Yo creo mucho en las sensaciones conpañero, en el partido del Mallorca nuestros jugadores en el tunel de vestuarios, felices, sonriendo con sus niños de la mano, sus bromas, su bienestar aparente.
Un rato antes, en otro tunel de vestuarios de Cornellá, las caras tensas, la preocupacion, la ansiedad que transmitian esos ojos.
Uno ganó como quiso, apretando cuando quiso y jugando bien.
El otro empató de milagro.
Pues dentro de un rato unos van ilusionados mirando para arriba, escalando felices y otros ansiosos y temerosos por perder o incluso empatar en su campito comercial.
En estas cosas creo, luego puede ganar cualquiera, por supuesto, pero la psicología es lo más importante, en un deportista de élite más aún.
Este equipo cree, no baja los brazos, es solidario, mete la pierna, presiona tras pérdida y si se falla se anima al compañero.
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