Ha venido al Betis a lo que ha venido. Y se le recordará por todo el daño, en este caso no gratuito, que le ha hecho y le sigue haciendo a un club centenario con el que nada le unía antes de aterrizar interesadamente en él. El arrogante okupa que azota los destinos del Betis no hace más que vender su populismo a nadie, porque la afición verdiblanca nunca creyó ni creerá en él. Al igual que ocurría con los más recalcitrantes loperistas, sus seguidores caben en un autobús.
Pero incluso este oscuro y advenedizo personaje acierta alguna vez. No pasará a la historia por haber firmado a Pepe Mel, ya que lo hizo por consejo de Ángel Martín y con la aprobación del propio Lopera, pero sí se podrá apuntar el tanto de haber renovado la vinculación del técnico.
En un club en franca descomposición, es el equipo (en cuya confección apenas ha intervenido el navarro) su estamento más potable. Y, al frente, este entrenador madrileño que a su llegada generó desconfianzas y que gana aun equivocándose como en Soria. Su honradez y profesionalidad están muy por encima de este personaje engominado que ha decidido su continuidad. Populista, sí, pero en ese caso acertada.
Mel ya debió firmar por un año más opcional si ascendía al Betis en junio, y ha esperado hasta diciembre. Es justo que así sea, y si ata de manos a los dirigentes que vengan detrás, mejor para el Betis, ya que quizá por estar renovado se evite un eventual despido político del entrenador aun en caso de ascenso.
Que se sepa, tampoco ha renovado por varios años ni por unas cantidades fuera de mercado ni de lo que puede gastar el Betis. Entonces, sólo hay que aplaudir la decisión y desearle al okupa que se vaya pronto y deje al Betis en paz y en manos de béticos ecuánimes. Aunque, en este caso, su diligencia sea de justicia y buena para el equipo. Un oasis en el desierto de la ignominia.
El fútbol de Meridona » Archivo » Mel, ese oasis del ‘okupa’
Pero incluso este oscuro y advenedizo personaje acierta alguna vez. No pasará a la historia por haber firmado a Pepe Mel, ya que lo hizo por consejo de Ángel Martín y con la aprobación del propio Lopera, pero sí se podrá apuntar el tanto de haber renovado la vinculación del técnico.
En un club en franca descomposición, es el equipo (en cuya confección apenas ha intervenido el navarro) su estamento más potable. Y, al frente, este entrenador madrileño que a su llegada generó desconfianzas y que gana aun equivocándose como en Soria. Su honradez y profesionalidad están muy por encima de este personaje engominado que ha decidido su continuidad. Populista, sí, pero en ese caso acertada.
Mel ya debió firmar por un año más opcional si ascendía al Betis en junio, y ha esperado hasta diciembre. Es justo que así sea, y si ata de manos a los dirigentes que vengan detrás, mejor para el Betis, ya que quizá por estar renovado se evite un eventual despido político del entrenador aun en caso de ascenso.
Que se sepa, tampoco ha renovado por varios años ni por unas cantidades fuera de mercado ni de lo que puede gastar el Betis. Entonces, sólo hay que aplaudir la decisión y desearle al okupa que se vaya pronto y deje al Betis en paz y en manos de béticos ecuánimes. Aunque, en este caso, su diligencia sea de justicia y buena para el equipo. Un oasis en el desierto de la ignominia.
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