...el Betis puede devolverle la moneda al Tenerife, y es que la venganza es un plato que se sirve frío.
El Betis lleva 22 años tramando su venganza
Los chicharreros podrían ser equipo de Segunda B si pierden en el Villamarín · Ambos equipos se enfrentaron hace dos décadas
en una promoción de la que salieron victoriosos los canarios · Los verdiblancos serían virtual equipo de Primera si suman los tres puntos
Pase lo que pase este miércoles, el Betis deberá esperar al menos 24 horas para certificar su regreso a Primera división. Los verdiblancos, aún consiguiendo el triunfo, dependerían de lo que hiciese el Celta el jueves. Ese día también juegan Elche y Granada, que, al igual que los vigueses, serán jueces del ascenso en caso de que los de Pepe Mel sólo sean capaces de arañar un empate en su partido. La fiesta, por tanto, no será completa en Heliópolis.
El que no está para muchas celebraciones es el rival del conjunto bético. La guerra del Tenerife es bien distinta. Los chicharreros, casi desahuciados, podrían consumar su descenso a Segunda B en el Benito Villamarín, el mismo escenario en el que en 1989 lograron el ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional. Pero no a cualquier precio. Por delante se llevaron al Betis, que descendió a Segunda tras diez temporadas consecutivas en Primera.
La ida de la promoción se disputó en el Heliodoro, estadio del club de menor entidad. Sin embargo, los canarios demostaron ser un equipo de superior categoría y se impusieron por un abultado 4-0. El desaparecido Rommel Fernández (2), El Ghareff y Julio, en propia puerta, dejaron al Betis casi herido de muerte, pese a que su por entonces presidente, Gerardo Martínez Retamero, había afirmado en la víspera del choque lo mucho que se jugaban los andaluces en aquella eliminatoria.
Bochorno en el marcador y en el compromiso de vuelta. 3 de julio en Sevilla, calor asfixiante. También en la grada. Se llenó el Villamarín. 50.000 aficionados que confiaban en la remontada. Las esperanzas se fueron diluyendo con el paso de los minutos. Ochenta necesitaron los verdiblancos para perforar la portería de Belza. El resultado no se movió más. El pitido final de Ramos Marcos dejó paso a las lágrimas, de unos, y a la euforia, de otros.
Mientras la hinchada pedía la cabeza de su presidente, los jugadores del Tenerife celebraban el ascenso sobre el césped. Entre ellos, David Amaral, Quique Medina y Toño; entrenador, segundo entrenador y secretario técnico del Tenerife en la actualidad.
Casi 22 años después, el destino, caprichoso, le ha programado al Tenerife una nueva final en el Villamarín. Bien distinta, eso sí. Ahora no vale perder por la mínima. Seguramente, al beticismo no le importaría devolver parte de las lágrimas derramadas al que otrora fue su verdugo. Es el precio de la venganza.
El Betis lleva 22 aos tramando su venganza - MARCA.com
OJO: sólo lo pongo como anécdota, no deseo el descenso a NADIE.
El Betis lleva 22 años tramando su venganza
Los chicharreros podrían ser equipo de Segunda B si pierden en el Villamarín · Ambos equipos se enfrentaron hace dos décadas
en una promoción de la que salieron victoriosos los canarios · Los verdiblancos serían virtual equipo de Primera si suman los tres puntos
Pase lo que pase este miércoles, el Betis deberá esperar al menos 24 horas para certificar su regreso a Primera división. Los verdiblancos, aún consiguiendo el triunfo, dependerían de lo que hiciese el Celta el jueves. Ese día también juegan Elche y Granada, que, al igual que los vigueses, serán jueces del ascenso en caso de que los de Pepe Mel sólo sean capaces de arañar un empate en su partido. La fiesta, por tanto, no será completa en Heliópolis.
El que no está para muchas celebraciones es el rival del conjunto bético. La guerra del Tenerife es bien distinta. Los chicharreros, casi desahuciados, podrían consumar su descenso a Segunda B en el Benito Villamarín, el mismo escenario en el que en 1989 lograron el ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional. Pero no a cualquier precio. Por delante se llevaron al Betis, que descendió a Segunda tras diez temporadas consecutivas en Primera.
La ida de la promoción se disputó en el Heliodoro, estadio del club de menor entidad. Sin embargo, los canarios demostaron ser un equipo de superior categoría y se impusieron por un abultado 4-0. El desaparecido Rommel Fernández (2), El Ghareff y Julio, en propia puerta, dejaron al Betis casi herido de muerte, pese a que su por entonces presidente, Gerardo Martínez Retamero, había afirmado en la víspera del choque lo mucho que se jugaban los andaluces en aquella eliminatoria.
Bochorno en el marcador y en el compromiso de vuelta. 3 de julio en Sevilla, calor asfixiante. También en la grada. Se llenó el Villamarín. 50.000 aficionados que confiaban en la remontada. Las esperanzas se fueron diluyendo con el paso de los minutos. Ochenta necesitaron los verdiblancos para perforar la portería de Belza. El resultado no se movió más. El pitido final de Ramos Marcos dejó paso a las lágrimas, de unos, y a la euforia, de otros.
Mientras la hinchada pedía la cabeza de su presidente, los jugadores del Tenerife celebraban el ascenso sobre el césped. Entre ellos, David Amaral, Quique Medina y Toño; entrenador, segundo entrenador y secretario técnico del Tenerife en la actualidad.
Casi 22 años después, el destino, caprichoso, le ha programado al Tenerife una nueva final en el Villamarín. Bien distinta, eso sí. Ahora no vale perder por la mínima. Seguramente, al beticismo no le importaría devolver parte de las lágrimas derramadas al que otrora fue su verdugo. Es el precio de la venganza.
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OJO: sólo lo pongo como anécdota, no deseo el descenso a NADIE.
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