Se instaba en este mismo espacio hace un año al bético a no tener prisa por renovar el carné de socio. Los cuatro torticeros de siempre le daban la vuelta al argumento esgrimido y contestaban como si se le estuviese pidiendo al abonado que desertase. Pero no era así. Ocurría que un okupa, felizmente olvidado salvo por la roncha que aún colea, manoseba el Betis y el beticismo podía hallar en la espera hasta el último día una baza para mostrarle su desencanto.
Hoy, un año después, el horizonte es diametralmente contrario. Al frente del Betis se halla una persona honrada, capaz, con carisma y con talante y que, siendo bético desde chiquetito, sólo le se la ha ocurrido decir que llega para servir al Betis. Casi nada el mensaje de Miguel Guillén. Como para que el bético, ahora, dude en irse a las taquillas y que la mágica cifra de 40.000 abonados sea una realidad cuando se hayan ido los calores.
Claro que todo no gusta en este Betis. Hay cosas que he criticado y seguiré criticando le pese a quien le pese, pero es tal la fe en Guillén que confío en que algunas de ellas, sino todas, ya empezaron a cambiar con su designación como presidente. Aún no conozco cuál será su margen de maniobra, aunque quiero pensar que en su sí al cargo va incluido que las cortapisas sólo serán las inexcusables que lleguen por las vías económica y judicial.
Si este aserto se cumple, creo que el período presidencial de Miguel Guillén podría ir incluso más allá del transitorio, que la interinidad puede desembocar en una larga y fructífera etapa. Porque, además, aunque ya habrá días para hablar de ello, el equipo se está reforzando adecuadamente. Por eso, hoy, el bético no tiene excusa para no sacarse o renovar ya su carné. Sólo que no estaría de más que el club aumentase el plazo económico fijado hasta el 15 de julio. Ayer me dijo un amigo que él cobraba la paga extraordinaria el día 18. No le falta razón.
El fútbol de Meridona » Archivo » Guillén y 40.000 más
Hoy, un año después, el horizonte es diametralmente contrario. Al frente del Betis se halla una persona honrada, capaz, con carisma y con talante y que, siendo bético desde chiquetito, sólo le se la ha ocurrido decir que llega para servir al Betis. Casi nada el mensaje de Miguel Guillén. Como para que el bético, ahora, dude en irse a las taquillas y que la mágica cifra de 40.000 abonados sea una realidad cuando se hayan ido los calores.
Claro que todo no gusta en este Betis. Hay cosas que he criticado y seguiré criticando le pese a quien le pese, pero es tal la fe en Guillén que confío en que algunas de ellas, sino todas, ya empezaron a cambiar con su designación como presidente. Aún no conozco cuál será su margen de maniobra, aunque quiero pensar que en su sí al cargo va incluido que las cortapisas sólo serán las inexcusables que lleguen por las vías económica y judicial.
Si este aserto se cumple, creo que el período presidencial de Miguel Guillén podría ir incluso más allá del transitorio, que la interinidad puede desembocar en una larga y fructífera etapa. Porque, además, aunque ya habrá días para hablar de ello, el equipo se está reforzando adecuadamente. Por eso, hoy, el bético no tiene excusa para no sacarse o renovar ya su carné. Sólo que no estaría de más que el club aumentase el plazo económico fijado hasta el 15 de julio. Ayer me dijo un amigo que él cobraba la paga extraordinaria el día 18. No le falta razón.
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