por cierto, que bien nos vendrían esos tres: Beñat, Molina y R.Castro. Incluso solo Beñat.

E incluso sólo R. Castro.

se lesionó Rubén Castro y se vió lo que tenía de entrenador; Nada.
Exigía 10 fichajes cuando la DD tenía menos de dos millones para gastar. Culpaba a quien fuera por lo que fuese con tal de no ser señalado, un compañero formidable. Oño, mandaba a la hija a las redes sciales a defenderle. Se subió el sueldo antes de conseguir el objetivo mientras se partía la caja y tramaba con el que vino a darnos Matarile, el Oliver de los cojjjones. Metió a los ultras en un entrenamiento. Nos llamó sevillistas y encajó las goleadas más vergonzosas y humillantes ante el Sevilla que yo recuerde.
Le ponían los banquillos demasiado cerca, llegó a decir, y que el técnico rival se enteraba de sus planes.
Beñat, Molina y sobre todo Rubén Castro, ese era Mipp, no había más detrás del que daba vacaciones tras ganar un partido. Oño, que se llevó sacando pecho con un 5-0 en contra en el Nou Camp no se yo cuanto tiempo.
El que no lo conozca que lo compre. Y parece que lo conocen, no pisa más la élite.
Eso si, un literato a la altura de los más grandes.
De lo del "rancio abolengo" nos podría hablar Quo Vadis, lástima que desapareciese. Si nos lees, un abrazo y resucita como yo he hecho.