
Con la expulsión de Emana en Las Palmas saltaron las alarmas. El Betis se quedaba sólo con Rubén Castro como delantero ante el Gerona. La enfermería está bien poblada de atacantes y Pepe Mel ha recurrido a ella para tratar de acortar los plazos. Jorge Molina, que aún no tiene el alta médica y que según las previsiones iba a estar totalmente recuperado para la ida copera (27 de octubre), y Salva Sevilla, de quien se había calculado que estaría un par de semanas de baja, son los objetivos de Mel para recuperar efectivos de cara al sábado. Apura el técnico madrileño (quien, por cierto, le reprochó al equipo en la charla de ayer su mala primera parte en Las Palmas) y el límite lo pondrán la ciencia y la voluntad de los jugadores. Molina ya se ejercitó en el partidillo e hizo goles, pero hay que esperar a su evolución, mientras que Salva Sevilla se entrena para mantener el tono y lo hace protegiéndose el cuarto metacarpiano de la mano izquierda quebrado el viernes pasado. Además, se agotarán las posibilidades con Emana, por quien se presentarán alegaciones al acta para tratar de desvirtuarla en la primera amonestación y que así pueda jugar ante el Gerona.
Y es que la sorpresa estuvo en comprobar el buen nivel de Jorge Molina. Recibió no pocos aplausos el punta, que hizo goles en el entrenamiento a pesar de estar lejos de su forma y ritmo óptimos. Los médicos piden prudencia porque necesitan más tiempo para saber si su rodilla aguantará los cuatro entrenamientos consecutivos de exigencia que le esperan para completar esta semana, así como su respuesta al choque. El viernes será el día de la prueba, algo en lo que coincide con Salva Sevilla. Hasta entonces se ejercitará protegido con una férula sólida y, como ayer, se cuidará de riesgos innecesarios como caídas o balonazos. El viernes se someterá a una radiografía o una TAC, en función de cómo evalúen la progresión, y entonces se determinará si puede actuar. Si juega, lo hará con una protección que puede ser de dos formas: blanda temiendo que pueda caerse y sufrir una lesión mayor, o rígida para evitar esto. El riesgo es que si se agudiza la dolencia podría tener que pasar por el quirófano y entonces estaría mucho más tiempo de baja, en torno a un mes. Existe el precedente de la pasada temporada de Damiá, jugó con esa protección.
Con ellos quiere apurar al máximo Mel, que está en una búsqueda desesperada de atacantes dado que está sufriendo la cortedad de su plantilla en esta posición. Quizás se entrene estos días Ryan Harper. Ya reclamó un ariete para suplir la ficha de Odonkor, pero Oliver le reprochó la queja y le cerró las puertas a otra bienvenida. Ahora agotará todos los recursos con los lesionados, a riesgo de percances mayores, y también se han activado los servicios jurídicos del club para tratar de convencer al Comité de Competición de que Emana no debe ser sancionado. La decisión, mañana, puesto que hoy es fiesta y no se reúnen. El camerunés, por cierto, justificó por su carácter la reacción que le llevó a protestar tanto la acción arbitral. «Soy de sangre caliente y no lo puedo evitar», dijo en Radio Sevilla.
En cuanto al resto de lesionados, pocas novedades. Belenguer hizo carrera continua y está por ver si llegará al sábado, ya que estarán pendientes de su evolución. Las pruebas a Roversio confirmaron que no podrá regresar a los terrenos de juego al menos hasta dentro de tres semanas ya que tiene una rotura fibrilar en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Mientras, Jonathan Pereira está de nuevo en Vigo tratándose con el doctor Cota. Mientras, Miguel Lopes se ausentó ya que jugará hoy con la selección portuguesa sub 23.
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