Lo que pasa es que Fabián es titularísimo.

Muchos sextos puestos también implica que algún año se puede alcanzar el cuarto, mismamente este año si no es por dos o tres carajas estamos ahí.

Pues yo quiero muchos sextos puestos porque con la edad que tengo me he comido mucho puestos 12, 13, 14 y varios descensos

Pues yo quiero muchos sextos puestos porque con la edad que tengo me he comido mucho puestos 12, 13, 14 y varios descensos

Conmovedora reflexión, siento mucho por lo que tuvo que pasar y espero que le reconforte el recuerdo y pensar que ante pérdidas tan duras, ellos/as siguen con nosotros, somos materia de su materia y mostramos cualidades transmitidas de madres, padres y abuelos. No creo que haya equivocados en la historia, si su abuelo y su madre dejaron que usted decidiera sin reproches, se sentirían también orgullosos de su libre elección. Mucha fuerza y ánimos, y le pido disculpas y se le hubiera podido importunar con alguna de mis respuestas. Salud.

Pues yo quiero muchos sextos puestos porque con la edad que tengo me he comido mucho puestos 12, 13, 14 y varios descensos

¿Y mantener la misma plantilla?
Total, juguemos como juguemos, parece que no hay forma de bajar del 6º puesto …

Qué hermoso por favor. Me recuerda tanto a mi abuelo Manuel y su denodado esfuerzo por hacerme hincha del eterno rival. Su hijo, su hija (mi madre), y dos de sus nietos sevillistas; y yo, el mayor de la tercera generación, ni frío ni calor cuando me llevaba de la mano al Pizjuán y a la ciudad deportiva del eterno rival para ver las categorías inferiores. Te quería mucho abuelo, por eso no me atrevía a decirte que cuando jugábamos en el patio del colegio un derbi, yo iba con la parte de mi clase que era del Betis. No quería disgustarte, siempre te veía como un tipo sensible a pesar de que eras un hombre gigantesco, de manos enormes labradas por el duro trabajo en la obra, y voz ronca por culpa del puñetero tabaco.

Otoño de 1984, mi primera vez en un estadio. Un Sevilla-Cádiz que vi en la grada norte, parte alta, del ya por entonces vetusto estadio de Nervión. Recuerdo subir de tu mano y quedarme prendado del intenso color verde del césped. No canté ninguno de los tres goles que se llevó la visita, supongo que ahí te diste cuenta de que algo no iba bien... Pero persististe, y cuando no había nada que hacer, tu hija te confesó la verdad. Recuerdo claramente abrir la caja de mi primera equipación completa del Betis, que tú me regalaste por mi cumpleaños.

Qué fatalidad, Manuel, poco después te llevaste el peor trago que un ser humano puede sufrir, enterrar a tu propia hija antes de marcharte. Una vida dura, ganada a golpe de trabajo de sol a sol para terminarla así. Qué injusto. No eras un hincha fanático, pero sé que habrías disfrutado mucho de este presente de tu equipo. Siento una envidia terrible -pero sana, si es que eso existe- de ese padre y de ese hijo, qué de cosas nos perdimos. Por culpa del accidente, de la enfermedad, y de ese requiebro del destino que me hizo "tu eterno rival". No sé si te gustará saberlo, pero reconozco que muchas veces, cuando os recuerdo, siento que el equivocado era yo...

Ya que la Roma no va a ir a Champions a lo mejor vuelve a sonar Aouar para nosotros.

Pero un loco bueno, hay locos malos.