Empiezo esta crónica diciendo que no fui al partido, ni lo vi por televisión, pero lo viví más que cualquier otro.
Ayer se casaban dos amigos. Los astros "televisivos" hicieron coincidir la boda más bética a la que he ido en mi vida con un partido del Betis... Una pena, pero al mismo tiempo una alegría. Ya la boda en La Palmera daba toques verdiblancos al enlace. Un día maravilloso de temperatura, naranjos con nubes de fondo, verde y blanco de nuevo. La iglesia a reventar, ceremonia que sella la promesa eterna de una pareja que une sus caminos en una vida en común.
Hasta el coche de los novios tuvo en forma de globos verdes otro contrapunto divertido a la boda. Globos que salieron empujados por el viento camino arriba de La Palmera donde ya, a esa hora, se veían camisetas béticas camino del Villamarín (qué bonito nombre).
Y nos vamos de celebración, un sol de primaveral otoño nos lleva a Los Alcores y en una de sus majestuosas villas nos encontramos disfrutando de la charla entre amigos, de ver a aquellos que es más difícil ver, a aquellos con los que compartimos más el día a día.
Entramos al gran salón y me toca la mesa MARQUEZ, al lado de la mesa SERRA FERRER, junto a la mesa CAMPEONES 1935, donde entre apellidos béticos hay sentado un señor que casi roza el siglo... hermano pequeño del Real Betis Balompié. Así, todas las mesas tenían nombres béticos. Bueno, todas menos una, donde un reducto renombró la suya con un nombre que terminaba en ...juán o algo así...
Y empezó el "combite" al mismo tiempo casi que el partido. Imagen subrrealista la que allí se vivió. De un subrrealismo bético lleno de matices. A la normal celebración de la boda se unía el sentir de lo que pasaba en Heliópolis (precioso nombre también) y el gol del Gerona hacía pensar que el primer plato no gustó a nadie... Caras serias, miradas que se cruzaban, y el descanso que trajo otro plato. Los pinganillos anunciaban el cordón umbilical con el propio Gol Sur.
Cuando el segundo plato estaba en su apogeo un rotundo GOL hizo saltar a los presentes... Increible (salvo el reducto, obviamente)... Las servilletas de casi todas las mesas se elevaron como bufandas y el "volveremos a primera" retumbaba entre los presentes con traje de fiesta. Y el postre...??? El postre llegó en forma de segundo, pero GOL, con el alborozo general y las servilletas bufanderas al aire del salón, verdiblanco con detalles en corbatas, en ojales, en camisas o incluso en joyas femeninas. Así viví ese postre que trajo dulce al dulce. Las caras de los presentes parecía que iban a invitar a una barra libre de órdago. Tanto que incluso la banda de música no llega porque tuvieron que recoger a uno de sus miembros... dónde??? pues en el campo del Betis. Y cómo empezaron a tocar??? Pues con el himno del Betis.
Ayer hasta el plebiscito del campo del Betis estuvo en la boda, y fue unánime. Ayer, por sólo un día, el campo del Betis llevó el nombre de los novios. Y nadie pudo discutirlo, porque era indiscutible, nos habían llevado de boda al Betis, casi ná.
http://www.betisweb.com/blogs/poker-...is-gerona.html
Ayer se casaban dos amigos. Los astros "televisivos" hicieron coincidir la boda más bética a la que he ido en mi vida con un partido del Betis... Una pena, pero al mismo tiempo una alegría. Ya la boda en La Palmera daba toques verdiblancos al enlace. Un día maravilloso de temperatura, naranjos con nubes de fondo, verde y blanco de nuevo. La iglesia a reventar, ceremonia que sella la promesa eterna de una pareja que une sus caminos en una vida en común.
Hasta el coche de los novios tuvo en forma de globos verdes otro contrapunto divertido a la boda. Globos que salieron empujados por el viento camino arriba de La Palmera donde ya, a esa hora, se veían camisetas béticas camino del Villamarín (qué bonito nombre).
Y nos vamos de celebración, un sol de primaveral otoño nos lleva a Los Alcores y en una de sus majestuosas villas nos encontramos disfrutando de la charla entre amigos, de ver a aquellos que es más difícil ver, a aquellos con los que compartimos más el día a día.
Entramos al gran salón y me toca la mesa MARQUEZ, al lado de la mesa SERRA FERRER, junto a la mesa CAMPEONES 1935, donde entre apellidos béticos hay sentado un señor que casi roza el siglo... hermano pequeño del Real Betis Balompié. Así, todas las mesas tenían nombres béticos. Bueno, todas menos una, donde un reducto renombró la suya con un nombre que terminaba en ...juán o algo así...
Y empezó el "combite" al mismo tiempo casi que el partido. Imagen subrrealista la que allí se vivió. De un subrrealismo bético lleno de matices. A la normal celebración de la boda se unía el sentir de lo que pasaba en Heliópolis (precioso nombre también) y el gol del Gerona hacía pensar que el primer plato no gustó a nadie... Caras serias, miradas que se cruzaban, y el descanso que trajo otro plato. Los pinganillos anunciaban el cordón umbilical con el propio Gol Sur.
Cuando el segundo plato estaba en su apogeo un rotundo GOL hizo saltar a los presentes... Increible (salvo el reducto, obviamente)... Las servilletas de casi todas las mesas se elevaron como bufandas y el "volveremos a primera" retumbaba entre los presentes con traje de fiesta. Y el postre...??? El postre llegó en forma de segundo, pero GOL, con el alborozo general y las servilletas bufanderas al aire del salón, verdiblanco con detalles en corbatas, en ojales, en camisas o incluso en joyas femeninas. Así viví ese postre que trajo dulce al dulce. Las caras de los presentes parecía que iban a invitar a una barra libre de órdago. Tanto que incluso la banda de música no llega porque tuvieron que recoger a uno de sus miembros... dónde??? pues en el campo del Betis. Y cómo empezaron a tocar??? Pues con el himno del Betis.
Ayer hasta el plebiscito del campo del Betis estuvo en la boda, y fue unánime. Ayer, por sólo un día, el campo del Betis llevó el nombre de los novios. Y nadie pudo discutirlo, porque era indiscutible, nos habían llevado de boda al Betis, casi ná.
http://www.betisweb.com/blogs/poker-...is-gerona.html