Quizás sean más racistas, pero tienen claro cómo comportarse en un estadio de fútbol. Incluso hay rusos béticos en San Petersburgo. En Varsovia los tratan mal

Comparto mi caso:
Iba por la calle con mi hija y nuestras bufandas del Betis; la policía nos vio y nos intentó detener (con el significado de parar) a lo que dije “que le pasa a usted y por qué hace esto?”
Me dijeron que era peligroso y que me iban a llevar con ellos a lo que respondí que yo manejo mis asuntos y que en todo caso me guardo la bufanda en una bolsa; que no y que no, mi hija asustada y aunque me encanta meterme en estos líos, en ese momento acepté porque mi niña estuvo a puntito de romper a llorar.
Me llevaron custodiado como si fuera el Papá, un tío delante otro detrás y uno a cada lado, hasta la zona del estadio donde estaban los béticos (yo había comprado mi entrada en grada lateral y me obligaron a ir a un gol).
Una vez llegados allí nos pidieron los carnets y nos quitaron las bolsas de comida y bebida para dejarlas en un depósito.

Dentro del estadio ningún problema, pero al acabar el partido nos obligaron a estar dentro más de una hora, y luego al salir nos hacían pasar uno a uno por un pasillo creado por policías, grabándonos las caras y retrasando aún más la salida.
Los béticos me dejaron pasar por ir con una niña pero de nuevo mala experiencia para mi hija.

Mas problemas luego para poder circular con libertad a la salida del estadio en donde tuve que cruzar con mi hija de la mano una barrera de policías con perros ladrando como lobos…

No os exagero lo más mínimo, fue terrible

La comparación es odiosa, pero como conozco muy bien la historia, me sentí un judío en un vagón de ganado, tratado como un *********** y estando seguro de que de haber puesto la menor resistencia a ese trato, la cosa hubiera acabado bastante mal.

Puedes tomar medidas para garantizar la seguridad y puedes incluso tomárselo muy en serio pero es indecente tratar como delincuentes a personas que van a tu país a ver el fútbol y gastar dinero y mucho menos necesario aún, mirar a un padre y a una niña pequeña como se mira a dos tíos de la ETA.

Le sumas el partidito del Betis y tenéis el jueves soñado por cualquiera…