El entrenador del Betis está diseñando una alineación ultraofensiva para medirse al Salamanca. El tridente atacante puede ser titular por primera vez esta temporada.
Los tres futbolistas más resolutivos de la plantilla del Betis todavía no han coincidido al mismo tiempo en el campo en lo que va de campaña, pero eso puede cambiar a partir de este domingo. Emana, Rubén Castro y Jorge Molina están en la alineación que deambula por la mente del técnico, Pepe Mel, que incluso está dispuesto a modificar el dibujo táctico para hacer sitio al tridente. La solución a su dilema para no dejar a ninguno fuera del once inicial consiste en prescindir de las alas y acudir al 4-3-3.
La intención del míster quedó explícita en el partidillo de ayer. Allí estaban los tres. Rubén Castro y Emana, por las bandas; la derecha para el canario y la izquierda para el camerunés. Y Jorge Molina, como delantero centro. Detrás de ellos, tres mediocentros: al principio fueron Iriney, Juande y Arzu; luego entró Beñat por el nazareno. La defensa sí que no admite cábalas: Miguel Lopes, Miki Roqué, Dorado y Nacho. Dorado ya está recuperado de sus problemas de rodilla, igual que Beñat de su contractura. Ese esquema, además, permite a Mel disponer de más recursos ofensivos en el banquillo, donde coincidirían Momo, Caffa, Ezequiel e Israel. El técnico, por cierto, riñó varias veces a la gente de arriba, a la que exigía que adelantase la línea de presión.
De llevar ese 4-3-3 a la práctica sobre el césped del Helmántico, Mel emplearía su tercer sistema de la temporada. Su favorito es el 4-4-2, y así comenzó la campaña frente al Granada, pero se le fue al traste con la lesión de Jorge Molina y a partir de entonces su opción predilecta ha sido el 4-2-3-1.
Los tres componentes del tridente ofensivo del Betis aún no han coincidido a la misma vez sobre la hierba ni un solo minuto en toda la campaña. En realidad sólo han tenido dos ocasiones para hacerlo. En la primera jornada liguera, frente al Granada, Rubén y Jorge disputaron los noventa minutos pero Emana ni siquiera fue convocado; el mercado de fichajes continuaba abierto y el camerunés estaba entonces más fuera que dentro del Betis. Y tres días más tarde, en el debut copero frente al Salamanca y con Emana ya sí dentro de la convocatoria, él y Jorge Molina compartieron labores ofensivas hasta que el delantero alcoyano se lesionó y salió del campo en el minuto 34; lo sustituyó Rubén, pero claro, ya no estaban los tres. Jorge Molina reapareció por fin el pasado sábado, pero Emana era baja por sanción tras su expulsión en Las Palmas.
SALAMANCA, CINCO GOLES EN CONTRA. El Betis no se ha resentido ni de la baja de su fichaje estrella para el ataque (un mes y medio sin él) ni de la imposibilidad de alinear a su tridente. El conjunto verdiblanco ha marcado en cada uno de los diez partidos oficiales que ha disputado (ocho de Liga y dos de Copa) y es el más goleador de la categoría, con 19 dianas, más de dos por jornada. Lo curioso es que Mel planea reunir todo su potencial ofensivo justo cuando le toca visitar al equipo con la mejor defensa del campeonato. El Salamanca apenas ha encajado cinco goles en ocho jornadas, aunque la gran mayoría, cuatro, los ha recibido en el Helmántico.
Los tres futbolistas más resolutivos de la plantilla del Betis todavía no han coincidido al mismo tiempo en el campo en lo que va de campaña, pero eso puede cambiar a partir de este domingo. Emana, Rubén Castro y Jorge Molina están en la alineación que deambula por la mente del técnico, Pepe Mel, que incluso está dispuesto a modificar el dibujo táctico para hacer sitio al tridente. La solución a su dilema para no dejar a ninguno fuera del once inicial consiste en prescindir de las alas y acudir al 4-3-3.
La intención del míster quedó explícita en el partidillo de ayer. Allí estaban los tres. Rubén Castro y Emana, por las bandas; la derecha para el canario y la izquierda para el camerunés. Y Jorge Molina, como delantero centro. Detrás de ellos, tres mediocentros: al principio fueron Iriney, Juande y Arzu; luego entró Beñat por el nazareno. La defensa sí que no admite cábalas: Miguel Lopes, Miki Roqué, Dorado y Nacho. Dorado ya está recuperado de sus problemas de rodilla, igual que Beñat de su contractura. Ese esquema, además, permite a Mel disponer de más recursos ofensivos en el banquillo, donde coincidirían Momo, Caffa, Ezequiel e Israel. El técnico, por cierto, riñó varias veces a la gente de arriba, a la que exigía que adelantase la línea de presión.
De llevar ese 4-3-3 a la práctica sobre el césped del Helmántico, Mel emplearía su tercer sistema de la temporada. Su favorito es el 4-4-2, y así comenzó la campaña frente al Granada, pero se le fue al traste con la lesión de Jorge Molina y a partir de entonces su opción predilecta ha sido el 4-2-3-1.
Los tres componentes del tridente ofensivo del Betis aún no han coincidido a la misma vez sobre la hierba ni un solo minuto en toda la campaña. En realidad sólo han tenido dos ocasiones para hacerlo. En la primera jornada liguera, frente al Granada, Rubén y Jorge disputaron los noventa minutos pero Emana ni siquiera fue convocado; el mercado de fichajes continuaba abierto y el camerunés estaba entonces más fuera que dentro del Betis. Y tres días más tarde, en el debut copero frente al Salamanca y con Emana ya sí dentro de la convocatoria, él y Jorge Molina compartieron labores ofensivas hasta que el delantero alcoyano se lesionó y salió del campo en el minuto 34; lo sustituyó Rubén, pero claro, ya no estaban los tres. Jorge Molina reapareció por fin el pasado sábado, pero Emana era baja por sanción tras su expulsión en Las Palmas.
SALAMANCA, CINCO GOLES EN CONTRA. El Betis no se ha resentido ni de la baja de su fichaje estrella para el ataque (un mes y medio sin él) ni de la imposibilidad de alinear a su tridente. El conjunto verdiblanco ha marcado en cada uno de los diez partidos oficiales que ha disputado (ocho de Liga y dos de Copa) y es el más goleador de la categoría, con 19 dianas, más de dos por jornada. Lo curioso es que Mel planea reunir todo su potencial ofensivo justo cuando le toca visitar al equipo con la mejor defensa del campeonato. El Salamanca apenas ha encajado cinco goles en ocho jornadas, aunque la gran mayoría, cuatro, los ha recibido en el Helmántico.
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