Fuente www.betis.com.es Carta al señor Conde, por Don Víctor López García-Aranda
Sevilla 11.1.11.
Estimado sr. Conde:
No se si era Maeterlinck o Eckermann el que decía que pedir consejo era una limitación pero darlo una osadía. Perdóneme y, por supuesto considéreme osado, pues con el mayor respeto y por el mismo precio, le voy a transmitir a través de las líneas que siguen un ruego y un consejo.
Si me permite, le diré antes que como la mayoría de los españoles he seguido su trayectoria pública, en la que convendrá conmigo ha tenido momentos de enorme esplendor y de negra amargura, de felicidad y tristeza, de euforia y melancolía, de éxito, en fin, y de fracaso. Creo ha demostrado siempre un juicio equilibrado tanto en sus primeros años de exposición pública, como en los últimos de retiro y reflexión. Es por ello por lo que me sorprende su aparición en los últimos meses en el asalto, perdóneme la expresión, a un bastión de sentimientos tan ajeno a usted como es el Real Betis Balompié SAD.
No creo necesite nuevos baños de masas, pues ya los tuvo multiplicados al infinito y dada su personalidad e inteligencia, fuera de toda duda, su ego debe estar ya más que satisfecho y amortizado, por lo que la única explicación que tiene su llegada a Sevilla es la devolución de un favor “a aquel que se ocupó a su costa y de manera desinteresada de sus problemas de seguridad” (Los Días de Gloria. Mario Conde, pagina 18. Editorial Martínez Roca. 2010).
El Betis no es un negocio, ni una empresa, ni siquiera una entidad deportiva como usted y el sr Oliver pueden creer, sino una familia centenaria, un conjunto de hombres y mujeres, que como usted han tenido momentos de enorme esplendor y de negra amargura, de felicidad y tristeza, de euforia y melancolía, de éxito, en fin, y de fracaso y que no necesitan de salvadores, pues como decía Sartre contamos nuestros lutos entre nuestras virtudes.
En su libro mencionado, que me ha parecido de enorme interés, habla usted con profusión de la importancia de los valores y la estructura moral de las personas, así como de la integridad ética como bien superior. No seré yo quien que ponga en duda esas virtudes en el amigo al que
presuntamente intenta premiar, pero la verdad es que las disimula a la perfección. Mas bien al contrario, son clubes en la ruina, empresas cerradas y familias en la miseria las que ha dejado por doquier, tal caballo de Atila, su benefactor.
Así que ya conoce mi ruego. Premie a su amigo, si así es su deseo, con cualquiera de las miles de empresas que están al borde de la suspensión de pagos en las que con su ayuda puede hacer una gran labor social, empresarial y económica, pero, por favor, deje al Betis para sus auténticos dueños, los béticos.
Y ahora viene el consejo. Usted dedica su mencionado libro, entre otros, “a aquellos que no arriendan su dignidad”. Pues bien, conocerá el cese fulminante que tuvo en su despacho de abogados D. Antonio Jesús González Díaz por negarse a renunciar a la Presidencia de la Junta General Extraordinaria de accionistas del Real Betis Balompié que se celebró con fecha 13 de Diciembre de 2010. Es probable que admire, como la mayoría de los béticos, al sr. González Díaz que no arrendó su dignidad ni aun a costa de perder su trabajo (bien escaso hoy día), y algunos maledicentes, obviamente sin fundamento, insinúan que algo tuvo usted que ver en esa destitución fulminante tras una simple llamada al sr. Cesar Albiñana, su cuñado, casado con Dña. Verónica Arroyo, hermana de su esposa tristemente fallecida, y jefe del despacho del sr. González, ya que como conoce el sr. Oliver no deseaba esa Junta General y usó todos los medios para que no se celebrase, afortunadamente sin éxito. Respecto al sr. González Díaz, no se preocupe pues desde que fue despedido del bufete de su cuñado, además de gozar del cariño de todos los béticos, cosa que otros no pueden disfrutar ni dilapidando en escasos meses los exiguos recursos económicos del club, muy probablemente será designado por el magistrado competente como responsable del concurso de acreedores en el que brevemente entrará el Betis.
Dudas de participación en una acción tangente con métodos *******s, apoyo a un individuo con conductas contrastadas cuanto menos dudosas, ¿qué se le ha perdido aquí Sr. Conde si somos humildes? Su lugar, y aquí viene mi consejo, está en optar a la presidencia del Real Madrid o del Barcelona. Ahí está su nivel. Nosotros no lo merecemos.
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Víctor López García-Aranda.
Exconsejero del Real Betis Balompié
Sevilla 11.1.11.
Estimado sr. Conde:
No se si era Maeterlinck o Eckermann el que decía que pedir consejo era una limitación pero darlo una osadía. Perdóneme y, por supuesto considéreme osado, pues con el mayor respeto y por el mismo precio, le voy a transmitir a través de las líneas que siguen un ruego y un consejo.
Si me permite, le diré antes que como la mayoría de los españoles he seguido su trayectoria pública, en la que convendrá conmigo ha tenido momentos de enorme esplendor y de negra amargura, de felicidad y tristeza, de euforia y melancolía, de éxito, en fin, y de fracaso. Creo ha demostrado siempre un juicio equilibrado tanto en sus primeros años de exposición pública, como en los últimos de retiro y reflexión. Es por ello por lo que me sorprende su aparición en los últimos meses en el asalto, perdóneme la expresión, a un bastión de sentimientos tan ajeno a usted como es el Real Betis Balompié SAD.
No creo necesite nuevos baños de masas, pues ya los tuvo multiplicados al infinito y dada su personalidad e inteligencia, fuera de toda duda, su ego debe estar ya más que satisfecho y amortizado, por lo que la única explicación que tiene su llegada a Sevilla es la devolución de un favor “a aquel que se ocupó a su costa y de manera desinteresada de sus problemas de seguridad” (Los Días de Gloria. Mario Conde, pagina 18. Editorial Martínez Roca. 2010).
El Betis no es un negocio, ni una empresa, ni siquiera una entidad deportiva como usted y el sr Oliver pueden creer, sino una familia centenaria, un conjunto de hombres y mujeres, que como usted han tenido momentos de enorme esplendor y de negra amargura, de felicidad y tristeza, de euforia y melancolía, de éxito, en fin, y de fracaso y que no necesitan de salvadores, pues como decía Sartre contamos nuestros lutos entre nuestras virtudes.
En su libro mencionado, que me ha parecido de enorme interés, habla usted con profusión de la importancia de los valores y la estructura moral de las personas, así como de la integridad ética como bien superior. No seré yo quien que ponga en duda esas virtudes en el amigo al que
presuntamente intenta premiar, pero la verdad es que las disimula a la perfección. Mas bien al contrario, son clubes en la ruina, empresas cerradas y familias en la miseria las que ha dejado por doquier, tal caballo de Atila, su benefactor.
Así que ya conoce mi ruego. Premie a su amigo, si así es su deseo, con cualquiera de las miles de empresas que están al borde de la suspensión de pagos en las que con su ayuda puede hacer una gran labor social, empresarial y económica, pero, por favor, deje al Betis para sus auténticos dueños, los béticos.
Y ahora viene el consejo. Usted dedica su mencionado libro, entre otros, “a aquellos que no arriendan su dignidad”. Pues bien, conocerá el cese fulminante que tuvo en su despacho de abogados D. Antonio Jesús González Díaz por negarse a renunciar a la Presidencia de la Junta General Extraordinaria de accionistas del Real Betis Balompié que se celebró con fecha 13 de Diciembre de 2010. Es probable que admire, como la mayoría de los béticos, al sr. González Díaz que no arrendó su dignidad ni aun a costa de perder su trabajo (bien escaso hoy día), y algunos maledicentes, obviamente sin fundamento, insinúan que algo tuvo usted que ver en esa destitución fulminante tras una simple llamada al sr. Cesar Albiñana, su cuñado, casado con Dña. Verónica Arroyo, hermana de su esposa tristemente fallecida, y jefe del despacho del sr. González, ya que como conoce el sr. Oliver no deseaba esa Junta General y usó todos los medios para que no se celebrase, afortunadamente sin éxito. Respecto al sr. González Díaz, no se preocupe pues desde que fue despedido del bufete de su cuñado, además de gozar del cariño de todos los béticos, cosa que otros no pueden disfrutar ni dilapidando en escasos meses los exiguos recursos económicos del club, muy probablemente será designado por el magistrado competente como responsable del concurso de acreedores en el que brevemente entrará el Betis.
Dudas de participación en una acción tangente con métodos *******s, apoyo a un individuo con conductas contrastadas cuanto menos dudosas, ¿qué se le ha perdido aquí Sr. Conde si somos humildes? Su lugar, y aquí viene mi consejo, está en optar a la presidencia del Real Madrid o del Barcelona. Ahí está su nivel. Nosotros no lo merecemos.
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Víctor López García-Aranda.
Exconsejero del Real Betis Balompié
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