartes ni siquiera están avanzadas y requerirán la intervención directa del presidente Guillén. Y se enfada porque Mel percibe que lo que deje al libre albedrío en el club en cuanto a la planificación deportiva se retrasa, y eso no le gusta nada.
Por todo eso se enfada Mel, y por todo eso le ha hecho ver en alguna ocasión ya a Vlada Stosic su malestar.
El enorme enfado de Mel
Por todo eso se enfada Mel, y por todo eso le ha hecho ver en alguna ocasión ya a Vlada Stosic su malestar.
El enorme enfado de Mel
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