El columbario era uno de los proyectos estrella de los estertores de la época Oliver. Se anunció a bombo y platillo con maravillosos efectos económicos para todos. Sin embargo, a su llegada al club, el nuevo consejo de Gordillo buscó la manera de deshacer esta vinculación que no era tan ventajosa para el Betis, sino quizás incluso onerosa, lejos de los nueve millones de euros de beneficio que se pronosticaban hace unos meses. Se buscó el recurso de la entrada en Ley Concursal para poder encontrar una alternativa mejor o presentar dicho contrato como viciado, pero ninguna de las dos vías ha dado resultado y la empresa que tiene la concesión, GIEM Sports, continúa con las obras para hacer realidad el proyecto junto a la puerta de cristales del estadio. Ha habido negociaciones entre la citada empresa y el Betis hasta el punto de presentarse nuevas ofertas y contraofertas, pero el sentido del negocio es lo que separa a ambas posturas. De hecho, la altísima penalización (quince millones de euros) en caso de ruptura o incumplimento del contrato es lo que ha frenado las gestiones del Betis para parar una iniciativa que no parece tener mucho predicamento tal y como está planteada en las condiciones económicas actuales, como se puede leer en ABC de Sevilla.
Habrá columbario a pesar del club
Habrá columbario a pesar del club
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