La solicitud de entrada en la Ley Concursal presentada el jueves por los rectores que hoy día rigen los destinos del Betis, ha justificado las sospechas abiertas en los acreedores que hoy día mantiene la entidad.
En primer lugar porque se sienten engañados por Luis Oliver, quien prometió a todos los jugadores el cobro de sus fichas en diferentes visitas al vestuario, y ahora ven como todo se trató de una estrategia para ganar tiempo evitando airear el problema públicamente. Está por ver cómo reaccionarán ahora no sólo aquellos que se mantienen en la plantilla, sino todos aquellos que abandonaron el club este pasado verano. Se presumen denuncias por doquier en las próximas horas.
Al margen de la consabida deuda con la Hacienda pública, fruto de una pésima gestión económica en la era Lopera, jugadores y clubes que aún tienen cantidades pendientes, han recibido con enfado la noticia. En primer lugar porque se sienten engañados por Luis Oliver, quien prometió a todos los jugadores el cobro de sus fichas en diferentes visitas al vestuario, y ahora ven como todo se trató de una estrategia para ganar tiempo evitando airear el problema públicamente. Está por ver cómo reaccionarán ahora no sólo aquellos que se mantienen en la plantilla, sino todos aquellos que abandonaron el club este pasado verano. Se presumen denuncias por doquier en las próximas horas.
Pero además, en Elche y Córdoba están con las orejas bien abiertas para no perder detalle de todo lo que llega desde Sevilla. Para los alicantinos el dinero correspondiente al traspaso de Jorge Molina supone un 20 % de su presupuesto, mientras que en la ciudad califal sucede algo parecido con la venta de Salva Sevilla. Entienden que si el Betis firmó unas condiciones en junio, supone una posible adulteración de la competición que ahora admitan no tener liquidez para afrontar dichos pagos. Incluso, sus economías ahora se ven seriamente perjudicadas por esta medida que sabían de antemano Oliver y Vergara, máximos responsables de la decisión. De producirse denuncias en estos casos, podría traer algún dolor de cabeza mayor a los citados consejeros.
Y por último, está la posición de los administradores del paquete mayoritario. Todo apunta a que no tendrán tiempo de nombrar un nuevo consejo de administración antes de que el juez encargado de decidir si acepta o no la entrada del Betis en concurso de acreedores tome una determinación. De ahí, que notifiquen la nueva situación en las próximas horas a la jueza Mercedes Alaya, quien también podría mover ficha.
Elche, Córdoba y jugadores se sienten engañados por Oliver
En primer lugar porque se sienten engañados por Luis Oliver, quien prometió a todos los jugadores el cobro de sus fichas en diferentes visitas al vestuario, y ahora ven como todo se trató de una estrategia para ganar tiempo evitando airear el problema públicamente. Está por ver cómo reaccionarán ahora no sólo aquellos que se mantienen en la plantilla, sino todos aquellos que abandonaron el club este pasado verano. Se presumen denuncias por doquier en las próximas horas.
Al margen de la consabida deuda con la Hacienda pública, fruto de una pésima gestión económica en la era Lopera, jugadores y clubes que aún tienen cantidades pendientes, han recibido con enfado la noticia. En primer lugar porque se sienten engañados por Luis Oliver, quien prometió a todos los jugadores el cobro de sus fichas en diferentes visitas al vestuario, y ahora ven como todo se trató de una estrategia para ganar tiempo evitando airear el problema públicamente. Está por ver cómo reaccionarán ahora no sólo aquellos que se mantienen en la plantilla, sino todos aquellos que abandonaron el club este pasado verano. Se presumen denuncias por doquier en las próximas horas.
Pero además, en Elche y Córdoba están con las orejas bien abiertas para no perder detalle de todo lo que llega desde Sevilla. Para los alicantinos el dinero correspondiente al traspaso de Jorge Molina supone un 20 % de su presupuesto, mientras que en la ciudad califal sucede algo parecido con la venta de Salva Sevilla. Entienden que si el Betis firmó unas condiciones en junio, supone una posible adulteración de la competición que ahora admitan no tener liquidez para afrontar dichos pagos. Incluso, sus economías ahora se ven seriamente perjudicadas por esta medida que sabían de antemano Oliver y Vergara, máximos responsables de la decisión. De producirse denuncias en estos casos, podría traer algún dolor de cabeza mayor a los citados consejeros.
Y por último, está la posición de los administradores del paquete mayoritario. Todo apunta a que no tendrán tiempo de nombrar un nuevo consejo de administración antes de que el juez encargado de decidir si acepta o no la entrada del Betis en concurso de acreedores tome una determinación. De ahí, que notifiquen la nueva situación en las próximas horas a la jueza Mercedes Alaya, quien también podría mover ficha.
Elche, Córdoba y jugadores se sienten engañados por Oliver