Diario de Sevilla - ¡Ya se armó el belén!
Se veía venir e incluso se sabía, ya que el Betis está inmerso en concurso de acreedores desde el pasado 14 de enero, pero la espoleta saltó la noche del lunes en la cena que el consejo de administración, la plantilla, algunos empleados del club y los tres administradores concursales, todos acompañados de sus respectivas parejas, mantuvieron en la Hacienda Los Molinos de Maestre, de Dos Hermanas, para festejar el ascenso.
Fue Pepe Mel, quien, tras consultar con Francisco Tato, uno de los administradores concursales, supo que, seguramente, no iba a cobrar íntegramente ninguna de las dos primas pactadas en caso de ascenso. De ahí que el técnico madrileño apenas tuviese ánimo para permanecer en la fiesta posterior de la discoteca Boss, aunque ayer mismo dialogó con el organizador del evento para disculparse por su apresurada marcha.
Mel entiende que su salario de esta temporada es lo suficientemente bajo como para que, encima, parte de las primas que lo compensaban sean incluidas en el concurso de acreedores, con lo que llevarán una merma o quita y, además, no cobrará las cantidades de forma inmediata, sino que estarán sujetas al calendario de pagos que se fije. Es más, considera el entrenador del Betis que su trabajo merece un trato distinto. De hecho, de no haber ascendido al equipo, Mel hubiese cobrado sólo 250.000 euros, que le fueron distribuidos en doce pagas. Tras el éxito logrado, debería percibir una cantidad igual en concepto de prima más otros 100.000 euros por haber logrado el ascenso con dos o más jornadas de antelación. Estas dos últimas cantidades están en tenguerengue.
Con otros técnicos y con los futbolistas se van a suscitar problemas similares. Por ejemplo, varios jugadores tienen firmada una prima de 100.000 euros por el ascenso y, los menos, incluso otra más de igual cuantía por haberlo logrado con antelación, igual que Mel.
Aunque en el caso de los futbolistas no sólo iría parte de esas cantidades a concurso, sino el 20% de su ficha o prima anual, que deberían percibir el próximo 30 de junio. El motivo es que esta temporada, mensualmente, los jugadores cobran en nómina su salario y la parte proporcional del 80% de la ficha -aproximadamente, el 6,6% de la ficha-, quedando el resto de la ficha para el final de temporada. En tiempos de Lopera, hubiese sido aún peor, ya que cobraban la ficha íntegra, en pagarés, una vez vencida la temporada.
A los administradores concursales se les abrían tres posibilidades a priori: incluir estas cantidades en concurso, dejarlas fuera y que el club las pagase íntegras el 30 de junio o que seis meses y medio (desde el 1 de julio al 14 de enero) entren a formar parte del concurso y el resto se abone con la última nómina. En principio, habrían optado ya por esta tercera vía, aunque podría haber novedades de aquí a que presenten públicamente su informe, previsto para antes de fin de mes, según comentó ayer a este diario uno de los administradores.
Ello quiere decir, en el caso de Mel, por ejemplo, que de los 350.000 euros globales de prima de ascenso, poco más de 180.000 irían a concurso y sólo percibiría en junio algo menos de 170.000. Igualmente, los futbolistas con prima de ascenso verían cómo el 55% aproximadamente entraría en concurso y todos ellos cómo ese mismo porcentaje del 20% de ficha aplazado iría a concurso, es decir, un 11% aproximadamente.
Empero, abogados consultados por este diario creen que las primas se devengan cuando se consigue el objetivo, es decir el 15 de mayo ya con el club en concurso, y que, por tanto, deben cobrarse íntegramente ahora. En el caso de la parte de la ficha no percibida, algunos entienden que si de julio a enero no hubo quita, por qué habría de hacerse con el 20% restante.
Lo que es una evidencia es que si en el concurso de acreedores acaban entrando cantidades de esta temporada, por exigencia de la Ley Concursal o por la aplicación que pueda hacerse de ésta, el lío está ya formado y más que se armará cuando los administradores concursales presenten su informe.
El enfado de Mel puede quedar en nada si se compara con el de la totalidad de la plantilla y el problema es que muchos de los futbolistas son los que tienen que luchar la temporada que viene, nuevamente, por lograr los objetivos.
No en vano, el entrenador, pese a estar ya renovado automáticamente y dispuesto a bajarse su contrato de la temporada venidera, llegó a pensar incluso si le merece la pena continuar en el Betis al sentirse defraudado tras la consulta con Tato.
El vicepresidente, José Antonio Bosch, se muestra escueto: "Esta semana me reuniré con Mel porque es el entrenador que quieren Rafael Gordillo y los técnicos, pero no vamos a decir qué día".
Mientras, el propio Gordillo y Miguel Guillén ofician como mediadores y tratan de hallar fórmulas alternativas compesatorias. Eso con Mel. ¿Y con los futbolistas?
Se veía venir e incluso se sabía, ya que el Betis está inmerso en concurso de acreedores desde el pasado 14 de enero, pero la espoleta saltó la noche del lunes en la cena que el consejo de administración, la plantilla, algunos empleados del club y los tres administradores concursales, todos acompañados de sus respectivas parejas, mantuvieron en la Hacienda Los Molinos de Maestre, de Dos Hermanas, para festejar el ascenso.
Fue Pepe Mel, quien, tras consultar con Francisco Tato, uno de los administradores concursales, supo que, seguramente, no iba a cobrar íntegramente ninguna de las dos primas pactadas en caso de ascenso. De ahí que el técnico madrileño apenas tuviese ánimo para permanecer en la fiesta posterior de la discoteca Boss, aunque ayer mismo dialogó con el organizador del evento para disculparse por su apresurada marcha.
Mel entiende que su salario de esta temporada es lo suficientemente bajo como para que, encima, parte de las primas que lo compensaban sean incluidas en el concurso de acreedores, con lo que llevarán una merma o quita y, además, no cobrará las cantidades de forma inmediata, sino que estarán sujetas al calendario de pagos que se fije. Es más, considera el entrenador del Betis que su trabajo merece un trato distinto. De hecho, de no haber ascendido al equipo, Mel hubiese cobrado sólo 250.000 euros, que le fueron distribuidos en doce pagas. Tras el éxito logrado, debería percibir una cantidad igual en concepto de prima más otros 100.000 euros por haber logrado el ascenso con dos o más jornadas de antelación. Estas dos últimas cantidades están en tenguerengue.
Con otros técnicos y con los futbolistas se van a suscitar problemas similares. Por ejemplo, varios jugadores tienen firmada una prima de 100.000 euros por el ascenso y, los menos, incluso otra más de igual cuantía por haberlo logrado con antelación, igual que Mel.
Aunque en el caso de los futbolistas no sólo iría parte de esas cantidades a concurso, sino el 20% de su ficha o prima anual, que deberían percibir el próximo 30 de junio. El motivo es que esta temporada, mensualmente, los jugadores cobran en nómina su salario y la parte proporcional del 80% de la ficha -aproximadamente, el 6,6% de la ficha-, quedando el resto de la ficha para el final de temporada. En tiempos de Lopera, hubiese sido aún peor, ya que cobraban la ficha íntegra, en pagarés, una vez vencida la temporada.
A los administradores concursales se les abrían tres posibilidades a priori: incluir estas cantidades en concurso, dejarlas fuera y que el club las pagase íntegras el 30 de junio o que seis meses y medio (desde el 1 de julio al 14 de enero) entren a formar parte del concurso y el resto se abone con la última nómina. En principio, habrían optado ya por esta tercera vía, aunque podría haber novedades de aquí a que presenten públicamente su informe, previsto para antes de fin de mes, según comentó ayer a este diario uno de los administradores.
Ello quiere decir, en el caso de Mel, por ejemplo, que de los 350.000 euros globales de prima de ascenso, poco más de 180.000 irían a concurso y sólo percibiría en junio algo menos de 170.000. Igualmente, los futbolistas con prima de ascenso verían cómo el 55% aproximadamente entraría en concurso y todos ellos cómo ese mismo porcentaje del 20% de ficha aplazado iría a concurso, es decir, un 11% aproximadamente.
Empero, abogados consultados por este diario creen que las primas se devengan cuando se consigue el objetivo, es decir el 15 de mayo ya con el club en concurso, y que, por tanto, deben cobrarse íntegramente ahora. En el caso de la parte de la ficha no percibida, algunos entienden que si de julio a enero no hubo quita, por qué habría de hacerse con el 20% restante.
Lo que es una evidencia es que si en el concurso de acreedores acaban entrando cantidades de esta temporada, por exigencia de la Ley Concursal o por la aplicación que pueda hacerse de ésta, el lío está ya formado y más que se armará cuando los administradores concursales presenten su informe.
El enfado de Mel puede quedar en nada si se compara con el de la totalidad de la plantilla y el problema es que muchos de los futbolistas son los que tienen que luchar la temporada que viene, nuevamente, por lograr los objetivos.
No en vano, el entrenador, pese a estar ya renovado automáticamente y dispuesto a bajarse su contrato de la temporada venidera, llegó a pensar incluso si le merece la pena continuar en el Betis al sentirse defraudado tras la consulta con Tato.
El vicepresidente, José Antonio Bosch, se muestra escueto: "Esta semana me reuniré con Mel porque es el entrenador que quieren Rafael Gordillo y los técnicos, pero no vamos a decir qué día".
Mientras, el propio Gordillo y Miguel Guillén ofician como mediadores y tratan de hallar fórmulas alternativas compesatorias. Eso con Mel. ¿Y con los futbolistas?
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