¿Qué pasó con... Grussman?: "El gesto del avión siempre me unirá al Betis"
Hay jugadores que no necesitan estar mucho tiempo en un lugar para dejar su huella y Alois Grussman es uno de ellos. El checo jugó los 38 partidos de la temporada 91/92 y anotó ocho goles, una cifra sobresaliente si se tiene en cuenta que su posición natural era la de mediocentro defensivo. Su particular forma de celebrar los tantos, estirando los brazos y simulando el movimiento de un avión, caló hondo entre el beticismo y él lo recuerda con entusiasmo. "Aquel gesto siempre me unirá al Betis. Lo hacía para simbolizar que era un extranjero que había tenido que hacer muchos kilómetros para jugar en el Betis. Sólo estuve un año allí, pero me marcó la vida. Una vez que me retiré, viajé a Sevilla en al año 99, fui al estadio para ver un partido y tengo que reconocer que me emocioné, porque mucha gente me reconoció y empezó a hacer el gesto del avión".
Alois Grussman, que siguió jugando al fútbol en su país hasta los 40 años, padece artrosis y ha tenido que ser operado de la cadera hace unos meses, pero ya se encuentra en la última fase de su recuperación y sueña con ser un entrenador importante y seguir los pasos de su compatriota Michal Bilek, actualmente seleccionador de la República Checa.
La entrevista al completo, en la que describe cómo vivió la trágica promoción contra el Deportivo de la Coruña, su relación con Pepe Mel, el motivo de su primera tarjeta en España, las bromas que le gastaron sus compañeros de equipo y muchas cosas más, en la edición impresa de ED de este sábado.
David Díaz
Fuente: ED
Hay jugadores que no necesitan estar mucho tiempo en un lugar para dejar su huella y Alois Grussman es uno de ellos. El checo jugó los 38 partidos de la temporada 91/92 y anotó ocho goles, una cifra sobresaliente si se tiene en cuenta que su posición natural era la de mediocentro defensivo. Su particular forma de celebrar los tantos, estirando los brazos y simulando el movimiento de un avión, caló hondo entre el beticismo y él lo recuerda con entusiasmo. "Aquel gesto siempre me unirá al Betis. Lo hacía para simbolizar que era un extranjero que había tenido que hacer muchos kilómetros para jugar en el Betis. Sólo estuve un año allí, pero me marcó la vida. Una vez que me retiré, viajé a Sevilla en al año 99, fui al estadio para ver un partido y tengo que reconocer que me emocioné, porque mucha gente me reconoció y empezó a hacer el gesto del avión".
Alois Grussman, que siguió jugando al fútbol en su país hasta los 40 años, padece artrosis y ha tenido que ser operado de la cadera hace unos meses, pero ya se encuentra en la última fase de su recuperación y sueña con ser un entrenador importante y seguir los pasos de su compatriota Michal Bilek, actualmente seleccionador de la República Checa.
La entrevista al completo, en la que describe cómo vivió la trágica promoción contra el Deportivo de la Coruña, su relación con Pepe Mel, el motivo de su primera tarjeta en España, las bromas que le gastaron sus compañeros de equipo y muchas cosas más, en la edición impresa de ED de este sábado.
David Díaz
Fuente: ED
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