Miguel Guillén: "Nunca más debemos estar en manos de una persona"
Portada Noticias Real Betis Miguel Guillén: "Nunca más debemos estar en manos de una persona" Miguel Guillén: "Nunca más debemos estar en manos de una persona"
Escrito por G. Torres / M. González / R. Román
Viernes 01 de Julio de 2011 05:00
La Junta de Accionistas que proclamó a Miguel Guillén concluyó a las dos de la mañana. Pocas horas después, el nuevo presidente del Real Betis atiende a ABC de Sevilla fresco, sonriente, perfectamente trajeado y luciendo una corbata con el escudo del club. Tiene las ventanas del despacho abiertas, para que corra el aire, y sobre la mesa, junto al PC y un Ipad, llama la atención un papel con el membrete del eterno rival. Es la felicitación del Sevilla Fútbol Club por su nombramiento. Llegó a primera hora, como corresponde. Es el inicio de una nueva etapa.
> NO ESGRIME DISCURSOS DEMAGÓGICOS NI FALACES; NO VENDE HUMO NI MISERIAS
«La capacidad de generar recursos es ilimitada y sólo depende de una gestión seria y realista
«Creo que el beticismo sabe la situación y no debemos estar siempre hablando de lo negativo
—¿Por qué Miguel Guillén y por qué Miguel Guillén dice que sí?
—Bueno, digo que sí porque es el momento de arrimar el hombro y servir al Betis. Muchísimos otros béticos lo están haciendo, cada uno a su manera, renovando los abonos y apoyando a su club. Yo soy uno más y me toca estar aquí en esta etapa de transición.
—En las últimas semanas se ha negado una y otra vez que fuera usted el «elegido», pero esto ya estaba planificado, ¿no?
—Sí, claro, estaba previsto desde hace tiempo, lo que pasa es que por respeto a los accionistas no hemos querido abrir un debate en la Prensa antes de que se celebrara la Junta.
—¿Y ahora qué?
—Pues ahora toca trabajar, y mucho. Gracias a Dios el trabajo en el Betis no reside en una única persona sino que hay un grupo de gestores profesionales muy cualificados en cada una de las áreas y ahora seguiremos estructurándolo para que se gestione como una empresa competitiva de hoy pero con el matiz importante de que hay un sentimiento por medio. Es la única manera de que el club en esta etapa salga adelante, pues tenemos que ajustarnos a la realidad de un presupuesto. El concurso de acreedores está para lo bueno y para lo malo y con las limitaciones que nos impone intentaremos hacer el mejor equipo posible para hacer una campaña disgna en Primera división consiguiendo así que los ingresos y el potencial del Real Betis Balompié estén en el máximo de sus posibilidades y en el menor tiempo posible intentar sanear el club.
—La proclamación de un presidente siempre genera una gran expectación, pero, ¿en qué consiste realmente su función?
—Yo entiendo perfectamente que ostento el cargo de presidente del Real Betis Balompié en una etapa de transición. Mientras el club crea que puedo aportar algo, aquí estaré, y en el momento que cambien las cosas y sea necesario un vuelco en el cargo, pues estaré a disposición del club porque lo que pretendemos todos es que los intereses del Real Betis estén por encima de todas las personas.
—¿Teme que se dude de su función al estar José Antonio Bosch en el consejo como máximo accionista?
—No, yo tengo las ideas y los conceptos muy claros, y todos en el club también. Estamos en un consejo democrático, donde cada consejero ostenta un voto y el presidente, lógicamente, un voto de calidad en el caso de que sea necesario, y de lo que se trata es de representar a todos los béticos de la mejor manera posible y a todos los accionistas independientemente de cuál sea su participación en el accionariado. Esto que me dicen no me preocupa nada, y si en algún momento entiendo que no se está mirando exclusivamente por los intereses del propio club y de los accionistas, pues tomaré cartas en el asunto, presentaré mi dimisión o lo que corresponda.
—Este modelo en un entorno de clubes presidencialistas, ¿cómo se puede transmitir para que la gente lo entienda rápidamente?
—A este modelo le veo una ventaja absoluta: es bueno que las decisiones importantes que van a determinar el futuro de un club grande como éste recaigan en un grupo de personas y no en una sola. El sistema antiguo se ha quedado obsoleto, y a la vista están los resultados con la situación económica de muchísimos clubes.
—¿Cómo se compatibilizará el concurso de acreedores, el retraso en estructuras que se nota en estas dependencias y las exigencias deportivas del aficionado?
—Con mucho trabajo y poco a poco. Los cambios que se han producido ya en el club son muy importantes, pero es cierto que llevamos muchísimos años de retraso, y precisamente ésta es la misión principal que nos encomienda la administración judicial. Queda mucha pelea por delante, el ritmo de trabajo es frenético y necesitaremos un poco de tiempo y de paciencia para llegar donde queremos porque el recorrido es largo.
—Y habrá que insistir casi a diario en la situación real del club, ¿no?
—Lo que pasa es que yo creo que la afición bética es muy consciente de la situación. Quizá de algún modo de vez en cuando haya que recordarlo, pero ya hace algunos meses decidimos que había muchas noticias positivas que transmitir como para estar hablando siempre de lo negativo. Es cierto que la situación es delicada, lo sabíamos, pero, afortunadamente, con el apoyo de esta magnífica afición, el ritmo que está cogiendo la regeneración de las señas de identidad del Real Betis está siendo muy importante y sobre todo confiamos en sacar adelante el proyecto de viabilidad económica, que en estos momentos es la prioridad absoluta del club.
—En 1992, teóricamente, los clubes quedaron con la cuenta de deudas a cero, pero 18 años después, y con sólo una persona al frente del Betis en todo ese tiempo, se deben 14.000 millones de pesetas. ¿Cómo es eso?
—Pues tiene difícil explicación, pero esto nos demuestra que el club no debe estar nunca más dirigido por una sola persona y por eso ahora hay un equipo de profesionales, para intentar gestionar esto como una empresa competitiva, con un presupuesto serio y que cumpla para evitar precisamente que vuelva a darse otra vez esta situación, que además es muy común entre los demás clubes.
—Esto demuestra que los clubes gastan muchísimo más de lo que ingresan y la mayor parte de ese gasto es en los futbolistas, que hoy en día es evidente que no generan tanto dinero como cuestan y cobran...
—Sí, pensamos que alguien tendrá que tomar cartas en este asunto porque está claro que la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas no ha conseguido el objetivo que buscaba. Pensamos que nosotros particularmente estamos pagando ahora los excesos de los últimos años y es absolutamente necesario hacer un presupuesto responsable dentro de una realidad económica. Afortunadamente, en un club como el Betis, que es el cuarto o el quinto de España por masa de aficionados, el potencial es enorme, pero nunca debemos perder de vista la realidad.
—Aquí se habrá gastado mucho en jugadores, pero en el club más bien poquito...
—(Ríe) Bueno, pero la economía en general nos ha situado a todos en la realidad y nos ha puesto los pies en el suelo. Viendo las cifras que se han manejado en los últimos años es evidente que la cosa se nos ha ido de las manos y que todo eso es insostenible. Se asumen muchísimos riesgos y no es de recibo no prever un escenario en el que un descenso reduce a un veinte por ciento los ingresos y te deja prácticamente en una situación de quiebra técnica.
—En el día a día, ¿hay problemas a final de mes?
—Lo peor, creo, lo acabamos de pasar. Gracias al ascenso, por la magnífica labor de los técnicos, de Pepe Mel y de toda la plantilla, la diferencia de ingresos es muy importante. La capacidad de generar recursos económicos del Real Betis Balompié es ilimitada. Con buena gestión los ingresos pueden ser importantes. Y lo van a ser. A nosotros lo que nos gustaría es que el reparto de recursos, que está mal hecho en el fútbol por las diferencias que hay en los ingresos por derechos de televisión, etcétera, venga a ser de un tercio de abonados y entradas, un tercio de televisión y un tercio de ingresos atípicos. Ahora la situación, sin obviar que sigue siendo difícil, es algo más favorable, estamos en Primera división, el contrato de derechos de televisión es otro, estamos a punto de cerrar nuevos patrocinios con un nuevo Real Betis en Primera, con la repercusión que eso supone, estamos en época de renovación de abonos y todo eso hace que entre dinero en las arcas del club y ahora lo que hay que hacer es gestionarlo de la mejor manera y que no se produzcan desfases.
—¿El nombre del estadio?
—Sí, ese es un patrocinio en el que estamos trabajando con mucho interés porque sería el que mayores ingresos nos proporcionaría, pero la realidad económica actual no nos permite muchos potenciales clientes para ello. No desistimos, hemos negociado con varias empresas, no hemos llegado desgraciadamente a un acuerdo pero estamos convencidos de que tarde o temprano alcanzaremos un acuerdo con un patrocinador.
—Gordillo temía que posibles malos resultados afectaran al cariño que le tienen los béticos. Ahora se está haciendo un equipo para Primera asumiendo un gran riesgo. ¿Le preocupa personalmente esto?
—Sinceramente, no. Primero déjenme decir que es una satisfacción suceder a Rafael Gordillo con todo lo que eso supone. Era mi ídolo en los terrenos de juego y ahora lo es fuera de ellos por la generosidad que ha demostrado este tiempo y el riesgo que ha asumido como ustedes bien dicen a pesar de que no lo necesitaba nada. ¿Temor de que me pase a mí? Pues cuando uno viene a servir al club, eso pasa a un segundo plano porque si la persona que venga a trabajar está pensando en sí mismo, malo.
—¿Cómo entiende las relaciones con el Sevilla?
—Pues serán las que deben ser, de respeto mutuo. Tenemos que mantener la rivalidad, por supuesto, pero desde la cordialidad y la educación.
—¿A quién le contó que iba a ser presidente y cuál es la felicitación que más le ha llegado?
—En primer lugar se lo dije a mi mujer, como no podía ser de otra manera, porque además necesito su apoyo para todo esto, y también a mi padre. ¿Felicitaciones? Pues sinceramente, me encantó, me entusiasmó la intervención de Juan Manuel Muduit al final de la Junta, pero como es de bien nacidos ser agradecido, agradezco todas las que me han llegado que han sido muchas.
Las oficinas del Betis reflejan el estancamiento del club en el tiempo. El mobiliario, las moquetas, las mamparas, los despachos... Todo se ha quedado atrás, muy atrás. La entrada, eso sí, ya ha sido remozada, como otras dependencias, pero en la segunda planta se trabaja a destajo para seguir poniendo al día a una entidad en cuyas entrañas el gran referente es Naranjito. En uno de los cajones del despacho presidencial apareció hace bien poco un paquete de tarjetas de visita. «Hugo Galera Davidson. Presidente». En esa mesa, durante casi veinte años, se ha trabajado bien poco.
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Escrito por G. Torres / M. González / R. Román
Viernes 01 de Julio de 2011 05:00
La Junta de Accionistas que proclamó a Miguel Guillén concluyó a las dos de la mañana. Pocas horas después, el nuevo presidente del Real Betis atiende a ABC de Sevilla fresco, sonriente, perfectamente trajeado y luciendo una corbata con el escudo del club. Tiene las ventanas del despacho abiertas, para que corra el aire, y sobre la mesa, junto al PC y un Ipad, llama la atención un papel con el membrete del eterno rival. Es la felicitación del Sevilla Fútbol Club por su nombramiento. Llegó a primera hora, como corresponde. Es el inicio de una nueva etapa.
> NO ESGRIME DISCURSOS DEMAGÓGICOS NI FALACES; NO VENDE HUMO NI MISERIAS
«La capacidad de generar recursos es ilimitada y sólo depende de una gestión seria y realista
«Creo que el beticismo sabe la situación y no debemos estar siempre hablando de lo negativo
—¿Por qué Miguel Guillén y por qué Miguel Guillén dice que sí?
—Bueno, digo que sí porque es el momento de arrimar el hombro y servir al Betis. Muchísimos otros béticos lo están haciendo, cada uno a su manera, renovando los abonos y apoyando a su club. Yo soy uno más y me toca estar aquí en esta etapa de transición.
—En las últimas semanas se ha negado una y otra vez que fuera usted el «elegido», pero esto ya estaba planificado, ¿no?
—Sí, claro, estaba previsto desde hace tiempo, lo que pasa es que por respeto a los accionistas no hemos querido abrir un debate en la Prensa antes de que se celebrara la Junta.
—¿Y ahora qué?
—Pues ahora toca trabajar, y mucho. Gracias a Dios el trabajo en el Betis no reside en una única persona sino que hay un grupo de gestores profesionales muy cualificados en cada una de las áreas y ahora seguiremos estructurándolo para que se gestione como una empresa competitiva de hoy pero con el matiz importante de que hay un sentimiento por medio. Es la única manera de que el club en esta etapa salga adelante, pues tenemos que ajustarnos a la realidad de un presupuesto. El concurso de acreedores está para lo bueno y para lo malo y con las limitaciones que nos impone intentaremos hacer el mejor equipo posible para hacer una campaña disgna en Primera división consiguiendo así que los ingresos y el potencial del Real Betis Balompié estén en el máximo de sus posibilidades y en el menor tiempo posible intentar sanear el club.
—La proclamación de un presidente siempre genera una gran expectación, pero, ¿en qué consiste realmente su función?
—Yo entiendo perfectamente que ostento el cargo de presidente del Real Betis Balompié en una etapa de transición. Mientras el club crea que puedo aportar algo, aquí estaré, y en el momento que cambien las cosas y sea necesario un vuelco en el cargo, pues estaré a disposición del club porque lo que pretendemos todos es que los intereses del Real Betis estén por encima de todas las personas.
—¿Teme que se dude de su función al estar José Antonio Bosch en el consejo como máximo accionista?
—No, yo tengo las ideas y los conceptos muy claros, y todos en el club también. Estamos en un consejo democrático, donde cada consejero ostenta un voto y el presidente, lógicamente, un voto de calidad en el caso de que sea necesario, y de lo que se trata es de representar a todos los béticos de la mejor manera posible y a todos los accionistas independientemente de cuál sea su participación en el accionariado. Esto que me dicen no me preocupa nada, y si en algún momento entiendo que no se está mirando exclusivamente por los intereses del propio club y de los accionistas, pues tomaré cartas en el asunto, presentaré mi dimisión o lo que corresponda.
—Este modelo en un entorno de clubes presidencialistas, ¿cómo se puede transmitir para que la gente lo entienda rápidamente?
—A este modelo le veo una ventaja absoluta: es bueno que las decisiones importantes que van a determinar el futuro de un club grande como éste recaigan en un grupo de personas y no en una sola. El sistema antiguo se ha quedado obsoleto, y a la vista están los resultados con la situación económica de muchísimos clubes.
—¿Cómo se compatibilizará el concurso de acreedores, el retraso en estructuras que se nota en estas dependencias y las exigencias deportivas del aficionado?
—Con mucho trabajo y poco a poco. Los cambios que se han producido ya en el club son muy importantes, pero es cierto que llevamos muchísimos años de retraso, y precisamente ésta es la misión principal que nos encomienda la administración judicial. Queda mucha pelea por delante, el ritmo de trabajo es frenético y necesitaremos un poco de tiempo y de paciencia para llegar donde queremos porque el recorrido es largo.
—Y habrá que insistir casi a diario en la situación real del club, ¿no?
—Lo que pasa es que yo creo que la afición bética es muy consciente de la situación. Quizá de algún modo de vez en cuando haya que recordarlo, pero ya hace algunos meses decidimos que había muchas noticias positivas que transmitir como para estar hablando siempre de lo negativo. Es cierto que la situación es delicada, lo sabíamos, pero, afortunadamente, con el apoyo de esta magnífica afición, el ritmo que está cogiendo la regeneración de las señas de identidad del Real Betis está siendo muy importante y sobre todo confiamos en sacar adelante el proyecto de viabilidad económica, que en estos momentos es la prioridad absoluta del club.
—En 1992, teóricamente, los clubes quedaron con la cuenta de deudas a cero, pero 18 años después, y con sólo una persona al frente del Betis en todo ese tiempo, se deben 14.000 millones de pesetas. ¿Cómo es eso?
—Pues tiene difícil explicación, pero esto nos demuestra que el club no debe estar nunca más dirigido por una sola persona y por eso ahora hay un equipo de profesionales, para intentar gestionar esto como una empresa competitiva, con un presupuesto serio y que cumpla para evitar precisamente que vuelva a darse otra vez esta situación, que además es muy común entre los demás clubes.
—Esto demuestra que los clubes gastan muchísimo más de lo que ingresan y la mayor parte de ese gasto es en los futbolistas, que hoy en día es evidente que no generan tanto dinero como cuestan y cobran...
—Sí, pensamos que alguien tendrá que tomar cartas en este asunto porque está claro que la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas no ha conseguido el objetivo que buscaba. Pensamos que nosotros particularmente estamos pagando ahora los excesos de los últimos años y es absolutamente necesario hacer un presupuesto responsable dentro de una realidad económica. Afortunadamente, en un club como el Betis, que es el cuarto o el quinto de España por masa de aficionados, el potencial es enorme, pero nunca debemos perder de vista la realidad.
—Aquí se habrá gastado mucho en jugadores, pero en el club más bien poquito...
—(Ríe) Bueno, pero la economía en general nos ha situado a todos en la realidad y nos ha puesto los pies en el suelo. Viendo las cifras que se han manejado en los últimos años es evidente que la cosa se nos ha ido de las manos y que todo eso es insostenible. Se asumen muchísimos riesgos y no es de recibo no prever un escenario en el que un descenso reduce a un veinte por ciento los ingresos y te deja prácticamente en una situación de quiebra técnica.
—En el día a día, ¿hay problemas a final de mes?
—Lo peor, creo, lo acabamos de pasar. Gracias al ascenso, por la magnífica labor de los técnicos, de Pepe Mel y de toda la plantilla, la diferencia de ingresos es muy importante. La capacidad de generar recursos económicos del Real Betis Balompié es ilimitada. Con buena gestión los ingresos pueden ser importantes. Y lo van a ser. A nosotros lo que nos gustaría es que el reparto de recursos, que está mal hecho en el fútbol por las diferencias que hay en los ingresos por derechos de televisión, etcétera, venga a ser de un tercio de abonados y entradas, un tercio de televisión y un tercio de ingresos atípicos. Ahora la situación, sin obviar que sigue siendo difícil, es algo más favorable, estamos en Primera división, el contrato de derechos de televisión es otro, estamos a punto de cerrar nuevos patrocinios con un nuevo Real Betis en Primera, con la repercusión que eso supone, estamos en época de renovación de abonos y todo eso hace que entre dinero en las arcas del club y ahora lo que hay que hacer es gestionarlo de la mejor manera y que no se produzcan desfases.
—¿El nombre del estadio?
—Sí, ese es un patrocinio en el que estamos trabajando con mucho interés porque sería el que mayores ingresos nos proporcionaría, pero la realidad económica actual no nos permite muchos potenciales clientes para ello. No desistimos, hemos negociado con varias empresas, no hemos llegado desgraciadamente a un acuerdo pero estamos convencidos de que tarde o temprano alcanzaremos un acuerdo con un patrocinador.
—Gordillo temía que posibles malos resultados afectaran al cariño que le tienen los béticos. Ahora se está haciendo un equipo para Primera asumiendo un gran riesgo. ¿Le preocupa personalmente esto?
—Sinceramente, no. Primero déjenme decir que es una satisfacción suceder a Rafael Gordillo con todo lo que eso supone. Era mi ídolo en los terrenos de juego y ahora lo es fuera de ellos por la generosidad que ha demostrado este tiempo y el riesgo que ha asumido como ustedes bien dicen a pesar de que no lo necesitaba nada. ¿Temor de que me pase a mí? Pues cuando uno viene a servir al club, eso pasa a un segundo plano porque si la persona que venga a trabajar está pensando en sí mismo, malo.
—¿Cómo entiende las relaciones con el Sevilla?
—Pues serán las que deben ser, de respeto mutuo. Tenemos que mantener la rivalidad, por supuesto, pero desde la cordialidad y la educación.
—¿A quién le contó que iba a ser presidente y cuál es la felicitación que más le ha llegado?
—En primer lugar se lo dije a mi mujer, como no podía ser de otra manera, porque además necesito su apoyo para todo esto, y también a mi padre. ¿Felicitaciones? Pues sinceramente, me encantó, me entusiasmó la intervención de Juan Manuel Muduit al final de la Junta, pero como es de bien nacidos ser agradecido, agradezco todas las que me han llegado que han sido muchas.
Las oficinas del Betis reflejan el estancamiento del club en el tiempo. El mobiliario, las moquetas, las mamparas, los despachos... Todo se ha quedado atrás, muy atrás. La entrada, eso sí, ya ha sido remozada, como otras dependencias, pero en la segunda planta se trabaja a destajo para seguir poniendo al día a una entidad en cuyas entrañas el gran referente es Naranjito. En uno de los cajones del despacho presidencial apareció hace bien poco un paquete de tarjetas de visita. «Hugo Galera Davidson. Presidente». En esa mesa, durante casi veinte años, se ha trabajado bien poco.
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