Todo el mundo sabe que un proyecto para reformar un estadio se lleva a cabo en dos días.

Lo de La Cartuja es una vergüenza, un símbolo grandioso de la falta de sentido común y de respeto a la ciudadanía de Andalucía y de España en general por parte de las administraciones públicas. Con dos grandes estadios como los que tiene Sevilla, ¿qué sentido tiene otro? Un dispendio de un dinero que hace falta para otras cosas. Si único sentido era seguir siendo un estadio olímpico, con su pista de atletismo, de los que no estamos sobrados en toda España. Pero si ya quitan incluso eso se convierte en algo absurdo y que sobra.
Coincido en que el objetivo final no puede que ser otro que darle un nuevo estadio casi regalado a la cochambre. Y como se llegue a ese punto, tengo claro que debemos oponernos con toda nuestra fuerza. Es más, si somos serios nuestros servicios jurídicos deberían estar ya estudiando esa posibilidad.

Palangana y patético es tu modo de pensar y tergiversar la opinión de los que tienes atravesados.

Desconoces por completo que hay que tener licencias de operativa municipal para todo tipo de obras como la del marcador electrónico. Y hasta que no tuvimos el preceptivo dispositivo de seguridad del ayuntamiento no se pudo subir por la empresa que hacia los trabajos. Y Acciona como el 100% de las empresas constructoras incumplen el 90 % de la s plazos de sis proyectos como todas las Promotoras igualmente en España.. No fue diferente con la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo que así se llama una de nuestras leyendas.

El Real Betis no construye nada nunca. No es su fin existencial. Contrata como todo hijo de vecino la empresa que las van a ejecutar.

Eah ya has aprendido hoy algo nuevo en tu ridícula y permanente trayectoria por el foro.

pregunto, la junta de andalucía, máxima accionista del estadio de la cartuja, si es una empresa constructora?
la junta no contrata a ninguna empresa para que realice las obras en la cartuja o las obras las hace la propia junta?

O sea que para un marcador es normal que se tarde meses, pero para una obra de un estadio al que hay que añadirle nuevas gradas, nueva cubierta y otro tipo de reformas, eso tiene que hacerse de un día para otro. Interesante.

+ 1907

Si se quieren ir a la Cartuja, allá ellos. Pero, por supuesto, que no se lo regalen y que le paguen al Betis el porcentaje que le corresponde del Estadio.

Me parece un más que evidente ejemplo de hacerse trampas al solitario el intento de vender al Betis como club perjudicado por las obras que se van a hacer en el otrora coliseo cartujano justo en este momento. Tampoco es literalmente cierto que ese estadio se construyera con el único objetivo de favorecer, de una manera u otra, al eterno rival. Como tampoco es cierto que el Real Betis Balompié jamás haya recibido ayuda alguna pública para la reforma del Villamarín.

La relación entre el Real Betis y el Estadio de la Cartuja está marcada, cómo no, por la sempiterna presencia del magnate del Fontanal, hoy libre de polvo y **** y con unos cuantos milloncejos de más en el bolsillo gracias a los actuales (mal) gestores del club. Ruiz de Lopera vio negocio en esa dorada época cuando se sentó con los dirigentes del eterno rival en la misma mesa que compartieron con el entonces alcalde Alejandro Rojas-Marcos para tratar el futuro nuevo estadio. ¿La idea? Pues que ambos clubes, ya convertidos en SAD, se fueran juntos a una especie de “comunale”, lo que facilitaría los pelotazos urbanísticos correspondientes, y serviría para que ambas entidades compensaran al Ayuntamiento por las bestiales deudas que las dos acumulaban (¿y acumulan?) en materia de impuestos municipales. Lopera se entusiasmó con la idea, en Nervión la sensación era la contraria.

El problema llega cuando en 1995 se cambian las tornas en el Ayuntamiento y Rojas-Marcos, que fue apoyado por el PP en 1991 para que no gobernara la lista más votada en el Consistorio- ya ven que esas cosas han pasado de toda la vida de Dios, y solo generan escándalos dependiendo de la sigla agraviada- pasa a ser teniente de alcalde. El invento del “comunale” se va al garete porque Soledad Becerril, la alcaldesa popular, le ofrece al magnate del Fontanal ser el financiador del tema (al PP nunca le hizo ni pizca de gracia la construcción del tercer estadio de la ciudad) apoyado por un grupo empresarial-comunicativo enemigo acérrimo de PRISA, dopado económicamente por el primer Gobierno de Aznar, y con el que Lopera presumía públicamente de tener unas relaciones “fenomenales”. Eran los tiempos de la guerra de las televisiones, José María García, De la Morena, de aquella VÍA DIGITAL cebada con dinero público para competir con CANAL SATÉLITE DIGITAL; y Lopera, lógicamente, eligió bando, llegando a presumir de tener contacto directo con el exministro Francisco Álvarez-Cascos. La elección estaba hecha: el Betis se iba a La Cartuja y no habría problema alguno, el beticismo no se iba a levantar contra la deidad de la calle Jabugo, sobre todo en tiempos de bonanza deportiva propia, y al mismo tiempo catastrófica del eterno rival.

Rojas-Marcos se opuso al cambio que dejaba fuera del invento al club de Nervión porque se le fastidiaba el negociete propio y, capitidisminuido en el Ayuntamiento, se fortaleció en la Junta de Andalucía -donde gobernaban su partido y el PSOE al alimón- para poner freno a la ocurrencia de la alcaldesa. El estadio se hizo tal y como el andalucista quiso con el apoyo de la Junta, y alejó a Lopera de su particular pelotazo ya pactado con el Ayuntamiento (traslado a La Cartuja a cambio de recalificación generosa y especulativa que iría directamente a Técnicas Ganaderas SA -TEGASA-). El empresario reaccionó en la primavera de 1998 empapelando el Villamarín con carteles (con el escudo del Betis) insultando y vejando a políticos que, en realidad no le habían dejado enriquecerse y que, como siempre, “perjudicaban al Betis”, tal y como se sigue diciendo hoy en día.

Pero había que reformar el Villamarín por exigencias UEFA, y una vez fue presentado el famoso “platillo volante” e iniciadas las obras en el verano de 1998 por la Avenida de La Palmera -previo año electoral municipal-, misteriosamente, la primera empresa adjudicataria de las mismas, AGROMAN, abandona el proyecto porque el club “duplicó las exigencias del mismo”. Hablando en román paladino: no pagó lo que debía. Hay que esperar casi un año para que medio estadio se termine, se inaugure con la plana mayor política, social y religiosa de la ciudad y la región (a dos meses de unas elecciones generales y autonómicas, nadie quiso perderse el sarao. Público y notorio es que ese medio estadio se pudo poner en pie gracias a las ayudas públicas de diferentes administraciones. Cuando se acabaron las subvenciones, se acabaron las obras. Todo muy loperiano.

¿Y qué pinta el eterno rival en esto? Pues poco y mucho al mismo tiempo. En esos años 90, el vecino sufría una crisis demoledora, iniciada con el esperpento del verano de 1995. En una posición débil para negociar nada, y con un centro comercial “estrangulando” los accesos a su estadio, el otro equipo de la ciudad se bajó del carro de La Cartuja cuando Lopera, gran anatema de la época para ellos, se ofreció gustosamente a liderar la historia empujado por sus amigos del PP. Los dirigentes del eterno rival de entonces, sabedores de que la masa social del vecino sería mucho más resistente que la bética a la mudanza, hicieron mutis por el foro y aguantaron las presiones públicas para facilitar el cambio, hasta que ya empezado el siglo XXI, y en mejores condiciones económicas y deportivas, llegaron a jugar un partido oficial en Liga sin que mediara sanción de por medio en el estadio de marras. Un famoso choque contra el Real Madrid que terminó 1-3 para los visitantes.

El experimento resultó un fiasco. A nadie le gustó la historia por lo que de todos es de sobra conocido (pistas de atletismo, enormes distancias entre gradas y césped, accesos tercermundistas…), a pesar de que algunas televisiones locales del momento (sobre todo la afín al hoy extinto PA) lanzaron el mensaje de que lo que había que hacer “era acostumbrarse y coger práctica a la hora de ir al coliseo”, que ya sufría evidentes síntomas de abandono. La presidencia de Roberto Alés fue la que permitió la idea de jugar ese partido allí, lo que recientemente fue utilizado por quienes ya sabemos para decir que el camino que seguía el club de Nervión bajo el mando del finado empresario era el de trasladarse definitivamente al otro lado del río, cosa que jamás se produjo.

Si a ABA no le salen las cuentas del calendario, debería haber sido más prudente a la hora de anunciar a bombo y platillo fechas y plazos que es probable no se cumplan, pero que se verá en su momento. Ahora bien, jugar con las cartas marcadas y echarle la culpa a la entidad “propietaria” de la instalación que vas a usar porque va a hacer reformas pagadas por ella misma, para disimular tus propios incumplimientos, no solo es absurdo, sino que supera con mucho lo pueril.

Si el problema es que una administración pública “le va a regalar” un estadio al eterno rival (que está por ver), ¿por qué no se suma el Betis al proyecto de recuperar ese `comunale´ reformado que podría contar con hasta 70.000 asientos, y usar todo el fondo CVC en culminar la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo tal y como se presentó hace años? Supongo que la respuesta en los dirigentes de hoy se encuentra en la misma pregunta que se hizo el propio Lopera hace casi 30 años: “¿entonces cómo hago yo negocio con esta historia?”

Pues eso, que echarle las culpas a las administraciones de lo que hace el Betis es la salida fácil que le conviene a los dirigentes del club, que deberían haber sido más prudentes con las fechas y más después de ver cómo se demoró la Ciudad Deportiva de Dos Hermanas.

Algunos se piensan que la expresión "a la mayor brevedad posible" significa empezar a meter grúas a las dos semanas de decir eso, y la verdad es que pensar eso es no tener ni pajolera idea de cómo funciona la construcción.

Si hombre claro, porque los de preferencia no tengan grada me voy a quedar yo sin ir varios partidos para que no lloren...

Si luego en Mayo, lo cuando llegue el Verano y todavía no supieramos, ojo hablo en condicional, y por casualidad aún lno se llegase a saber cuando ni como ni que ni cual va a ser el alcance global de lo que van a hacer en la Cartuja y aquí se seguirà con el mismo discurso decepcionantemente . Y mirando para otro lado.

Pues lo siento pero no tiene sentido invertir dinero en La Cartuja estando como está el metro o la SE-40, sí, habiendo otros dos estadios más en Sevilla.

Cambiando un poquito de tercio. Dejo las imágenes de uno de los estudios que optó a nuestra remodelación. A mí me encanta De la Hoz y espero que se gasten bien el dinero para que las calidades y los remates sean de alto nivel pero estás imágenes que os paso tienen muy buena pinta.


Estudio L35

Tendríamos que haber presentado nuestro estadio para el mundial, es mucho mejor estadio para ver el fútbol, está mejor situado que la Cartuja, con mejores comunicaciones, y cumple todos los requisitos FIFA una vez se termine. Pero por algún motivo oculto el Betis nunca presentó su estadio como candidatura para el Mundial.