Poli Rincón, ex futbolista y comentarista deportivo, «Lopera tiene muchos ases en la manga. Yo no sabría ganarle»
Poli Rincón es un experto consumado en el póquer.
—No tuvo problemas para salir de la cárcel, ¿verdad?
—Ninguno. Antes de entrar tuve mis dudas por si no me dejaban salir. Pero estuvimos dos horas con ellos, dimos una charla y me sentí divinamente ayudando a gente que lo está pasando mal.
—¿Qué se encontró en Alcalá Meco?
—La realidad de la otra vida de los que están al margen de lo cotidiano: no decides nada, deciden por ti, las puertas no la abres cuando tú quieres sino cuando te la abre un funcionario y ahí te das cuenta de que los muros son altos y la libertad no existe.
—¿Se puede jugar a las cartas en la cárcel?
—Creo que sí. Tienen televisión, talleres, teatro e instalaciones deportivas. Hay muchas actividades y creo que entre ellas juegan a las cartas. A mí me hablaron mucho del póquer.
—El fútbol es una gran cantera de jugadores de cartas. En las concentraciones es habitual matar el tiempo con los naipes.
—Hoy hay otras alternativas electrónicas. Antes o jugabas cartas o leías.
—¿Quién era el mejor jugador de cartas de su época en la selección?
—Camacho, Del Bosque, Sarabia, Goicoechea… En el mus eran terroríficos. Tuve grandes maestros.
—¿Y en el Betis?
—Ortega, Cardeñosa, El Gordo… Fueron momentos inolvidables.
—¿Y usted jugaba mejor al fútbol que a las cartas?
—(Risas) Jugar al póquer es muy complicado. Un torneo dura una semana y son doce horas diarias de juego. La suerte influye muy poco. El fútbol son once. En el póquer eres tú solo. Te sientes más arropado en un día malo en el fútbol.
—¿La partida más cara en la que ha participado cuál fue?
—No juego dinero normalmente. Juego en los torneos que organiza póquer star y creo que ha cambiado la imagen pistolera del póquer de las películas del oeste. Juego con médicos, abogados, ingenieros, cirujanos. No pensaba que ese mundo existía y que el póquer puede verse de otra manera.
—¿Qué conclusión saca un jugador de póquer después de leer su libro?
—No es solo un libro de póquer, sino un relato sobre las anécdotas de la experiencias de estos dos últimos años de póquer star con gente como Gus Hansen, Joe Hachem, Katia Thater, Daniel Negreanu, Boris Becker, Teddy Sheringham y Manuel Pastor, que es quien me ha metido en esto.
—No ha sido manca la partida que este verano jugaron los directivos de la Ser y Paquito González y Pepe Domingo Castaño. ¿Usted apostó a ganador?
—Yo aposté a mi amigo que es Paco González. Yo y los 57 que nos hemos ido. Aquí había mucha amistad, un gran profesional y no había dudas a la hora de elegir. No era cuestión ni de cadena ni de dinero, sino de Paco González. Creo que hemos acertado con el cambio.
—Siete millones de euros pide la Ser a Paco González. ¿Será un farol, no?
—Creo que la Ser debería darle a Paco un imperio. Líder indiscutible de la radio durante siete años y poniendo a la Ser por las nubes. La verdad es que creo que la Ser debería hacerle un homenaje.
—¿Jugaría al póquer con Lopera?
—Sería difícil ganarle. Creo que sería un adversario difícil, durísimo, complicado. Maneja todos los tiempos del póquer magníficamente. Yo estoy aprendiendo todavía.
—¿ Y jugaría con él sin repasar previamente ni mangas ni baraja?
—Creo que es doctor en este tipo de juegos y en la vida. Él tiene muchos ases debajo de la manga. Lo vemos día a día. Sería imposible ganarle.
—¿Y con Luis Oliver, se atrevería a jugarse algo?
—Estamos en la misma situación. Hay muy poca diferencia entre uno y otro. La historia de Oliver la conoce todo el mundo, Jerez, Cartagena…Tiene una habilidad fundamental para el póquer: enmascarar la realidad. Saben engañar al contrario y no muestran su jugada. Tampoco jugaría con él.
—¿Lopera y Oliver juegan, entonces, juntos esta partida?
—Lopera, Oliver, son la misma partida, la misma mano y hasta el mismo crupier. Hay que evitar que la inestabilidad institucional afecte a Mel y a los jugadores que lo están haciendo magníficamente.
—Por cierto, el tipo aquel que medió entre España y Malta, ¿era un buen jugador de póquer?
—No lo conozco. No sé si hubo mediador, pero sí le digo que fue un partido muy complicado, fallamos un penalti, nos empataron… Ese partido se jugó en el campo y no en los despachos.
«Lopera tiene muchos ases en la manga. Yo no sabría ganarle» - abcdesevilla.es
Poli Rincón es un experto consumado en el póquer.
—No tuvo problemas para salir de la cárcel, ¿verdad?
—Ninguno. Antes de entrar tuve mis dudas por si no me dejaban salir. Pero estuvimos dos horas con ellos, dimos una charla y me sentí divinamente ayudando a gente que lo está pasando mal.
—¿Qué se encontró en Alcalá Meco?
—La realidad de la otra vida de los que están al margen de lo cotidiano: no decides nada, deciden por ti, las puertas no la abres cuando tú quieres sino cuando te la abre un funcionario y ahí te das cuenta de que los muros son altos y la libertad no existe.
—¿Se puede jugar a las cartas en la cárcel?
—Creo que sí. Tienen televisión, talleres, teatro e instalaciones deportivas. Hay muchas actividades y creo que entre ellas juegan a las cartas. A mí me hablaron mucho del póquer.
—El fútbol es una gran cantera de jugadores de cartas. En las concentraciones es habitual matar el tiempo con los naipes.
—Hoy hay otras alternativas electrónicas. Antes o jugabas cartas o leías.
—¿Quién era el mejor jugador de cartas de su época en la selección?
—Camacho, Del Bosque, Sarabia, Goicoechea… En el mus eran terroríficos. Tuve grandes maestros.
—¿Y en el Betis?
—Ortega, Cardeñosa, El Gordo… Fueron momentos inolvidables.
—¿Y usted jugaba mejor al fútbol que a las cartas?
—(Risas) Jugar al póquer es muy complicado. Un torneo dura una semana y son doce horas diarias de juego. La suerte influye muy poco. El fútbol son once. En el póquer eres tú solo. Te sientes más arropado en un día malo en el fútbol.
—¿La partida más cara en la que ha participado cuál fue?
—No juego dinero normalmente. Juego en los torneos que organiza póquer star y creo que ha cambiado la imagen pistolera del póquer de las películas del oeste. Juego con médicos, abogados, ingenieros, cirujanos. No pensaba que ese mundo existía y que el póquer puede verse de otra manera.
—¿Qué conclusión saca un jugador de póquer después de leer su libro?
—No es solo un libro de póquer, sino un relato sobre las anécdotas de la experiencias de estos dos últimos años de póquer star con gente como Gus Hansen, Joe Hachem, Katia Thater, Daniel Negreanu, Boris Becker, Teddy Sheringham y Manuel Pastor, que es quien me ha metido en esto.
—No ha sido manca la partida que este verano jugaron los directivos de la Ser y Paquito González y Pepe Domingo Castaño. ¿Usted apostó a ganador?
—Yo aposté a mi amigo que es Paco González. Yo y los 57 que nos hemos ido. Aquí había mucha amistad, un gran profesional y no había dudas a la hora de elegir. No era cuestión ni de cadena ni de dinero, sino de Paco González. Creo que hemos acertado con el cambio.
—Siete millones de euros pide la Ser a Paco González. ¿Será un farol, no?
—Creo que la Ser debería darle a Paco un imperio. Líder indiscutible de la radio durante siete años y poniendo a la Ser por las nubes. La verdad es que creo que la Ser debería hacerle un homenaje.
—¿Jugaría al póquer con Lopera?
—Sería difícil ganarle. Creo que sería un adversario difícil, durísimo, complicado. Maneja todos los tiempos del póquer magníficamente. Yo estoy aprendiendo todavía.
—¿ Y jugaría con él sin repasar previamente ni mangas ni baraja?
—Creo que es doctor en este tipo de juegos y en la vida. Él tiene muchos ases debajo de la manga. Lo vemos día a día. Sería imposible ganarle.
—¿Y con Luis Oliver, se atrevería a jugarse algo?
—Estamos en la misma situación. Hay muy poca diferencia entre uno y otro. La historia de Oliver la conoce todo el mundo, Jerez, Cartagena…Tiene una habilidad fundamental para el póquer: enmascarar la realidad. Saben engañar al contrario y no muestran su jugada. Tampoco jugaría con él.
—¿Lopera y Oliver juegan, entonces, juntos esta partida?
—Lopera, Oliver, son la misma partida, la misma mano y hasta el mismo crupier. Hay que evitar que la inestabilidad institucional afecte a Mel y a los jugadores que lo están haciendo magníficamente.
—Por cierto, el tipo aquel que medió entre España y Malta, ¿era un buen jugador de póquer?
—No lo conozco. No sé si hubo mediador, pero sí le digo que fue un partido muy complicado, fallamos un penalti, nos empataron… Ese partido se jugó en el campo y no en los despachos.
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