Imagina que llegas a un acuerdo con un equipo italiano para irte en el mercado de invierno.
Buen dinero y cambio de aires.
El equipo italiano te dice que el Betis no baja sus pretensiones por lo que el acuerdo está en peligro y te sugiere que pongas de tu parte para convencer al Betis.
Repentinamente, aunque jamás hayas sido un jugador que se caracterice por su agresividad, te entran unas ganas locas de patear rivales en una eliminatoria a partido único.
Todo se acelera en una espesa noche neblinosa, y a la mañana siguiente, el vocero oficializa en prensa tu salida a ese simpático club italiano.
Buen dinero y cambio de aires.
El equipo italiano te dice que el Betis no baja sus pretensiones por lo que el acuerdo está en peligro y te sugiere que pongas de tu parte para convencer al Betis.
Repentinamente, aunque jamás hayas sido un jugador que se caracterice por su agresividad, te entran unas ganas locas de patear rivales en una eliminatoria a partido único.
Todo se acelera en una espesa noche neblinosa, y a la mañana siguiente, el vocero oficializa en prensa tu salida a ese simpático club italiano.
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