Mientras la primera plantilla trabaja a diario en Bad Ragaz a las órdenes de Manuel Pellegrini en la burbuja que han diseñado en Suiza para el arranque de la pretemporada, el Betis sigue su tarea con varios frentes abiertos. No sólo se está pendiente del mercado para reforzar el grupo deportivo, sino que se avanza en el proyecto de la ciudad deportiva o se ajustan los términos económicos en los que se tendrá que mover la entidad durante este curso 2021-22. El Betis ya envió a LaLiga, como el resto de clubes de Primera y Segunda, su previsión de presupuesto para esta campaña y éste se acerca a los cien millones de euros de ingresos. Una leve mejoría con respecto a los 87,9 del pasado curso pero lejos del récord histórico que alcanzó la sociedad heliopolitana en la 2019-20, cuando manejó 190.
Los motivos principales para este incremento residen en la clasificación para la Liga Europa lograda con el sexto puesto del curso anterior y por el regreso del público a los estadios, lo que ha permitido la activación de una campaña de abonados normal que va a un ritmo espectacular y que ayer anunció que ha alcanzado los 30.000 socios. Estos conceptos inciden directamente en las cuentas de la entidad, ya que se evalúa que la participación en la competición continental reportará alrededor de trece millones de euros (en condiciones normales, que pueden ser muchísimo mejores si el Betis llega muy lejos en la competición) mientras que el regreso del público a las gradas del Villamarín hará que se superen los once millones de euros en ingresos por este concepto, aunque hay que reseñar que el curso anterior 45.122 abonados renovaron su carnet pagando un porcentaje del precio total, que ahora se ve compensado en la activación como socios del curso que comienza el próximo 14 de agosto con la visita verdiblanca al Mallorca.
El Betis volverá a competir, pues, por puestos europeos con rivales que tienen mayor presupuesto y que pretenden alcanzar los mismos objetivos. Ya superó el pasado curso al Villarreal, Valencia o Athletic y anduvo muy cerca de la Real Sociedad, clubes todos ellos que le sacan ventaja económica en términos económicos.
La previsión de rondar los cien millones de euros la maneja el Betis teniendo en cuenta sus ingresos ordinarios, que han crecido este curso por las citadas novedades que se acercan a la normalización de la competición deportiva, pero quedan por computar los extraordinarios que se consideran que pueden llegar desde el mercado de ventas, que ahora mismo está prácticamente congelado ya que los movimientos entre los clubes son casi inexistentes y se limitan a las contrataciones de futbolistas libres, cesiones o traspasos por cantidades muy bajas.
Es un escenario muy diferente al del verano de 2019, por ejemplo, y por ahora más parecido al del estío de 2020. Todo ello refleja que el Betis mantiene a sus valores principales de la plantilla en estos momentos a la espera de que haya un mayor flujo económico en el zoco futbolístico.
Ingresos por publicidad, televisión...
Otro de los ingresos en los que está trabajando el Betis en estos momentos es el patrocinio de las camisetas, ya que el acuerdo con Betway decae debido a las restricciones impuestas por el Gobierno de España con respecto a la publicidad de las casas de apuestas. Se trataba de un ingreso importante para las arcas béticas y el club está buscando suplirlo con otra entidad que pueda compensar esta pérdida de un acuerdo firmado hasta 2023 a cambio de cinco millones de euros anuales que ahora se extingue por esta circunstancia.
Un aspecto en el que el Betis va a mejorar seguro en su presupuesto es el referente a los ingresos por derechos de televisión. Si la campaña pasada rondó los 60 millones de euros, en la actual se prevé que se mueva entre los 65 y 67 millones gracias a su buena clasificación al quedar sexto en LaLiga, lo que incide en el cómputo que se tiene en cuenta en las posiciones de las cinco últimas campañas (decimoquinto, sexto, décimo, decimoquinto y sexto).
El club tiene claro que presentará inevitables pérdidas en el ejercicio 2020-21 cuando se evalúen las cuentas en la junta de accionistas de finales de año, pero se considera una circunstancia normal (ocurrirá en la práctica totalidad de los clubes de LaLiga) debido a los efectos del Covid-19. Lo que quiere ahora la entidad es tratar de equilibrar las cuentas para que este presupuesto que se plantea lleve a un escenario más adecuado con la reestructuración salarial y con los posibles ingresos que se produzcan en diferentes conceptos, pero principalmente a través de plusvalías en el mercado de fichajes en las próximas ventanas, algo que ha sido fundamental en todos los ejercicios de la última década para la buena salud financiera de la entidad, con ejemplos claros como Beñat, Ndiaye, Ceballos, Fabián o Junior, pero la intención es que no afecte a lo deportivo ya que la meta vuelve a ser clasificarse para Europa.
Mateo González.
Los motivos principales para este incremento residen en la clasificación para la Liga Europa lograda con el sexto puesto del curso anterior y por el regreso del público a los estadios, lo que ha permitido la activación de una campaña de abonados normal que va a un ritmo espectacular y que ayer anunció que ha alcanzado los 30.000 socios. Estos conceptos inciden directamente en las cuentas de la entidad, ya que se evalúa que la participación en la competición continental reportará alrededor de trece millones de euros (en condiciones normales, que pueden ser muchísimo mejores si el Betis llega muy lejos en la competición) mientras que el regreso del público a las gradas del Villamarín hará que se superen los once millones de euros en ingresos por este concepto, aunque hay que reseñar que el curso anterior 45.122 abonados renovaron su carnet pagando un porcentaje del precio total, que ahora se ve compensado en la activación como socios del curso que comienza el próximo 14 de agosto con la visita verdiblanca al Mallorca.
El Betis volverá a competir, pues, por puestos europeos con rivales que tienen mayor presupuesto y que pretenden alcanzar los mismos objetivos. Ya superó el pasado curso al Villarreal, Valencia o Athletic y anduvo muy cerca de la Real Sociedad, clubes todos ellos que le sacan ventaja económica en términos económicos.
La previsión de rondar los cien millones de euros la maneja el Betis teniendo en cuenta sus ingresos ordinarios, que han crecido este curso por las citadas novedades que se acercan a la normalización de la competición deportiva, pero quedan por computar los extraordinarios que se consideran que pueden llegar desde el mercado de ventas, que ahora mismo está prácticamente congelado ya que los movimientos entre los clubes son casi inexistentes y se limitan a las contrataciones de futbolistas libres, cesiones o traspasos por cantidades muy bajas.
Es un escenario muy diferente al del verano de 2019, por ejemplo, y por ahora más parecido al del estío de 2020. Todo ello refleja que el Betis mantiene a sus valores principales de la plantilla en estos momentos a la espera de que haya un mayor flujo económico en el zoco futbolístico.
Ingresos por publicidad, televisión...
Otro de los ingresos en los que está trabajando el Betis en estos momentos es el patrocinio de las camisetas, ya que el acuerdo con Betway decae debido a las restricciones impuestas por el Gobierno de España con respecto a la publicidad de las casas de apuestas. Se trataba de un ingreso importante para las arcas béticas y el club está buscando suplirlo con otra entidad que pueda compensar esta pérdida de un acuerdo firmado hasta 2023 a cambio de cinco millones de euros anuales que ahora se extingue por esta circunstancia.
Un aspecto en el que el Betis va a mejorar seguro en su presupuesto es el referente a los ingresos por derechos de televisión. Si la campaña pasada rondó los 60 millones de euros, en la actual se prevé que se mueva entre los 65 y 67 millones gracias a su buena clasificación al quedar sexto en LaLiga, lo que incide en el cómputo que se tiene en cuenta en las posiciones de las cinco últimas campañas (decimoquinto, sexto, décimo, decimoquinto y sexto).
El club tiene claro que presentará inevitables pérdidas en el ejercicio 2020-21 cuando se evalúen las cuentas en la junta de accionistas de finales de año, pero se considera una circunstancia normal (ocurrirá en la práctica totalidad de los clubes de LaLiga) debido a los efectos del Covid-19. Lo que quiere ahora la entidad es tratar de equilibrar las cuentas para que este presupuesto que se plantea lleve a un escenario más adecuado con la reestructuración salarial y con los posibles ingresos que se produzcan en diferentes conceptos, pero principalmente a través de plusvalías en el mercado de fichajes en las próximas ventanas, algo que ha sido fundamental en todos los ejercicios de la última década para la buena salud financiera de la entidad, con ejemplos claros como Beñat, Ndiaye, Ceballos, Fabián o Junior, pero la intención es que no afecte a lo deportivo ya que la meta vuelve a ser clasificarse para Europa.
Mateo González.
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