ANTECEDENTES.
El señor Ruiz declaró nada más "vender" sus acciones a un desconocido grupo empresarial que en cuanto terminasen de pagarle las acciones podían cambiarle el nombre al campo del Betis. Posteriormente, el 26 de agosto, el señor Oliver declaró que la penalización por cambiarle el nombre al estadio era de una burrada de millones...
Aquí algo pasa, o no saben lo que dicen porque no saben ni el contrato que han firmado o directamente mienten. Y no se sabe qué es peor, o no saber qué se hace o mentir descaradamente y a los medios, de donde después se nutren para su conocimiento los béticos.
ACTUALIDAD
En el cúmulo de noticias populistas que genera este consejo, saltó la noticia ansiada y esperada por muchísimos béticos. Quieren hacer un plebiscito para cambiar el nombre al estadio. De momento, eso salió de un comunicado que se transforma en un dardo envenenado por la acción u omisión del actual consejo.
Y me explico lo más concretamente posible. Empecemos por el propio comunicado: “Se aprueba por mayoría el cambio de nombre al estadio, y se asumirá el que decidan los socios por mayoría en votación pública, que se celebrará coincidiendo con la celebración de un próximo partido oficial a celebrar en casa. La fecha concreta será puesta en conocimiento de la afición y todo ello sin perjuicio de la preceptiva ratificación en Junta General de Accionistas.”
Ni normas ni nada que diga cómo hacerlo pero lo más grave, dejando una patata caliente a los administradores judiciales por mor del populismo de la medida. Los señores Huidobro, Porrua y Gordillo tienen encomendadas, entre otras misiones, salvaguardar la integridad de las acciones intervenidas, tanto políticamente como económicamente. Como tal, qué papel jugarían a la hora de esa "preceptiva ratificación en Junta General de Accionistas”??? Pues fácil, directamente no pueden ratificar un cambio de nombre al estadio porque intrínsecamente estarían perjudicando al paquete mayoritario que tienen que defender.
Ahí está la jugada torticera y, de nuevo, malintencionada del consejo de administración. Populista a más no poder, pero al mismo tiempo dejando la pelota en el tejado que más les interesa, en el de descrédito de los señores administradores judiciales.
Por supuesto que dando vueltas al temita del cambio de nombre, podían los administradores judiciales acogerse a la extrema necesidad de ingresos que tiene este Betis desangrado y solicitar un cambio de nombre con una repercusión económica positiva para el club. Pero esto no lo dicen esos señores del consejo que con sus impulsos populistas van empujando al bético que tiene necesidad de cambios a rincones de los que después va a ser difícil salir.
Por ello, la cortina de humo del nombre del estadio les ha salido redonda, ocultan otras decisiones más graves, mucho más graves del consejo y tienen entretenidos a los béticos, ansiosos de quitar esas letras ignominiosas que siguen apareciendo en la mitad del estadio construida con el esfuerzo... DE LOS BÉTICOS.
El señor Ruiz declaró nada más "vender" sus acciones a un desconocido grupo empresarial que en cuanto terminasen de pagarle las acciones podían cambiarle el nombre al campo del Betis. Posteriormente, el 26 de agosto, el señor Oliver declaró que la penalización por cambiarle el nombre al estadio era de una burrada de millones...
Aquí algo pasa, o no saben lo que dicen porque no saben ni el contrato que han firmado o directamente mienten. Y no se sabe qué es peor, o no saber qué se hace o mentir descaradamente y a los medios, de donde después se nutren para su conocimiento los béticos.
ACTUALIDAD
En el cúmulo de noticias populistas que genera este consejo, saltó la noticia ansiada y esperada por muchísimos béticos. Quieren hacer un plebiscito para cambiar el nombre al estadio. De momento, eso salió de un comunicado que se transforma en un dardo envenenado por la acción u omisión del actual consejo.
Y me explico lo más concretamente posible. Empecemos por el propio comunicado: “Se aprueba por mayoría el cambio de nombre al estadio, y se asumirá el que decidan los socios por mayoría en votación pública, que se celebrará coincidiendo con la celebración de un próximo partido oficial a celebrar en casa. La fecha concreta será puesta en conocimiento de la afición y todo ello sin perjuicio de la preceptiva ratificación en Junta General de Accionistas.”
Ni normas ni nada que diga cómo hacerlo pero lo más grave, dejando una patata caliente a los administradores judiciales por mor del populismo de la medida. Los señores Huidobro, Porrua y Gordillo tienen encomendadas, entre otras misiones, salvaguardar la integridad de las acciones intervenidas, tanto políticamente como económicamente. Como tal, qué papel jugarían a la hora de esa "preceptiva ratificación en Junta General de Accionistas”??? Pues fácil, directamente no pueden ratificar un cambio de nombre al estadio porque intrínsecamente estarían perjudicando al paquete mayoritario que tienen que defender.
Ahí está la jugada torticera y, de nuevo, malintencionada del consejo de administración. Populista a más no poder, pero al mismo tiempo dejando la pelota en el tejado que más les interesa, en el de descrédito de los señores administradores judiciales.
Por supuesto que dando vueltas al temita del cambio de nombre, podían los administradores judiciales acogerse a la extrema necesidad de ingresos que tiene este Betis desangrado y solicitar un cambio de nombre con una repercusión económica positiva para el club. Pero esto no lo dicen esos señores del consejo que con sus impulsos populistas van empujando al bético que tiene necesidad de cambios a rincones de los que después va a ser difícil salir.
Por ello, la cortina de humo del nombre del estadio les ha salido redonda, ocultan otras decisiones más graves, mucho más graves del consejo y tienen entretenidos a los béticos, ansiosos de quitar esas letras ignominiosas que siguen apareciendo en la mitad del estadio construida con el esfuerzo... DE LOS BÉTICOS.
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