Curioso articulo sobre el Betis de un señor extremeño periodista o ligado al mundo del fútbol.
http://www.actualidadextremadura.com...-er-beti-manqu
LA FOTO QUE REGALÉ A JOSÉ ANTONIO REINA
Ha tiempo que no escribo sobre el fútbol; no quería: me aturden los recuerdos y aunque la inmensa mayoría son agradables, incluso inolvidables, también hay pesares pues cuando uno se junta con lobos a aullar se puede acostumbrar y prefiero hablar como persona. Como tal poseo memoria. Y de las buenas, fresquita, gracias a Dios. ¡Ya quisieran algunos que la hubiere perdido! No: ni la memoria ni la vergüenza, ni el temperamento…
Por ejemplo recuerdo ahora –me hacía falta una foto del Betis- que años ha, cuando acá llegó de meritorio aunque se ganó su pan trabajando, es cierto, regalé una fotografía histórica del Real Betis al periodista José Antonio Reina, que hasta mí llegó recomendado por mi entrañable, y viejo amigo, excelente escritor, poeta, periodista, dibujante, listo como el hambre, José María Pagador Otero, siendo yo director de Radio Mérida, sita en calle Teniente Torres, recien arribado a la capital.
Le ofrecí lo que tenía y podía: libertad total, algún bocata y hasta algún dinerillo para poder desplazarse al pueblo adonde vivía su santa madre, Torremejías, si yo no podía acercarlo. Y colaboró en la radio, viajó conmigo a radiar partidos (incluso a Euskadi, adonde tenía un hermano que era guardia civil), naturalmente a gastos pago, que se decía, y de buen gusto, conste. Por citar señalaré* viajes a La Línea de la Concepción, Albacete, etc…
Un mal día las relaciones se torcieron pues yo sabía cómo se trabajaba en el Mérida y luché por él sin desmayo –es público- y me escocía que él criticase sin valorar la obra que más luego a todos nos elevó a la Primera División, eso es innegable. Critiqué su actitud, en mi caso siempre en defensa de aquel Mérida, y acaso pude pasarme en algo, no sé, desde luego no era mi intención, ni mucho menos; y hubo querella judicial, exigiéndome un dinero, no sé, acaso 5 milloncejos de pts., vamos querían tener un buen coche a costa mía. Durante el juicio él aceptó que yo, de alguna manera, había sido su “maestro” en la profesión, cual declaró ante el magistrado don Valentín Carrascosa, personaje tan* estimado/reconocido en Mérida.
Gané en primera instancia pero problemas muy ajenos al caso (no se presentaron, sin avisarme -o sea, me abandonaron sin más- abogado y procuradora que me estaban defendiendo) me perjudicaron y al cabo perdí y se pagó la cantidad, creo, de un millón de pelas, aunque alguien me comentó que a él le había costado bastante más que a mí, de costas y gastos y ni lo dudo, seguro…Bien: antes de la ruptura, un buen día, le regalé algo que yo apreciaba y que es exponente de que, entonces, también aprecié a Reina.
Tenía yo una foto histórica que si no recuerdo mal me regaló el recordado presidente del Betis, don Benito Villamarín Prieto (empresario orensano, gallego listo que falleció, de cáncer, en 1966, aún joven y capaz, ay…), buen amigo mío, como Rafael de Carranza, bético hasta las cachas, y socio suyo en la industria exportadora de tomate en polvo que ambos tenían en Entrerríos, muy cerca de Villanueva, en la carretera que une ambas poblaciones de mis Vegas Altas. Me la dedicó orgulloso pues era aquel Betis que ganó el X Trofeo “Carranza” eliminando nada menos que a Boca Junior argentino y ganando la final* al mismísimo Benfica de los Eusebio, Columna, Torres, etc., que venía de ganar la Copa de Europa al Barça, eliminando en el trofeo al Madrid.
Fue a finales de agosto de 1964, y allá estuve junto a Villamarín y Carranza (yo iba a pedirles algún futbolista para el Deportivo Don Benito, cediendo al gran Ezequiel, al cabo pilar bético en Primera). Empataron a cero y luego, en prórroga, Rogelio y Frasco golearon y ardió Sevilla, con rescoldos gaditanos, también…
El Betis hizo dos partidazos, con garra y duende, muy apoyados por su hinchada que masivamente se desplazó a “la tacita de plata”, con jugadores inolvidables como el poderoso central vasco Ríos, otro vasco, ariete clásico, Ansola, el exbarcelonista fino Bosch el genial andaluz Rogelio, un chaval tocado por la gracia del “Currobetis”… Supe que José Antonio Reina era bético de corazón y decidí regalársela –aunque quería tanto a dicha foto por lo que para mí significaba-,* enmarcada en verdiblanco, tal cual a mi me fue entregada. Y ahora les hablo algo más de ese Betis que nos devolvió la verdad del fútbol la otra noche ante el aparentemente intratable Barça.
¡VIVA ER BETI MANQUE PIERDA!...
De la fusión de dos modestos clubes sevillanos surgió, en 1914, el Real Betis Balompié que hasta los años 30 no sería Betis a secas. Y ha sido el primer club andaluz que jugó en Primera, el primero que logró ganar la Liga, así como la primera Copa del Rey en el formato actual, a cuyo partido asistí como luego comentaré; y fue el primero en disputar la Liga de la UEFA tal cual es en la actualidad. Efectivamente en la Liga 1933-34 fue campeón.
Tenía un técnico inglés –en sus comienzos pesaron mucho los ingleses y los estudiantes, lógico…- y aquel equipo lo formaban nada menos que seis jugadores vascos que al estallar la guerra incivil huyeron formando aquel célebre Vizcaya CF que disputaba partidos en Sudamérica, Méjico y Argentina, sobre todo, con los Aedo, Areso, Lécue, Unamuno, Urquiaga, Larrinoa… Tras esta experiencia vasca fue tildado de equipo “republicano” injustamente y funcionó una leyenda sobre ataques del general Queipo de Llano a la sede bética, su campo utilizado como cochera de tanques, etc. Es leyenda.
En mis años más jóvenes tuve contactos con el Betis y recuerdo que Pepe Varela, que llevaba a todos los magníficos juveniles béticos –recuerdo a Del Sol- era capitán del Ejército, y Rafael de Carranza de “republicano” nequaquam ; es más era yerno del que fue Capitán General de Ceuta, Galera Paniagua…, en fin. Otra cosa es que tras la contienda no levantara cabeza, en los años 40, llegando a jugar varias temporadas en Tercera División. Precisamente Benito Villamaría fue quien lo devolvió a Primera en 1,958. Fue por entonces cuando yo contacté con el Betis, al que llamaban “Currobetis”, especie del torero Curro Romero, capaz de salir a hombros o escoltado…O como Cagancho, años antes…Así era el Betis: ganó la Copa del Rey, jugó en Europa y descendía a Segunda, sí, un “Currobetis”. Yo conocí, ya en los 60, tras la mili, al periodista y dibujante que parió la célebre frase ¡Viva er Beti manque pierda!...
Martínez de León dibujaba un personaje de su creación llamado “Oselito” en cuya boca puso Martínez de León la frase que es emblemática, símbolo del Betis incombustible. Entonces también saludé en la sede bética al presidente que era hermano del fallecido Villamarín, Avelino, que estuvo uno o dos años sólo, quien me presentó al conocido poeta sevillano próximo a la Generación del 27, ya mayorcito, Joaquín Romero Murube que escribía unas crónicas épicas hermosísimas y en la pared, enmarcada, cual un lema, había una de sus frases: “una inderrocable moral a prueba de derrotas”… De aquellas visitas –como de otras a la sede del Sevilla, asimismo inolvidables, siempre de “pesca”, aprendí vocablos, frases, estilos del fútbol de la época –que será el de siempre por muchos modismos que inventen…- y que me sirvieron profesionalmente en crónicas y retransmisiones; y, sobre todo, vivencias, anécdotas…
COPA DEL REY DE 1977, SIGUIENDO A LA U.D. MONTIJO
Recien estrenada la democracia, con el Norte calentito, por* ETA, la Unión Deportiva Montijo que presidía mi amigo Emilio Macarro, Practicante que falleció demasiado joven, aún, con Bienve de entrenador y jugadores inolvidabes de la talla de José Mary, Tony (hermano de Adelardo), Tienza, Méndez, Valentín, el medio emeritense tan correoso Mony, Mañas, etc. viajaba a Guipúzcoa a disputar el partido de ida de la liguilla de ascenso a Tercera División al campo del Lagun Onak, de Azpéitia (esa es otra historia que deberé contar: un estallido de extremeñismo con la bandera verde, blanca y negra, ganando a la ikurriña, un día histórico en La Transición, apenas comentado aunque recordado por los miles de extremeños que lo vivimos…). Al pasar por Madrid algunos decidimos asistir a la final de la Copa del Rey –volvía a denominarse como en sus comienzos, ya no era la del Generalísimo- que disputarían el Betis y el Bilbao.
No cabía un alfiler en el Estadio V. Calderón; pudimos entrar con dos carnés míos de la Asociación Española de Periodistas Deportivos, menos mal. Tremenda pugna, calor y empate a dos goles. Prórroga y permanecía el empate. Penaltis: ¡nada menos que 21 lanzamientos, triunfando aquel Betis por 8-7!... Los Esnaola, Biosca, Alabanda, Sabaté, Bizcocho, Cobo, Megido, Benítez, Del Pozo, López, pintureros, enardecidos, soportando mejor el calor que los favoritos vascos, sorprendieron y vencieron, siendo el meta vasco Esnaola, una institución en el Betis, quien logró* marcar el penalty triunfador…Inenarrable la gesta de aquel Betis con “inderrocable moral”… Abracé al presidente verdiblanco, don José Núñez Naranjo, y al amigo Casto –preparador de juveniles- y salimos pitando para Azpéitia, la noche y la madruagada por delante para vivir, gozar de otra jornada histórica, horas después en tierras guipuzcoanas plagada de emigrantes extremeños, gentes del Valle de la Serena, de Quintana Higuera, muchos, miles de hermanos de la diáspora sangrante…
Luego, en otra época, en alguna ocasión –cuando fui a radiar- hubo trato áspero de determinados empleados del club bético, ineducados, atolondrados, zafios, pobres gentes,pero el Betis es mucho Betis; sí: ¡Viva er Beti manque pierda!...
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LA FOTO QUE REGALÉ A JOSÉ ANTONIO REINA
Ha tiempo que no escribo sobre el fútbol; no quería: me aturden los recuerdos y aunque la inmensa mayoría son agradables, incluso inolvidables, también hay pesares pues cuando uno se junta con lobos a aullar se puede acostumbrar y prefiero hablar como persona. Como tal poseo memoria. Y de las buenas, fresquita, gracias a Dios. ¡Ya quisieran algunos que la hubiere perdido! No: ni la memoria ni la vergüenza, ni el temperamento…
Por ejemplo recuerdo ahora –me hacía falta una foto del Betis- que años ha, cuando acá llegó de meritorio aunque se ganó su pan trabajando, es cierto, regalé una fotografía histórica del Real Betis al periodista José Antonio Reina, que hasta mí llegó recomendado por mi entrañable, y viejo amigo, excelente escritor, poeta, periodista, dibujante, listo como el hambre, José María Pagador Otero, siendo yo director de Radio Mérida, sita en calle Teniente Torres, recien arribado a la capital.
Le ofrecí lo que tenía y podía: libertad total, algún bocata y hasta algún dinerillo para poder desplazarse al pueblo adonde vivía su santa madre, Torremejías, si yo no podía acercarlo. Y colaboró en la radio, viajó conmigo a radiar partidos (incluso a Euskadi, adonde tenía un hermano que era guardia civil), naturalmente a gastos pago, que se decía, y de buen gusto, conste. Por citar señalaré* viajes a La Línea de la Concepción, Albacete, etc…
Un mal día las relaciones se torcieron pues yo sabía cómo se trabajaba en el Mérida y luché por él sin desmayo –es público- y me escocía que él criticase sin valorar la obra que más luego a todos nos elevó a la Primera División, eso es innegable. Critiqué su actitud, en mi caso siempre en defensa de aquel Mérida, y acaso pude pasarme en algo, no sé, desde luego no era mi intención, ni mucho menos; y hubo querella judicial, exigiéndome un dinero, no sé, acaso 5 milloncejos de pts., vamos querían tener un buen coche a costa mía. Durante el juicio él aceptó que yo, de alguna manera, había sido su “maestro” en la profesión, cual declaró ante el magistrado don Valentín Carrascosa, personaje tan* estimado/reconocido en Mérida.
Gané en primera instancia pero problemas muy ajenos al caso (no se presentaron, sin avisarme -o sea, me abandonaron sin más- abogado y procuradora que me estaban defendiendo) me perjudicaron y al cabo perdí y se pagó la cantidad, creo, de un millón de pelas, aunque alguien me comentó que a él le había costado bastante más que a mí, de costas y gastos y ni lo dudo, seguro…Bien: antes de la ruptura, un buen día, le regalé algo que yo apreciaba y que es exponente de que, entonces, también aprecié a Reina.
Tenía yo una foto histórica que si no recuerdo mal me regaló el recordado presidente del Betis, don Benito Villamarín Prieto (empresario orensano, gallego listo que falleció, de cáncer, en 1966, aún joven y capaz, ay…), buen amigo mío, como Rafael de Carranza, bético hasta las cachas, y socio suyo en la industria exportadora de tomate en polvo que ambos tenían en Entrerríos, muy cerca de Villanueva, en la carretera que une ambas poblaciones de mis Vegas Altas. Me la dedicó orgulloso pues era aquel Betis que ganó el X Trofeo “Carranza” eliminando nada menos que a Boca Junior argentino y ganando la final* al mismísimo Benfica de los Eusebio, Columna, Torres, etc., que venía de ganar la Copa de Europa al Barça, eliminando en el trofeo al Madrid.
Fue a finales de agosto de 1964, y allá estuve junto a Villamarín y Carranza (yo iba a pedirles algún futbolista para el Deportivo Don Benito, cediendo al gran Ezequiel, al cabo pilar bético en Primera). Empataron a cero y luego, en prórroga, Rogelio y Frasco golearon y ardió Sevilla, con rescoldos gaditanos, también…
El Betis hizo dos partidazos, con garra y duende, muy apoyados por su hinchada que masivamente se desplazó a “la tacita de plata”, con jugadores inolvidables como el poderoso central vasco Ríos, otro vasco, ariete clásico, Ansola, el exbarcelonista fino Bosch el genial andaluz Rogelio, un chaval tocado por la gracia del “Currobetis”… Supe que José Antonio Reina era bético de corazón y decidí regalársela –aunque quería tanto a dicha foto por lo que para mí significaba-,* enmarcada en verdiblanco, tal cual a mi me fue entregada. Y ahora les hablo algo más de ese Betis que nos devolvió la verdad del fútbol la otra noche ante el aparentemente intratable Barça.
¡VIVA ER BETI MANQUE PIERDA!...
De la fusión de dos modestos clubes sevillanos surgió, en 1914, el Real Betis Balompié que hasta los años 30 no sería Betis a secas. Y ha sido el primer club andaluz que jugó en Primera, el primero que logró ganar la Liga, así como la primera Copa del Rey en el formato actual, a cuyo partido asistí como luego comentaré; y fue el primero en disputar la Liga de la UEFA tal cual es en la actualidad. Efectivamente en la Liga 1933-34 fue campeón.
Tenía un técnico inglés –en sus comienzos pesaron mucho los ingleses y los estudiantes, lógico…- y aquel equipo lo formaban nada menos que seis jugadores vascos que al estallar la guerra incivil huyeron formando aquel célebre Vizcaya CF que disputaba partidos en Sudamérica, Méjico y Argentina, sobre todo, con los Aedo, Areso, Lécue, Unamuno, Urquiaga, Larrinoa… Tras esta experiencia vasca fue tildado de equipo “republicano” injustamente y funcionó una leyenda sobre ataques del general Queipo de Llano a la sede bética, su campo utilizado como cochera de tanques, etc. Es leyenda.
En mis años más jóvenes tuve contactos con el Betis y recuerdo que Pepe Varela, que llevaba a todos los magníficos juveniles béticos –recuerdo a Del Sol- era capitán del Ejército, y Rafael de Carranza de “republicano” nequaquam ; es más era yerno del que fue Capitán General de Ceuta, Galera Paniagua…, en fin. Otra cosa es que tras la contienda no levantara cabeza, en los años 40, llegando a jugar varias temporadas en Tercera División. Precisamente Benito Villamaría fue quien lo devolvió a Primera en 1,958. Fue por entonces cuando yo contacté con el Betis, al que llamaban “Currobetis”, especie del torero Curro Romero, capaz de salir a hombros o escoltado…O como Cagancho, años antes…Así era el Betis: ganó la Copa del Rey, jugó en Europa y descendía a Segunda, sí, un “Currobetis”. Yo conocí, ya en los 60, tras la mili, al periodista y dibujante que parió la célebre frase ¡Viva er Beti manque pierda!...
Martínez de León dibujaba un personaje de su creación llamado “Oselito” en cuya boca puso Martínez de León la frase que es emblemática, símbolo del Betis incombustible. Entonces también saludé en la sede bética al presidente que era hermano del fallecido Villamarín, Avelino, que estuvo uno o dos años sólo, quien me presentó al conocido poeta sevillano próximo a la Generación del 27, ya mayorcito, Joaquín Romero Murube que escribía unas crónicas épicas hermosísimas y en la pared, enmarcada, cual un lema, había una de sus frases: “una inderrocable moral a prueba de derrotas”… De aquellas visitas –como de otras a la sede del Sevilla, asimismo inolvidables, siempre de “pesca”, aprendí vocablos, frases, estilos del fútbol de la época –que será el de siempre por muchos modismos que inventen…- y que me sirvieron profesionalmente en crónicas y retransmisiones; y, sobre todo, vivencias, anécdotas…
COPA DEL REY DE 1977, SIGUIENDO A LA U.D. MONTIJO
Recien estrenada la democracia, con el Norte calentito, por* ETA, la Unión Deportiva Montijo que presidía mi amigo Emilio Macarro, Practicante que falleció demasiado joven, aún, con Bienve de entrenador y jugadores inolvidabes de la talla de José Mary, Tony (hermano de Adelardo), Tienza, Méndez, Valentín, el medio emeritense tan correoso Mony, Mañas, etc. viajaba a Guipúzcoa a disputar el partido de ida de la liguilla de ascenso a Tercera División al campo del Lagun Onak, de Azpéitia (esa es otra historia que deberé contar: un estallido de extremeñismo con la bandera verde, blanca y negra, ganando a la ikurriña, un día histórico en La Transición, apenas comentado aunque recordado por los miles de extremeños que lo vivimos…). Al pasar por Madrid algunos decidimos asistir a la final de la Copa del Rey –volvía a denominarse como en sus comienzos, ya no era la del Generalísimo- que disputarían el Betis y el Bilbao.
No cabía un alfiler en el Estadio V. Calderón; pudimos entrar con dos carnés míos de la Asociación Española de Periodistas Deportivos, menos mal. Tremenda pugna, calor y empate a dos goles. Prórroga y permanecía el empate. Penaltis: ¡nada menos que 21 lanzamientos, triunfando aquel Betis por 8-7!... Los Esnaola, Biosca, Alabanda, Sabaté, Bizcocho, Cobo, Megido, Benítez, Del Pozo, López, pintureros, enardecidos, soportando mejor el calor que los favoritos vascos, sorprendieron y vencieron, siendo el meta vasco Esnaola, una institución en el Betis, quien logró* marcar el penalty triunfador…Inenarrable la gesta de aquel Betis con “inderrocable moral”… Abracé al presidente verdiblanco, don José Núñez Naranjo, y al amigo Casto –preparador de juveniles- y salimos pitando para Azpéitia, la noche y la madruagada por delante para vivir, gozar de otra jornada histórica, horas después en tierras guipuzcoanas plagada de emigrantes extremeños, gentes del Valle de la Serena, de Quintana Higuera, muchos, miles de hermanos de la diáspora sangrante…
Luego, en otra época, en alguna ocasión –cuando fui a radiar- hubo trato áspero de determinados empleados del club bético, ineducados, atolondrados, zafios, pobres gentes,pero el Betis es mucho Betis; sí: ¡Viva er Beti manque pierda!...
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