Escrito por Mateo González / Gerardo Torres Martes 28 de Diciembre de 2010 01:10
Betis: Mel, en su visita a la Casa de ABC
Valora el rendimiento de su equipo pero pretende que siga aislado del convulso entorno y ansía algo feliz con el Betis: «Sólo lo he vivido a las malas, quizás por eso le tengo tanto cariño», indica Pepe Mel a ABC de Sevilla.
—El Betis que usted dirige cierra el año como líder, ¿qué le sugiere?
—Que el camino es el correcto pero no puede llevarnos a confundirnos porque en diciembre no has ganado nada. Lo saben los futbolistas. Las notas que importan son las de junio y la única que vale es el sobresaliente.
—¿Teme que el halago les debilite?
—Tenemos un vestuario bastante inteligente y si están siendo capaces de centrarse sólo en el fútbol... Es normal que los escuchemos, pero no hemos hecho nada. Lo importante ha sido llegar a Navidades con la sonrisa en el club, hay tranquilidad.
—Algo que necesitaba el Betis…
—Mi obsesión era arrancar fuerte para evitar problemas. Así ganamos crédito y eso hace que para el Betis actual, aunque parezca mentira por lo que nos rodea, lo que queda es una campaña excepcional.
—¿Ganar con facilidad puede dar una impresión errónea de la Liga?
—No nos preocupa. Sí que no seamos capaces de hacerlo muchas veces. Cuando te adulan tanto puedes relajarte y hemos demostrado que si no estamos al máximo somos del montón.
—¿El enemigo del Betis es el Betis?
—Al principio no, pero en la jornada 18 sí porque ya hemos demostrado que al cien por cien somos un buen equipo. A partir de ahora todo el mundo va a esperar mucho de nosotros.
—Quizás esas dificultades llegaron en un proceso de aprendizaje del grupo y ya son más sólidos, ¿no?
—Tiene razón y también por mí. Al igual que los jugadores necesitaba un tiempo. No conocía a Beñat. Nadie me habló de él. Tampoco bien a Israel, Ezequiel, Miki… Poco a poco vamos siendo más fuertes.
—¿Está ya hecho el sistema con el tridente ofensivo?
—Hay que valorar el sacrificio de Rubén Castro. Lo mejor es que así podemos juntar a Salva Sevilla con Beñat y el bético lo agradece. Y tenemos unos centrales tremendamente efectivos, la irrupción de Isidoro dándonos carácter, un Nacho sensacional, la tranquilidad que da Goitia y alguien que nos marca la línea a seguir y nos da carácter, el jugador más importante para mí ahora: Iriney. Este equipo necesita transmitir hambre porque la sensación que teníamos del Betis es que, seré injusto, por el mero hecho de ser esta entidad iba a subir. Y no es así. Al Atlético le costó dos años y a lo mejor tiene más historia que el Betis. Necesitamos hambre y eso Iriney lo transmite. El único pero han sido las lesiones en las bandas.
—Habla de esa carencia y han dejado salir a Caffa
—Eso es algo humano. Es un chaval encantador. Tenía un año más de contrato y contaba con una oferta muy buena de su país cuando no estaba jugando. A una persona de ese calibre no puedes romperle esa posibilidad. Habríamos sido muy egoístas. Y el club se ha ahorrado un dinero.
—Y Beñat es una casualidad...
—Esto es como cuando me decían que yo era la cuarta opción. Las cosas pasan cuando pasan. Teníamos a Arzu, Juande y Cañas lesionados y hablé con Oli para pedirle mediocentros. Así aparece Beñat. Era la séptima opción quizás pero ahora nadie se acuerda de Matilla y de los tres millones que costaba. Beñat es patrimonio del Betis, interesantísimo y tenemos que hacerle mejorar físicamente a pesar de que es vasco.
—Ya lo conocía del Rayo, pero ¿le ha sorprendido Rubén Castro?
—No. Él llegó a la sombra de Jorge, que vino como pichichi estelar, y Emana y coincidió con la salida de Sergio García. Si en alguien puse yo hincapié fue en Rubén. Con él cualquiera juega bien. Me sorprende que en el Dépor no estuviera valorado. Si estuviera en el Barcelona estelar me recordaría a Pedrito.
—¿Saldrán más jugadores ahora?
—No. Tenemos suspendida la posibilidad de contratar y cuanta más gente dejemos salir, más nos debilitaremos. Tiene que ser algo muy especial y que el Betis sea recompensado.
—Llegadas, pues, no se esperan…
—No creo en el mercado invernal. Nunca me salió bien. Es una manera de reafirmarte con los que ya están.
—Al final del verano pidió un delantero y un mediocentro, ¿ya no?
—Lo del mediocentro ya está contestado con Beñat. Gracias a Dios no fichamos porque el fútbol es así de injusto, ya que si contratamos a un Matilla de turno Beñat se habría muerto jugando en Segunda B. Me alegro por ello. Y con lo del punta decididamente esperamos ya a Jonathan.
—Eso sí, digan lo que digan está en boca de todos Emana.
—Me alegra que él responda con naturalidad. Yo ya lo hice. Si la salvación del Betis depende de su venta, jamás me podría negar, sería un inconsciente, pero como no es así... Deportivamente nos estaríamos debilitando y jamás firmarías a un jugador igual. Lo bueno es que se quiere quedar, que su relación con todos es de diez.
—Es un jugador especial…
—Es una persona especial. Se lo digo y se ríe. Tengo una hija de 22 años y la trato más de tú a tú como adulto que a Achille. Él es un niño al que hay que darle cariño y marcarle unas coordenadas pero te lo agradece. Es un diez para mí porque reconoce las cosas y si fuera realmente díscolo sería un problema. Estoy encantado con él.
—Y la cantera parecía agotada...
—Es una suerte. Los momentos no se eligen, vienen. Tengo que hablar de Oli. Hay que medirle por lo que nos está ocurriendo. Yo conocí una de esas generaciones: Cuéllar, Merino, Cañas, Roberto Ríos... Joaquín dejó mucho dinero y ojalá en unos años el Athletic quiera a Beñat de verdad.
—¿Esta plantilla sería competitiva en Primera?
—El único que ha cazado el oso es Iniesta. Nosotros lo tenemos que cazar. Esta plantilla, si ascendemos, tendrá su reconocimiento. Estoy convencido de que con ellos ahora no estaríamos en descenso en Primera. Podemos competir con Real, Sporting, Levante, Hércules, Zaragoza, Almería... Lo malo de Segunda es lo larga que es. Coincidía con el Mundial. Eso es un insulto al deporte nacional.
—Siendo tan larga y cansina también te expone al hastío. ¿Recuerda el ejemplo del Hércules?
—Es una buena enseñanza. El público está en su derecho de verse en Primera pero los jugadores no transmiten eso. El otro día escuché a dos futbolistas decir que lo duro del calendario viene ahora. ¿Huesca, Nástic, Villarreal B, Alcorcón? «Sí, porque son los que muerden». Eso me tranquiliza.
—¿Su plantel es un ejemplo de profesionalidad por lo que sucede?
Fui claro con ellos: jugador que saque a la luz pública su inquietud o el tema de la entrevista sea el dinero y en el vestuario esté hablando de eso, para mí tiene que estar fuera porque no ayuda. Sólo tenemos que hablar del rival y ganar. Si subimos todo se arregla. Les he puesto el ejemplo del Sevilla de Caparrós, ya que empezó a forjarse en Segunda.
—¿Se asusta cada mañana con lo que sale en los medios?
—Sí, es curioso. Diariamente desayunamos juntos y vemos los periódicos. Y siempre es «a ver lo último, ¿qué ha pasado con la juez?». Es normal, pero luego nos vestimos, salimos al campo y se acabó. Lo contrario habría sido insufrible.
—¿Le recuerda a tu anterior etapa?
—Totalmente. Me comí la debacle de Tenerife, el fin de Retamero, la llegada de Galera... Subí con el Castellón y me quedé en Segunda con el Betis. Al final ascendimos y espero repetir. Me habría gustado disfrutar de un Betis mejor. Es una pena que sólo lo he vivido a las malas, quizás por eso le tengo tanto cariño.
—Si suben, seguirá. ¿Cómo vivió el debate sobre su renovación?
—No entiendo que lo hubiera si una empresa y un trabajador están de acuerdo. Casi todos los entrenadores tienen esa cláusula pero yo no la puse al llegar. Se me presentó un contrato en blanco, y no lo cogí porque esta empresa no es normal y quería ser un ejemplo para la plantilla.
—¿Se siente un daño colateral?
—No entiendo que me digan «con Oliver no debe renovar pero con Gordillo, sí». Firmo con el Betis y como Rafa ha dicho ya, será si me lo gano. El ambiente que hay perjudica. No importa quién se apunte los tantos, el fútbol está hecho para los futbolistas y hay que subir.
—¿Ha vuelto a hablar con Oliver?
—Sí, para despedirme. Somos personas educadas.
—Se ha hablado tanto de su relación con Gordillo…
—Todo ha venido por la renovación. No lo entiendo. Fuimos compañeros, no somos íntimos, pero el trato siempre ha sido cordial. Eso lo han alimentado desde fuera.
—¿Le parece un marrón lo que está haciendo Gordillo?
—Sí. Él lo dice. Yo nunca sería presidente. Si ascendemos no va a pasar nada pero si no lo hacemos, el Betis de Gordillo y Mel es el que no ha ascendido. Va a sufrir.
—El día que usted llegó pidió que gente como Gordillo volviera al club y ahora es su presidente…
—¡Fíjese si estoy peleado con Gordillo! Le llamé el día que supe que iba a ser entrenador del Betis para decirle que me gustaría que estuviera conmigo. Las cosas de la vida, ahora es mi presidente. Junto a Luis del Sol no hay nadie más grande que él en la historia del Betis para poder hacerlo.
alfinaldelapalmera
Betis: Mel, en su visita a la Casa de ABC
Valora el rendimiento de su equipo pero pretende que siga aislado del convulso entorno y ansía algo feliz con el Betis: «Sólo lo he vivido a las malas, quizás por eso le tengo tanto cariño», indica Pepe Mel a ABC de Sevilla.
—El Betis que usted dirige cierra el año como líder, ¿qué le sugiere?
—Que el camino es el correcto pero no puede llevarnos a confundirnos porque en diciembre no has ganado nada. Lo saben los futbolistas. Las notas que importan son las de junio y la única que vale es el sobresaliente.
—¿Teme que el halago les debilite?
—Tenemos un vestuario bastante inteligente y si están siendo capaces de centrarse sólo en el fútbol... Es normal que los escuchemos, pero no hemos hecho nada. Lo importante ha sido llegar a Navidades con la sonrisa en el club, hay tranquilidad.
—Algo que necesitaba el Betis…
—Mi obsesión era arrancar fuerte para evitar problemas. Así ganamos crédito y eso hace que para el Betis actual, aunque parezca mentira por lo que nos rodea, lo que queda es una campaña excepcional.
—¿Ganar con facilidad puede dar una impresión errónea de la Liga?
—No nos preocupa. Sí que no seamos capaces de hacerlo muchas veces. Cuando te adulan tanto puedes relajarte y hemos demostrado que si no estamos al máximo somos del montón.
—¿El enemigo del Betis es el Betis?
—Al principio no, pero en la jornada 18 sí porque ya hemos demostrado que al cien por cien somos un buen equipo. A partir de ahora todo el mundo va a esperar mucho de nosotros.
—Quizás esas dificultades llegaron en un proceso de aprendizaje del grupo y ya son más sólidos, ¿no?
—Tiene razón y también por mí. Al igual que los jugadores necesitaba un tiempo. No conocía a Beñat. Nadie me habló de él. Tampoco bien a Israel, Ezequiel, Miki… Poco a poco vamos siendo más fuertes.
—¿Está ya hecho el sistema con el tridente ofensivo?
—Hay que valorar el sacrificio de Rubén Castro. Lo mejor es que así podemos juntar a Salva Sevilla con Beñat y el bético lo agradece. Y tenemos unos centrales tremendamente efectivos, la irrupción de Isidoro dándonos carácter, un Nacho sensacional, la tranquilidad que da Goitia y alguien que nos marca la línea a seguir y nos da carácter, el jugador más importante para mí ahora: Iriney. Este equipo necesita transmitir hambre porque la sensación que teníamos del Betis es que, seré injusto, por el mero hecho de ser esta entidad iba a subir. Y no es así. Al Atlético le costó dos años y a lo mejor tiene más historia que el Betis. Necesitamos hambre y eso Iriney lo transmite. El único pero han sido las lesiones en las bandas.
—Habla de esa carencia y han dejado salir a Caffa
—Eso es algo humano. Es un chaval encantador. Tenía un año más de contrato y contaba con una oferta muy buena de su país cuando no estaba jugando. A una persona de ese calibre no puedes romperle esa posibilidad. Habríamos sido muy egoístas. Y el club se ha ahorrado un dinero.
—Y Beñat es una casualidad...
—Esto es como cuando me decían que yo era la cuarta opción. Las cosas pasan cuando pasan. Teníamos a Arzu, Juande y Cañas lesionados y hablé con Oli para pedirle mediocentros. Así aparece Beñat. Era la séptima opción quizás pero ahora nadie se acuerda de Matilla y de los tres millones que costaba. Beñat es patrimonio del Betis, interesantísimo y tenemos que hacerle mejorar físicamente a pesar de que es vasco.
—Ya lo conocía del Rayo, pero ¿le ha sorprendido Rubén Castro?
—No. Él llegó a la sombra de Jorge, que vino como pichichi estelar, y Emana y coincidió con la salida de Sergio García. Si en alguien puse yo hincapié fue en Rubén. Con él cualquiera juega bien. Me sorprende que en el Dépor no estuviera valorado. Si estuviera en el Barcelona estelar me recordaría a Pedrito.
—¿Saldrán más jugadores ahora?
—No. Tenemos suspendida la posibilidad de contratar y cuanta más gente dejemos salir, más nos debilitaremos. Tiene que ser algo muy especial y que el Betis sea recompensado.
—Llegadas, pues, no se esperan…
—No creo en el mercado invernal. Nunca me salió bien. Es una manera de reafirmarte con los que ya están.
—Al final del verano pidió un delantero y un mediocentro, ¿ya no?
—Lo del mediocentro ya está contestado con Beñat. Gracias a Dios no fichamos porque el fútbol es así de injusto, ya que si contratamos a un Matilla de turno Beñat se habría muerto jugando en Segunda B. Me alegro por ello. Y con lo del punta decididamente esperamos ya a Jonathan.
—Eso sí, digan lo que digan está en boca de todos Emana.
—Me alegra que él responda con naturalidad. Yo ya lo hice. Si la salvación del Betis depende de su venta, jamás me podría negar, sería un inconsciente, pero como no es así... Deportivamente nos estaríamos debilitando y jamás firmarías a un jugador igual. Lo bueno es que se quiere quedar, que su relación con todos es de diez.
—Es un jugador especial…
—Es una persona especial. Se lo digo y se ríe. Tengo una hija de 22 años y la trato más de tú a tú como adulto que a Achille. Él es un niño al que hay que darle cariño y marcarle unas coordenadas pero te lo agradece. Es un diez para mí porque reconoce las cosas y si fuera realmente díscolo sería un problema. Estoy encantado con él.
—Y la cantera parecía agotada...
—Es una suerte. Los momentos no se eligen, vienen. Tengo que hablar de Oli. Hay que medirle por lo que nos está ocurriendo. Yo conocí una de esas generaciones: Cuéllar, Merino, Cañas, Roberto Ríos... Joaquín dejó mucho dinero y ojalá en unos años el Athletic quiera a Beñat de verdad.
—¿Esta plantilla sería competitiva en Primera?
—El único que ha cazado el oso es Iniesta. Nosotros lo tenemos que cazar. Esta plantilla, si ascendemos, tendrá su reconocimiento. Estoy convencido de que con ellos ahora no estaríamos en descenso en Primera. Podemos competir con Real, Sporting, Levante, Hércules, Zaragoza, Almería... Lo malo de Segunda es lo larga que es. Coincidía con el Mundial. Eso es un insulto al deporte nacional.
—Siendo tan larga y cansina también te expone al hastío. ¿Recuerda el ejemplo del Hércules?
—Es una buena enseñanza. El público está en su derecho de verse en Primera pero los jugadores no transmiten eso. El otro día escuché a dos futbolistas decir que lo duro del calendario viene ahora. ¿Huesca, Nástic, Villarreal B, Alcorcón? «Sí, porque son los que muerden». Eso me tranquiliza.
—¿Su plantel es un ejemplo de profesionalidad por lo que sucede?
Fui claro con ellos: jugador que saque a la luz pública su inquietud o el tema de la entrevista sea el dinero y en el vestuario esté hablando de eso, para mí tiene que estar fuera porque no ayuda. Sólo tenemos que hablar del rival y ganar. Si subimos todo se arregla. Les he puesto el ejemplo del Sevilla de Caparrós, ya que empezó a forjarse en Segunda.
—¿Se asusta cada mañana con lo que sale en los medios?
—Sí, es curioso. Diariamente desayunamos juntos y vemos los periódicos. Y siempre es «a ver lo último, ¿qué ha pasado con la juez?». Es normal, pero luego nos vestimos, salimos al campo y se acabó. Lo contrario habría sido insufrible.
—¿Le recuerda a tu anterior etapa?
—Totalmente. Me comí la debacle de Tenerife, el fin de Retamero, la llegada de Galera... Subí con el Castellón y me quedé en Segunda con el Betis. Al final ascendimos y espero repetir. Me habría gustado disfrutar de un Betis mejor. Es una pena que sólo lo he vivido a las malas, quizás por eso le tengo tanto cariño.
—Si suben, seguirá. ¿Cómo vivió el debate sobre su renovación?
—No entiendo que lo hubiera si una empresa y un trabajador están de acuerdo. Casi todos los entrenadores tienen esa cláusula pero yo no la puse al llegar. Se me presentó un contrato en blanco, y no lo cogí porque esta empresa no es normal y quería ser un ejemplo para la plantilla.
—¿Se siente un daño colateral?
—No entiendo que me digan «con Oliver no debe renovar pero con Gordillo, sí». Firmo con el Betis y como Rafa ha dicho ya, será si me lo gano. El ambiente que hay perjudica. No importa quién se apunte los tantos, el fútbol está hecho para los futbolistas y hay que subir.
—¿Ha vuelto a hablar con Oliver?
—Sí, para despedirme. Somos personas educadas.
—Se ha hablado tanto de su relación con Gordillo…
—Todo ha venido por la renovación. No lo entiendo. Fuimos compañeros, no somos íntimos, pero el trato siempre ha sido cordial. Eso lo han alimentado desde fuera.
—¿Le parece un marrón lo que está haciendo Gordillo?
—Sí. Él lo dice. Yo nunca sería presidente. Si ascendemos no va a pasar nada pero si no lo hacemos, el Betis de Gordillo y Mel es el que no ha ascendido. Va a sufrir.
—El día que usted llegó pidió que gente como Gordillo volviera al club y ahora es su presidente…
—¡Fíjese si estoy peleado con Gordillo! Le llamé el día que supe que iba a ser entrenador del Betis para decirle que me gustaría que estuviera conmigo. Las cosas de la vida, ahora es mi presidente. Junto a Luis del Sol no hay nadie más grande que él en la historia del Betis para poder hacerlo.
alfinaldelapalmera
Comentario