Diario el Mundo, Sevilla, 21 de Junio de 2007
HACIENDA CERCA A LOPERA
ANTONIO FÉLIX/SANTIAGO SALAS SEVILLA.- El acoso a Manuel Ruiz de Lopera se acentúa. Abandonado por sus directivos y hostigado por la afición, el máximo accionista del Betis carga también con la presión de la Hacienda Pública, organismo para el que no han pasado desapercibidas las oscuras relaciones entre el club y las empresas de su dueño.
Entre las investigaciones a diversas sociedades de Lopera, destaca la llevada a cabo sobre Encadesa (Encaje del Deporte, S.A.), la inquilina o la tonta, según definición del máximo accionista bético.
Encadesa es una pequeña empresa de apenas 30 trabajadores a la que el Betis tiene cedida toda la gestión del club. Lopera argumentó esta extraña práctica con la excusa de que; así, el Betis nunca tendría pérdidas, porque en tal caso las asumiría la Tonta. Pero la realidad ha sido muy distinta: en los tres últimos años el club verdiblanco ha registrado las mayores pérdidas de su historia (27 millones de euros reconocidos), mientras que la salud de Encadesa no ha parado de mejorar.
Hacienda tiene levantadas actas de inspección de todos los ejercicios de Encadesa desde que se creó, en 1999. A los inspectores de la Agencia Tributaria no les pasó por alto la renovación de la fórmula por la que Lopera fue condenado, hace año y medio, a 15 meses de prisión (condonados por el pago de dos millones de euros), por la comisión de dos delitos fiscales.
En aquel caso, la Agencia Tributaria denunció las irregularidades en la declaración del impuesto de sociedades del Betis y de Tegasa (Técnica y Garantía del Deporte). Tras un largo proceso en el que Lopera denunció conspiraciones y acusó a jueces, inspectores y periodistas, el empresario reconoció sus delitos y evitó la cárcel in extremis al pactar con la Fiscalía una sanción eximente. Una artimaña que no podría repetir una segunda vez.
Ante la revelación de la trama (que según Hacienda «vaciaba patrimonialmente al Betis»), a Lopera no se le ocurrió otra cosa que... cambiar de empresa. Decidió entonces liquidar a Tegasa, y de sus cenizas (es accionista y compartieron administradora) emergió Encadesa, que mejoró incluso las condiciones contractuales con el Betis de su antecesora.
La vinculación de Lopera con este complejo empresarial quedó asentada en sentencia judicial. El primer juzgado que así lo entendió fue el de Palma, al resolver un contencioso en el que intervenían el Betis, el Mallorca y el Oviedo, a cuenta de los compraventa del delantero Oli. La Audiencia Provincial de Baleares consideró que Tegasa, Encadesa y el Betis formaban «parte de un entramado empresarial controlado por el señor Manuel Ruiz de Lopera».
Presuntamente, al frente de Encadesa deberían encontrarse dos señoras. Mercedes Ferraro de Mora y María Teresa González Martínez (ex administradora de Tegasa. Cada una cuenta con el 48 por ciento de las acciones de la empresa. Según fuentes de este periódico, ambas pertenecen al círculo íntimo de Manuel Ruiz de Lopera y solamente tienen poder representativo. Todas las negociaciones importantes de Encadesa (por ejemplo, la del contrato televisivo del Betis) las hace Lopera.
Las particularidades de la relación entre el Betis y Encadesa despertaron nuevas sospechas en la Agencia Tributaria, aunque fueron las meramente contables las que provocaron el levantamiento de actas. No hay que olvidar que el ánimo de Hacienda es esencialmente recaudatorio.
Beneficios. La perplejidad de los inspectores ante la contabilidad de Encadesa es más que compresible. La empresa, con un capital social de 150.000 euros y apenas 30 trabajadores, maneja un volumen de negocio en torno a los 30 millones.
Algunos apartados revelan especiales beneficios logrados por Encadesa en su relación con el Betis. La empresa coloca parte del dinero que recibe del club (por dchos televisivos, taquillas, abonos, publicidad, …) en imposiciones a plazo fijo que le proporcionan sustanciosos intereses anuales (siete millones de euros en 2005, por ejemplo).
Una de las principales conclusiones del juicio que condenó a Ruiz de Lopera era que buena parte de las operaciones fiscalizadas entre Tegasa y el Betis era «ficticias»: que no se habían realizado o que las había realizado el mismo club pero se habían reflejado en la cuenta de su inquilina.
Los últimos datos de que dispone este periódico se refieren a junio de 2005. Encadesa cierra la memoria de sus cuentas anuales coincidiendo con el final de cada temporada futbolística. En cualquier lugar, fuentes de Hacienda consultadas por este periódico constataron que las investigaciones continúan, al ritmo que suele trabajar la Agencia Tributaria, lenta, segura e implacable.
HACIENDA CERCA A LOPERA
ANTONIO FÉLIX/SANTIAGO SALAS SEVILLA.- El acoso a Manuel Ruiz de Lopera se acentúa. Abandonado por sus directivos y hostigado por la afición, el máximo accionista del Betis carga también con la presión de la Hacienda Pública, organismo para el que no han pasado desapercibidas las oscuras relaciones entre el club y las empresas de su dueño.
Entre las investigaciones a diversas sociedades de Lopera, destaca la llevada a cabo sobre Encadesa (Encaje del Deporte, S.A.), la inquilina o la tonta, según definición del máximo accionista bético.
Encadesa es una pequeña empresa de apenas 30 trabajadores a la que el Betis tiene cedida toda la gestión del club. Lopera argumentó esta extraña práctica con la excusa de que; así, el Betis nunca tendría pérdidas, porque en tal caso las asumiría la Tonta. Pero la realidad ha sido muy distinta: en los tres últimos años el club verdiblanco ha registrado las mayores pérdidas de su historia (27 millones de euros reconocidos), mientras que la salud de Encadesa no ha parado de mejorar.
Hacienda tiene levantadas actas de inspección de todos los ejercicios de Encadesa desde que se creó, en 1999. A los inspectores de la Agencia Tributaria no les pasó por alto la renovación de la fórmula por la que Lopera fue condenado, hace año y medio, a 15 meses de prisión (condonados por el pago de dos millones de euros), por la comisión de dos delitos fiscales.
En aquel caso, la Agencia Tributaria denunció las irregularidades en la declaración del impuesto de sociedades del Betis y de Tegasa (Técnica y Garantía del Deporte). Tras un largo proceso en el que Lopera denunció conspiraciones y acusó a jueces, inspectores y periodistas, el empresario reconoció sus delitos y evitó la cárcel in extremis al pactar con la Fiscalía una sanción eximente. Una artimaña que no podría repetir una segunda vez.
Ante la revelación de la trama (que según Hacienda «vaciaba patrimonialmente al Betis»), a Lopera no se le ocurrió otra cosa que... cambiar de empresa. Decidió entonces liquidar a Tegasa, y de sus cenizas (es accionista y compartieron administradora) emergió Encadesa, que mejoró incluso las condiciones contractuales con el Betis de su antecesora.
La vinculación de Lopera con este complejo empresarial quedó asentada en sentencia judicial. El primer juzgado que así lo entendió fue el de Palma, al resolver un contencioso en el que intervenían el Betis, el Mallorca y el Oviedo, a cuenta de los compraventa del delantero Oli. La Audiencia Provincial de Baleares consideró que Tegasa, Encadesa y el Betis formaban «parte de un entramado empresarial controlado por el señor Manuel Ruiz de Lopera».
Presuntamente, al frente de Encadesa deberían encontrarse dos señoras. Mercedes Ferraro de Mora y María Teresa González Martínez (ex administradora de Tegasa. Cada una cuenta con el 48 por ciento de las acciones de la empresa. Según fuentes de este periódico, ambas pertenecen al círculo íntimo de Manuel Ruiz de Lopera y solamente tienen poder representativo. Todas las negociaciones importantes de Encadesa (por ejemplo, la del contrato televisivo del Betis) las hace Lopera.
Las particularidades de la relación entre el Betis y Encadesa despertaron nuevas sospechas en la Agencia Tributaria, aunque fueron las meramente contables las que provocaron el levantamiento de actas. No hay que olvidar que el ánimo de Hacienda es esencialmente recaudatorio.
Beneficios. La perplejidad de los inspectores ante la contabilidad de Encadesa es más que compresible. La empresa, con un capital social de 150.000 euros y apenas 30 trabajadores, maneja un volumen de negocio en torno a los 30 millones.
Algunos apartados revelan especiales beneficios logrados por Encadesa en su relación con el Betis. La empresa coloca parte del dinero que recibe del club (por dchos televisivos, taquillas, abonos, publicidad, …) en imposiciones a plazo fijo que le proporcionan sustanciosos intereses anuales (siete millones de euros en 2005, por ejemplo).
Una de las principales conclusiones del juicio que condenó a Ruiz de Lopera era que buena parte de las operaciones fiscalizadas entre Tegasa y el Betis era «ficticias»: que no se habían realizado o que las había realizado el mismo club pero se habían reflejado en la cuenta de su inquilina.
Los últimos datos de que dispone este periódico se refieren a junio de 2005. Encadesa cierra la memoria de sus cuentas anuales coincidiendo con el final de cada temporada futbolística. En cualquier lugar, fuentes de Hacienda consultadas por este periódico constataron que las investigaciones continúan, al ritmo que suele trabajar la Agencia Tributaria, lenta, segura e implacable.
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