Los ayudantes de Mel también están en el mercado - El Correo de Andalucía
El relevo en la preparación física se venía cociendo desde antes incluso de que concluyese la temporada del ascenso, pero para rematarlo quedaba el nada liviano paso de anular la renovación del contrato que Paredes había acordado con la directiva de Luis Oliver. La situación se desbloqueó el viernes gracias en gran parte de la predisposición del exayudante de Luis Aragonés, que aceptó la propuesta que le plantearon dos de los tres administradores concursales, Antonio Jesús González y Francisco Tato, y se va del Betis con un finiquito de 30.000 euros. Paredes tenía la posibilidad de ir a los tribunales para reclamar una compensación más acorde con la cantidad que pactó a mediados de temporada con el antiguo consejo de administración, pero optó por resolver el problema por la vía rápida y amistosa. Lo de amistosa es un decir, ya que los administradores le advirtieron que su contrato podía ser considerado abusivo y lesivo para la entidad y que por tanto corría el peligro de que se lo rescindieran sin contraprestación alguna a cambio.
Aunque la cuestión económica está zanjada, Paredes se marcha del Betis muy descontento con el trato que ha recibido. Le da la impresión de que su trabajo no ha sido valorado como se merecía, sobre todo después de comprobar el magnífico estado de forma en que llegó el equipo a la recta final del campeonato, y ya en particular se queda con que el viernes ni siquiera tuvieron a bien reunirse con él los dos hombres fuertes del club en este momento, Rafael Gordillo y José Antonio Bosch. En definitiva, Paredes abandona el Betis sin que nadie le haya dicho los motivos exactos por los que no cuentan ya más con él.
El relevo en la preparación física se venía cociendo desde antes incluso de que concluyese la temporada del ascenso, pero para rematarlo quedaba el nada liviano paso de anular la renovación del contrato que Paredes había acordado con la directiva de Luis Oliver. La situación se desbloqueó el viernes gracias en gran parte de la predisposición del exayudante de Luis Aragonés, que aceptó la propuesta que le plantearon dos de los tres administradores concursales, Antonio Jesús González y Francisco Tato, y se va del Betis con un finiquito de 30.000 euros. Paredes tenía la posibilidad de ir a los tribunales para reclamar una compensación más acorde con la cantidad que pactó a mediados de temporada con el antiguo consejo de administración, pero optó por resolver el problema por la vía rápida y amistosa. Lo de amistosa es un decir, ya que los administradores le advirtieron que su contrato podía ser considerado abusivo y lesivo para la entidad y que por tanto corría el peligro de que se lo rescindieran sin contraprestación alguna a cambio.
Aunque la cuestión económica está zanjada, Paredes se marcha del Betis muy descontento con el trato que ha recibido. Le da la impresión de que su trabajo no ha sido valorado como se merecía, sobre todo después de comprobar el magnífico estado de forma en que llegó el equipo a la recta final del campeonato, y ya en particular se queda con que el viernes ni siquiera tuvieron a bien reunirse con él los dos hombres fuertes del club en este momento, Rafael Gordillo y José Antonio Bosch. En definitiva, Paredes abandona el Betis sin que nadie le haya dicho los motivos exactos por los que no cuentan ya más con él.
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