Que las administraciones no tienen dinero para pagar a sus acreedores es público y notorio. Entre unas y otras, el drama de las cuentas públicas ya supera los 50.000 millones de euros en impagos, lo que afecta a 3,2 millones de empresas o lo que es lo mismo, hace una brecha del 5% al PIB.
La mora de estas facturas alcanza principalmente a las empresas dedicadas la obra civil, -15.050 millones de deuda, según su patronal Seopan- y a los trabajadores autónomos -14.983 millones, en cifras de la asociación ATA-.
A estos sectores se suman los de las empresas farmaceúticas como se ha visto esta semana en Castilla-La Mancha; la ****** o la limpieza de edificios, señala este domingo El País.
¿Por qué se han disparado los impagos? se pregunta el rotativo del Grupo Prisa."El desplome de ingresos -no en vano los ayuntamientos ya no reciben dinero por el suelo tras la crisis del ladrillo-, el tabú a subir impuestos y la obligación de mantener a raya el déficit son algunas de las razones.
El plazo de los pagos en la administración española
En cuanto al plazo de los pagos, los ayuntamientos son los que más tardan en pagar a sus acreedores. Su promedio de pago a los proveedores de obra pública, por ejemplo, es de 238 días, más del triple de lo que tarda una empresa (75 días) en devolver sus créditos a los bancos, según la Plataforma contra la Morosidad. El plazo medio de pago del Gobierno central a las constructoras es de 140 días, y el de las autonomías, de 155, según Seopan, rubrica este domingo El País.
"Los impagos provocarán que los Ayuntamientos no puedan prestar todos los servicios, el ciudadano sufrirá recortes en los próximos meses", augura Francisco Jardón, presidente de la patronal de las empresas de recogida de ****** Aselip, que agrupa a divisiones de gigantes como ACS o Ferrovial. Madrid, que según Jardón tarda un año en pagar, debe al sector 500 millones, recoge El País.
Con estos mimbres, las consecuencias de esta mora, especialmente en los consitorios españoles, será la desaparición de algunos servicios principales como la ******, una situación que hasta el último momento pudo vivir el Ayuntamiento de Madrid el año pasado, situación salvada gracias a un confirming, es decir, una operación financiera donde el banco adelanta el pago y en la que el desesperado proveedor acepta asumir los intereses, con tal de cobrar.
Esta misma idea la refuerza este domingo El Confidencial con su información titulada Recortes en los pueblos: del dinero público a no tenemos un **** duro.
Otras consecuencias
De la mora y de la repercusión que esta tendrá y ya tiene en los servicios municipales da cuenta EC. En León, la Policía deberá patrullar a pie para ahorrar el dinero del combustible; en Macael, Almería, se ha embargado una plaza pública; en Los Barrios de Cádiz, se ha cortado el teléfono; el Ayuntamiento de Moya se ha declarado en quiebra y, en Villarobledo, Albacete, se han visto a cortar la luz y el aire acondicionado por ende. El caso de Galapagar no es especial, pero simbólico en estos días de verano. La piscina municipal se ha cerrado por falta de recursos y en los pueblos de Valencia se ha suspendido el programa de vacaciones para niños saharauis.
La mora de estas facturas alcanza principalmente a las empresas dedicadas la obra civil, -15.050 millones de deuda, según su patronal Seopan- y a los trabajadores autónomos -14.983 millones, en cifras de la asociación ATA-.
A estos sectores se suman los de las empresas farmaceúticas como se ha visto esta semana en Castilla-La Mancha; la ****** o la limpieza de edificios, señala este domingo El País.
¿Por qué se han disparado los impagos? se pregunta el rotativo del Grupo Prisa."El desplome de ingresos -no en vano los ayuntamientos ya no reciben dinero por el suelo tras la crisis del ladrillo-, el tabú a subir impuestos y la obligación de mantener a raya el déficit son algunas de las razones.
El plazo de los pagos en la administración española
En cuanto al plazo de los pagos, los ayuntamientos son los que más tardan en pagar a sus acreedores. Su promedio de pago a los proveedores de obra pública, por ejemplo, es de 238 días, más del triple de lo que tarda una empresa (75 días) en devolver sus créditos a los bancos, según la Plataforma contra la Morosidad. El plazo medio de pago del Gobierno central a las constructoras es de 140 días, y el de las autonomías, de 155, según Seopan, rubrica este domingo El País.
"Los impagos provocarán que los Ayuntamientos no puedan prestar todos los servicios, el ciudadano sufrirá recortes en los próximos meses", augura Francisco Jardón, presidente de la patronal de las empresas de recogida de ****** Aselip, que agrupa a divisiones de gigantes como ACS o Ferrovial. Madrid, que según Jardón tarda un año en pagar, debe al sector 500 millones, recoge El País.
Con estos mimbres, las consecuencias de esta mora, especialmente en los consitorios españoles, será la desaparición de algunos servicios principales como la ******, una situación que hasta el último momento pudo vivir el Ayuntamiento de Madrid el año pasado, situación salvada gracias a un confirming, es decir, una operación financiera donde el banco adelanta el pago y en la que el desesperado proveedor acepta asumir los intereses, con tal de cobrar.
Esta misma idea la refuerza este domingo El Confidencial con su información titulada Recortes en los pueblos: del dinero público a no tenemos un **** duro.
Otras consecuencias
De la mora y de la repercusión que esta tendrá y ya tiene en los servicios municipales da cuenta EC. En León, la Policía deberá patrullar a pie para ahorrar el dinero del combustible; en Macael, Almería, se ha embargado una plaza pública; en Los Barrios de Cádiz, se ha cortado el teléfono; el Ayuntamiento de Moya se ha declarado en quiebra y, en Villarobledo, Albacete, se han visto a cortar la luz y el aire acondicionado por ende. El caso de Galapagar no es especial, pero simbólico en estos días de verano. La piscina municipal se ha cerrado por falta de recursos y en los pueblos de Valencia se ha suspendido el programa de vacaciones para niños saharauis.
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