En la medioinauguración de un monumento que se hizo con desgana y que quedó incompleto por esas eternas excusas que siempre se ponían y que se resumían en AHORA NO ES EL MOMENTO, un alterado señor ruiz pronunció la palabra que pretendía bautizar a todo aquel que tuviese una palabra en contra de esa gestión: DESTRUCTORES.
Inmediatamente la maquinaria torticera pero bien engrasada de los "medios oficiales" atacaron a degüello a cualquiera que quisiera sacar la cabeza del mundanal silencio de lo que se entendía desde Jabugo como criaturitas. En la efectiva, hasta entonces, política de descabezar movimientos contrarios, se empezó una persecución constante y continua a personas cuyos nombres sobrepasarían aquí más de 15 líneas y siglas que nacieron de los béticos de base que en sus asientos del Villamarín sintieron que el Betis les pedía un esfuerzo más.
Esos destructores se amparaban en elementos impensables sólo unas semanas antes... LA LEY. Pero ir contra el consejero es ir contra el Betis??? decían muchos béticos acostumbrados a como dice la letra de los Cantores "le siguen sin rechistar". Y rechistaron, traspasaron el área delimitadora de peñas y abonos y se reunían con preocupación "destructora" por el Betis. Empezó una disociación entre la gestión y el Betis.
Pero el camino no ha sido de rosas, no, ni mucho menos, muchos béticos que podían haber contribuido al engrandecimiento de la entidad fueron proscritos por años. Proscritos por no entender políticas ahora bajo sumario judicial, por no entender que fiestas del beticismo como las asambleas se convertían en cuevas del terror. Por no entender que el Betis no es una persona, que el Betis caía en un círculo negativo sin fin.
Obviamente hay béticos que piensan que siempre hay alguien que se lo "llevará calentito" y lo admite, otros que les da igual quien les mande aunque sea el mismísimo Del Nido, otros simplemente que son incondicionales de un sistema de gestión basado en... bueno... sin ningún sistema filosófico definido salvo el capricho personal. Y son incombustibles en su empeño, incansables en su devoción.
Ayer los destructores, y aviso, pasaron de un "cómodo" lugar a otro de mayor envergadura. Ayer los destructores, como definición simpática, dejaron de existir, ahora los béticos debemos coger un tren desvencijado y llevarlo por estaciones lúgubres para en ellas ir cambiando poco a poco una máquina de vapor oxidada y unos vagones sin ventanas ni asientos a convertirlo en un alta velocidad. Esta labor era la que por historia debiera tener todo dirigente... Pero, encima, nuestro tren parte con mucho retraso, con 19 años de retraso.
Bay Bay destructor (me digo mirándome al espejo).
Inmediatamente la maquinaria torticera pero bien engrasada de los "medios oficiales" atacaron a degüello a cualquiera que quisiera sacar la cabeza del mundanal silencio de lo que se entendía desde Jabugo como criaturitas. En la efectiva, hasta entonces, política de descabezar movimientos contrarios, se empezó una persecución constante y continua a personas cuyos nombres sobrepasarían aquí más de 15 líneas y siglas que nacieron de los béticos de base que en sus asientos del Villamarín sintieron que el Betis les pedía un esfuerzo más.
Esos destructores se amparaban en elementos impensables sólo unas semanas antes... LA LEY. Pero ir contra el consejero es ir contra el Betis??? decían muchos béticos acostumbrados a como dice la letra de los Cantores "le siguen sin rechistar". Y rechistaron, traspasaron el área delimitadora de peñas y abonos y se reunían con preocupación "destructora" por el Betis. Empezó una disociación entre la gestión y el Betis.
Pero el camino no ha sido de rosas, no, ni mucho menos, muchos béticos que podían haber contribuido al engrandecimiento de la entidad fueron proscritos por años. Proscritos por no entender políticas ahora bajo sumario judicial, por no entender que fiestas del beticismo como las asambleas se convertían en cuevas del terror. Por no entender que el Betis no es una persona, que el Betis caía en un círculo negativo sin fin.
Obviamente hay béticos que piensan que siempre hay alguien que se lo "llevará calentito" y lo admite, otros que les da igual quien les mande aunque sea el mismísimo Del Nido, otros simplemente que son incondicionales de un sistema de gestión basado en... bueno... sin ningún sistema filosófico definido salvo el capricho personal. Y son incombustibles en su empeño, incansables en su devoción.
Ayer los destructores, y aviso, pasaron de un "cómodo" lugar a otro de mayor envergadura. Ayer los destructores, como definición simpática, dejaron de existir, ahora los béticos debemos coger un tren desvencijado y llevarlo por estaciones lúgubres para en ellas ir cambiando poco a poco una máquina de vapor oxidada y unos vagones sin ventanas ni asientos a convertirlo en un alta velocidad. Esta labor era la que por historia debiera tener todo dirigente... Pero, encima, nuestro tren parte con mucho retraso, con 19 años de retraso.
Bay Bay destructor (me digo mirándome al espejo).
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