El día después. El día después del partido. El día después de enseñarles a todos que es el BETIS. El día después en el cual te sientes más orgullosa de pertenecer a esta familia, a este amor, que se llama BETIS.
Hoy, el día después, me he levantado con una sensación extraña. He abierto los ojos y lo primero que se me ha venido a la mente es “Cuartos de final de Copa del Rey. Barcelona. Camp Nou. Barça-Betis. 5-0. Orgullo por todo lo alto”.
Te levantas con la rara sensación de saber ese escandaloso e injusto resultado y a la misma vez entender lo que es el BETIS. Que aunque llevo 25 años sintiendo esto, viviéndolo y repitiendo BETIS BETIS BETIS, ayer sentí algo nuevo, sentí la maravillosa sensación de querer más a mis trecebarras, sentí que pase lo que pase, y como pase, yo quiero a mi BETIS, y comprendí que me siento más feliz ahora gritándole al mundo que YO SOY BÉTICA.
Quizás como yo me sentí lo hizo toda mi afición, esa que nunca se rinde y que nunca deja a su equipo solo, porque somos diferentes, estamos hechos de otra carne, el Betis además de hacer afición, su afición hace el BETIS. Me sentí emocionada con el 1-0, dentro de mí algo me decía que mi BETIS sacaría la casta y el coraje; cuando nos fuimos al descanso yo respiraba, me enfadaba y gritaba en arameo por el larguero, ese maldito larguero, pero seguía apoyando a mi BETIS. A partir del 2-0, sentí unas ganas inmensas de llorar, pero… no eran las lágrimas que derramé ante aquel partido contra el Valladolid, no eran las lágrimas que derramé en junio del pasado año, eran unas lágrimas parecidas a las de Santander, a las de Bilbao en el 2005, o a las del Vicente Calderón en el mismo año.
Y ahora, en el día después, me da igual lo que el amargo vecino opine, diga o dañe, me da igual que se rían, porque NOSOTROS, el BETIS, tiene algo que jamás tendrá nadie, algo que no se consigue con el tiempo, ni tan si quiera con presupuestos, tiene amor, emoción, sentimiento y esperanza en su equipo, tiene afición. ESTO si es el BETIS, el que lucha, el que corre, el que pelea, el que sufre, el que es intenso aún con un 5-0, al que le duele la derrota pero le sabe a victoria. ESTE SI ES MI BETIS.
Ayer pude soñar con la proeza, hoy puedo soñar con la realidad, hoy sueño con mi BETIS de lucha, sentimiento, casta y coraje. Hoy creo que es un sueño proclamar al mundo que yo, si yo, SOY DEL BETIS, pero no es un sueño, es mi realidad. YO SOY DEL REAL BETIS BALOMPIÉ.
A todos mis amigos béticos, mis compañeros de Peña y Betisweb, a mi familia bética, a mis padres que me inculcaron las trecebarras, a mi hermano que gritaba a Messi como si le fuera la vida, a mi novio y mi sobrino, esos grandes y pequeños béticos que hoy en Madrid dicen: YO SOY DEL BETIS, a los béticos repartidos por el globo… ESTE SI ES NUESTRO BETIS.
Y como dijo mi padre después del 5-0: “¡Ole mi Betis!”
Gracias Mel, gracias equipo, gracias afición, porque el sueño a veces se puede hacer realidad.
Hoy, el día después, me he levantado con una sensación extraña. He abierto los ojos y lo primero que se me ha venido a la mente es “Cuartos de final de Copa del Rey. Barcelona. Camp Nou. Barça-Betis. 5-0. Orgullo por todo lo alto”.
Te levantas con la rara sensación de saber ese escandaloso e injusto resultado y a la misma vez entender lo que es el BETIS. Que aunque llevo 25 años sintiendo esto, viviéndolo y repitiendo BETIS BETIS BETIS, ayer sentí algo nuevo, sentí la maravillosa sensación de querer más a mis trecebarras, sentí que pase lo que pase, y como pase, yo quiero a mi BETIS, y comprendí que me siento más feliz ahora gritándole al mundo que YO SOY BÉTICA.
Quizás como yo me sentí lo hizo toda mi afición, esa que nunca se rinde y que nunca deja a su equipo solo, porque somos diferentes, estamos hechos de otra carne, el Betis además de hacer afición, su afición hace el BETIS. Me sentí emocionada con el 1-0, dentro de mí algo me decía que mi BETIS sacaría la casta y el coraje; cuando nos fuimos al descanso yo respiraba, me enfadaba y gritaba en arameo por el larguero, ese maldito larguero, pero seguía apoyando a mi BETIS. A partir del 2-0, sentí unas ganas inmensas de llorar, pero… no eran las lágrimas que derramé ante aquel partido contra el Valladolid, no eran las lágrimas que derramé en junio del pasado año, eran unas lágrimas parecidas a las de Santander, a las de Bilbao en el 2005, o a las del Vicente Calderón en el mismo año.
Y ahora, en el día después, me da igual lo que el amargo vecino opine, diga o dañe, me da igual que se rían, porque NOSOTROS, el BETIS, tiene algo que jamás tendrá nadie, algo que no se consigue con el tiempo, ni tan si quiera con presupuestos, tiene amor, emoción, sentimiento y esperanza en su equipo, tiene afición. ESTO si es el BETIS, el que lucha, el que corre, el que pelea, el que sufre, el que es intenso aún con un 5-0, al que le duele la derrota pero le sabe a victoria. ESTE SI ES MI BETIS.
Ayer pude soñar con la proeza, hoy puedo soñar con la realidad, hoy sueño con mi BETIS de lucha, sentimiento, casta y coraje. Hoy creo que es un sueño proclamar al mundo que yo, si yo, SOY DEL BETIS, pero no es un sueño, es mi realidad. YO SOY DEL REAL BETIS BALOMPIÉ.
A todos mis amigos béticos, mis compañeros de Peña y Betisweb, a mi familia bética, a mis padres que me inculcaron las trecebarras, a mi hermano que gritaba a Messi como si le fuera la vida, a mi novio y mi sobrino, esos grandes y pequeños béticos que hoy en Madrid dicen: YO SOY DEL BETIS, a los béticos repartidos por el globo… ESTE SI ES NUESTRO BETIS.
Y como dijo mi padre después del 5-0: “¡Ole mi Betis!”
Gracias Mel, gracias equipo, gracias afición, porque el sueño a veces se puede hacer realidad.
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