Domingo 17 de junio de 2007, día gris en nuestra ciudad (sí nuestra ciudad…) silencio en las calles, olor a café y pan tostado, los niños se han despertado… piden que se les prepare su desayuno y ver los “dibujitos”. El día no esta como para quedarse en casa, tampoco para estar en la calle, pero ante esta disyuntiva lo mejor salir, tomar algo al mediodía, cerveza, vino, cubata pero antes de las 5 en casa ¿Vale? Esa pregunta fue previa a la hora marcada y formulada a quien corresponde que tiene colores que siente como ellos…
Bueno ya son las 5 ¿Qué pongo? ¿Al Araujo? ¿El Carrusel? ¿Me acuesto? ¿Me voy a la terraza y me fumo un paquete de tabaco en hora y media? ¡Yo que se, Dios!, al final salita y ordenador… actualizar, actualizar, actualizar, actualizar… F5, F5, F5, F5…. Leer, leer, leer, leer… Fue la terapia elegida. A las 17:50 horas toco fumar un cigarro, me dolía el dedo, la cabeza y el alma. Vuelvo a la salita, misma postura, enciendo la televisión con volumen quitado, no recuerdo que canal tenía puesto. Empieza el partido, otra vez lo mismo F5, F5, F5,F5… Seguí informándome sobre el discurrir del partido de la misma forma, según pude leer el Betis demostraba una tarde más su falta de ambición y de coraje. Llego el segundo gol del Celta de Vigo, en ese momento perdí todas las buenas vibraciones que creí tener, me levanté y me fui a la terraza para encender otro cigarro, pensé en el Centenario, pensé en mis amigos desplazados a Santander, pensé en esos niños béticos (sácale partido al cole… sí o sí), llegue a la conclusión que desde arriba se encontraban ocupados con otras cosas y no nos podían atender, pero me pregunté ¿Y el cuarto anillo? En esos momentos se me fue verdaderamente la pinza, me acorde de mi Padre, gran bético que falleció hace unos años, le pedí a mi Padre:
“Papa, Papa, que el nuestro Betis se nos va a segunda, no lo permitas, acuérdate de aquellas tardes de domingo que nos acercábamos a Heliópolis, aquel viaje a Huelva cuando nos cerraron el campo, ¿Qué es lo que pasa Papa? Ya se que todo el Santoral esta ocupado con otras cosas, pero aquí estamos sufriendo…
Termine el cigarro y me puse nuevamente delante del ordenador, a los dos o tres minutos, empiezo a leer mensajes confusos, GOLLLLL, GOLLLLLL, GOLLLL, ETC… ¿Quién marco? ¿Quizás el Getafe? Y leo GOLLLLLL de Edú, chille y lloré al mismo tiempo, eso alerto a mi hijo, pero lo más desgarrador fue como mi niña de algo menos de 2 añitos se me acerco y me abrazó “papi, papi, papi… eti, eti, eti” lloré sí lloré como un niño chico, entre tanta lágrima llego el segundo gol de Edú, no podía articular palabra alguna, en esto se me acerco mi Mujer (sevillista confesa) y pretendió tranquilizarme. Fin del partido y el móvil empezó a recibir mensajes, llamadas, no podía atender ni una solo llamada, fue pasado unos minutos del final cuando recibí una nueva llamada de un forero del foro oficial que se desplazo a Santander, descolgué y escuché el sonido de fondo, no podía contestarle, lloraba, lloraba y lloraba, fue mi mujer quien le dio las explicaciones de cómo estaba.
Este mensaje posiblemente no tiene ni pies ni cabeza, es como mi tarde de ayer, dolor, llanto, lagrimas y beticismo. No quiero volver a repetir una tarde como la de ayer, he vivido descensos y también lloré, he vivido triunfos de mi Betis y en algunos ni lloré, pero lo que no quiero es vivir más esta dramática situación.
Tiempo vamos a tener desde hoy, pero quiero aprovechar este mensaje para decirle al consejero delegado, dueño, propietario y secuestrador de sentimientos del Real Betis Balompié que se marche ya. A Pepe León que se marche con su amigo Lopera y a los consejeros (que grande les queda eso de consejeros) que se marchen también y no vuelvan más.
Saludos.
Nota: jugadores de la primera plantilla del Real Betis Balompié os habéis escapado de “rositas”.
Bueno ya son las 5 ¿Qué pongo? ¿Al Araujo? ¿El Carrusel? ¿Me acuesto? ¿Me voy a la terraza y me fumo un paquete de tabaco en hora y media? ¡Yo que se, Dios!, al final salita y ordenador… actualizar, actualizar, actualizar, actualizar… F5, F5, F5, F5…. Leer, leer, leer, leer… Fue la terapia elegida. A las 17:50 horas toco fumar un cigarro, me dolía el dedo, la cabeza y el alma. Vuelvo a la salita, misma postura, enciendo la televisión con volumen quitado, no recuerdo que canal tenía puesto. Empieza el partido, otra vez lo mismo F5, F5, F5,F5… Seguí informándome sobre el discurrir del partido de la misma forma, según pude leer el Betis demostraba una tarde más su falta de ambición y de coraje. Llego el segundo gol del Celta de Vigo, en ese momento perdí todas las buenas vibraciones que creí tener, me levanté y me fui a la terraza para encender otro cigarro, pensé en el Centenario, pensé en mis amigos desplazados a Santander, pensé en esos niños béticos (sácale partido al cole… sí o sí), llegue a la conclusión que desde arriba se encontraban ocupados con otras cosas y no nos podían atender, pero me pregunté ¿Y el cuarto anillo? En esos momentos se me fue verdaderamente la pinza, me acorde de mi Padre, gran bético que falleció hace unos años, le pedí a mi Padre:
“Papa, Papa, que el nuestro Betis se nos va a segunda, no lo permitas, acuérdate de aquellas tardes de domingo que nos acercábamos a Heliópolis, aquel viaje a Huelva cuando nos cerraron el campo, ¿Qué es lo que pasa Papa? Ya se que todo el Santoral esta ocupado con otras cosas, pero aquí estamos sufriendo…
Termine el cigarro y me puse nuevamente delante del ordenador, a los dos o tres minutos, empiezo a leer mensajes confusos, GOLLLLL, GOLLLLLL, GOLLLL, ETC… ¿Quién marco? ¿Quizás el Getafe? Y leo GOLLLLLL de Edú, chille y lloré al mismo tiempo, eso alerto a mi hijo, pero lo más desgarrador fue como mi niña de algo menos de 2 añitos se me acerco y me abrazó “papi, papi, papi… eti, eti, eti” lloré sí lloré como un niño chico, entre tanta lágrima llego el segundo gol de Edú, no podía articular palabra alguna, en esto se me acerco mi Mujer (sevillista confesa) y pretendió tranquilizarme. Fin del partido y el móvil empezó a recibir mensajes, llamadas, no podía atender ni una solo llamada, fue pasado unos minutos del final cuando recibí una nueva llamada de un forero del foro oficial que se desplazo a Santander, descolgué y escuché el sonido de fondo, no podía contestarle, lloraba, lloraba y lloraba, fue mi mujer quien le dio las explicaciones de cómo estaba.
Este mensaje posiblemente no tiene ni pies ni cabeza, es como mi tarde de ayer, dolor, llanto, lagrimas y beticismo. No quiero volver a repetir una tarde como la de ayer, he vivido descensos y también lloré, he vivido triunfos de mi Betis y en algunos ni lloré, pero lo que no quiero es vivir más esta dramática situación.
Tiempo vamos a tener desde hoy, pero quiero aprovechar este mensaje para decirle al consejero delegado, dueño, propietario y secuestrador de sentimientos del Real Betis Balompié que se marche ya. A Pepe León que se marche con su amigo Lopera y a los consejeros (que grande les queda eso de consejeros) que se marchen también y no vuelvan más.
Saludos.
Nota: jugadores de la primera plantilla del Real Betis Balompié os habéis escapado de “rositas”.
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