Lopera, un maestro del contragolpe

TOMAS FUREST/SEVILLA
Desmontó sin muchos problemas y a golpe de talonario la precipitada operación diseñada por Galera para que el Betis no cayera en sus manos.

Manuel Ruiz de Lopera es en estos momentos para la mayoría de los béticos el salvador del club, una especie de dios que ha aparecido en el último minuto para evitar su desaparición. Sin embargo, estuvo a punto de quedarse sin fuerza alguna en el Real Betis SAD. Hugo Galera, que mantiene con él grandes diferencias, intentó una importante operación a cuatro bandas para arrebatarle el poder. El contragolpe de Lopera fue mortal: el Betis es suyo.

Muy duro ha tenido que pelear Manuel Ruiz de Lopera para hacerse con el control absoluto del Real Betis Balompié Sociedad Anónima Deportiva. Hacía meses que tanto él como sus directivos más allegados soñaban con esta posibilidad. Lo que no podía pensar entonces es que fuera a costarle tanto trabajo y, sobre todo, tanto dinero. Sus diferencias con Hugo Galera, muy importantes en los últimos tiempos, estuvieron a punto de dar al traste con la ilusión de su vida.

No son Galera y Lopera compañeros naturales de viaje, pero el fútbol y el dinero hacen auténticos milagros y los juntó. El presidente, que tuvo en sus dos primeros años de mandato a Manuel Romero como mano derecha en todos los sentidos, llegó un momento en el que se encontró muy solo y con graves dificultades para hacer frente a la delicadísima situación económico-financiera del club. Cuando más desesperado estaba apareció, de la mano de Pepe León, Manuel Ruiz de Lopera, que desde el principio mostró un tremendo poderío económico. Cuando Galera se quiso dar cuenta, Lopera tenía mucho más poder en el Betis del que el catedrático hubiese deseado y empezaba a llegar a la base con tremenda facilidad a pesar de no ser un buen orador.

Las diferencias entre uno y otro son cada vez más grandes y a raíz de una tremenda bronca en la que hubo un cruce de palabras muy fuerte, Galera decide construir un Betis SAD en el que no tiene cabida Lopera.

Hugo Galera diseña la operación para contrarrestar el poder de Lopera, que cuenta con gran parte de las acciones suscritas a la base. Los béticos están con él, y además Farusa, su financiera, ha dado créditos y controla la mayor parte de los 300 millones de pesetas de la infantería. Además, Lopera había anunciado su deseo de comprar el 25% de las acciones sobrantes, con las que pensaba conseguir la mayoría.

El presidente inicia gestiones para lograr que tanto Proinsur como las cajas de ahorro pasen de acreedores a accionistas. De esta forma, la persona que las representara se haría con el poder, al controlar 600 de los 1175 millones del capital social. Por si esto fuera poco, el presidente decide utilizar los poderes que le da la ley para otorgar las acciones en la tercera fase, e inicia una serie de contactos tendentes a reunir a un grupo de béticos que sean capaces de aportar los 300 millones de pesetas que faltaban por cubrir. Rafael Alvarez Colunga es el encargado de poner a GGalera al habla con una serie de 'notables', entre los que se encontraban Gerardo Martínez Retamero, Miguel Espína, Manuel Romero, Manuel Domínguez, Valentín Alvarez Vigil y Juan Salas Tirado, un grupo excesívamente heterogéneo en el que no todos son amigos, aunque en principio aceptan la operación propuesta por Galera.

El líder natural de este grupo parece ser el ex presidente Retamero, con el que Galera tuvo una entrevista con anterioridad para aclarar sus diferencias y contarle la operación que había diseñado. Estaba claro que Retamero había dejado de ser el 'enemigo' del presidente, cargo que ahora ocupaba Lopera. De otra forma no se podía entender el acercamiento entre ellos después de tres años de dura batalla. Galera estaba dispuesto a facilitar el acceso de Retamero a la presidencia del Real Betis SAD, entre otras cosas porque éste parecía contar con el beneplácito de Proinsur y de las cajas, que si accedían a los deseos de Galera se convertirían en accionistas mayoritarios. En los primeros contactos se habla de poner 30 millones de pesetas por cabeza y el concenso es claro.

Se rompe la operación

Las primeras dificultades las encuentra Galera con las cajas de ahorro, que no aceptan su propuesta. Sin embargo, los llamados 'notables' parecen dispuestos a aumentar su participación para cubrir los 300 millones de las cajas.

Mucho más se le complica la operación a Galera cuando Lopera y el resto de su junta directiva tienen conocimiento de ella. El vicepresidente económico abandona una reunión de la junta directiva y realiza unas fuertes declaraciones contra el presidente, añadiendo que no pone más dinero. Tras un par de días de fuertes tensiones en los que se producen varias reuniones para intentar el acercamiento, Galera y Lopera firman una paz ficticia. El presidente se compromete a llevarlo a las reuniones con los 'notables', pero la presencia de Lopera rompe el concenso y provoca algunos abandonos. No obstante, se decide continuar con la operación con la condición de que todos pusieran el mismo dinero para que nadie tuviera ventaja.

No debió quedar muy conforme Lopera, que pasa al contragolpe y al día siguiente se presenta con un grupo de leales que también quieren poner dinero. Está claro que se lucha a muerte para conseguir la mayoría, unos porque no desean la vuelta de Retamero, otros para evitar que el Betis se lo quede Lopera y algunos que no se fían de las intenciones de González de Caldas al ser éste sevillista.

Empieza la batalla para que Proinsur compre las acciones renunciando a sus derechos políticos, pero el consejo de administración de la inmobiliaria no lo acepta.
A 24 horas del final del plazo para convertirse en SAD se alcanza un acuerdo en el que ya no está Retamero, que se había retirado al chocar frontalmente con algunos de los hombres de Lopera.

Galera ve que se le escapa el Betis de las manos y en la noche del día 29 hace un último intento para recuperarlo. Habla con Gómez Navarro, quien le promete hacer una gestión para que las cajas de ahorro ayuden al Betis. Galera llega incluso a conseguir 300 millones para ponerlos temporalmente en el caso de que las cajas quisieran entrar en la operación pero no pudieran hacerlo, por problemas burocráticos, hasta unos días después. Había que evitar por todos los medios que el dinero lo pusiera Lopera.

Golpe final

El contragolpe de Lopera resulta mortal. Habla con el Consejo Superior de Deportes y le dice que todo está solucionado, que el dinero de las cajas no es necesario. Al mismo tiempo, cuando se complican las cosas con Proinsur y Galera le encarga que traiga un nuevo pagaré, Lopera no le hace caso, se va a su despacho y da las órdenes para que Farusa ponga el dinero de las cajas, el de Proinsur y el de aquellos 'notables' que se habían descolgado de la operación. Cuando Galera espera que aparezca con el pagaré de Proinsur, lo hace con su propio dinero. Los bancos están ya cerrados y el presidente, que ya sabía que la llamada de Lopera al CSD había abortado toda posibilidad de entendimiento con las cajas, se encuentra sin capacidad de maniobra y firma todo lo que Lopera le pone por delante, entre otras cosas la compra de las acciones que en teoría iban a quedarse las cajas, aunque con un contrato de venta inmediata a Farusa, que es la auténtica dueña del Betis en estos momentos.

De esta forma, con un par de golpes calificados de maestros por unos y de sucios por otros, en el último minuto Manuel Ruiz de Lopera se hizo con el 80 por ciento de las que ya ha anunciado que no se desprenderá, como es lógico, si quieres deseen convertirse en accionistas no son de su absoluta confianza. Le ha costado mucho trabajo quedarse con el Real Betis Balompié y no va a permitir que otros vengan ahora a arrebatárselo. No obstante, el presidente será Pepe León. A Lopera le gusta trabajar en la sombra; así, el desgaste es mucho menor.