Escrito por Mateo González Jueves 30 de Septiembre de 2010 00:00
El cambio del cero por el uno en el casillero de derrotas del Betis esta temporada sí ha tenido consecuencias. La primera en el ánimo de una plantilla que se siente molesta por cómo el entorno se ha tomado el primer tropiezo. La segunda, en el terreno de juego, ya que Mel, que no esconde nunca sus cartas, ensayó ayer con el once que partirá de inicio ante la Ponferradina y en el mismo aparecen como novedades Roversio, Israel y el regreso al 4-4-2 puro con bandas abiertas (en el Carlos Belmonte salió con Salva Sevilla abierto y dos mediocentros). Los damnificados: Belenguer, Cañas y la segunda suplencia consecutiva para Caffa, como se puede leer en ABC de Sevilla.
Ocurre que Mel quiere que su equipo recupere la personalidad atacante y mejore en sus transiciones ofensivas. Así ha trabajado los últimos días y quiere volver a asentar los conceptos que le llevaron a las cuatro victorias consecutivas del brillante inicio de temporada. Cambió la manera de disponer a sus hombres y a la media hora rectificó. Ahora, con un partido en casa y ante un rival que teóricamente vendrá a encerrarse consciente de su inferioridad, como es la recién ascendida Ponferradina, se plantea un once más ofensivo, con el que ensayó ayer durante todo el entrenamiento en la ciudad deportiva a partir de las 16.00, para aclimatarse al horario en el que jugarán el sábado: Goitia; Miguel Lopes, Roversio, Dorado, Nacho; Israel, Iriney, Salva Sevilla, Momo; Emana y Rubén Castro.
Las novedades se personifican en las salidas del once de Belenguer y Cañas. Llamativa es la del veterano catalán, que ha jugado hasta ahora todos los partidos ligueros formando pareja con Dorado, pero es que apareció en la mayor parte de los fallos defensivos de Albacete y la pujanza de Roversio en los entrenamientos parece que va a tener recompensa con un sitio en el once. Dorado, ya recuperado de sus molestias, sí mantiene el sitio. No ha sorprendido tanto la ausencia de Cañas, quien fue sustituido pronto en el Carlos Belmonte a pesar de que dio el pase de gol a Rubén Castro. El jerezano deja su ubicación en la medular a Salva Sevilla, quien a su vez habilita un hueco que cubre Israel, que fue quien sustituyó a Cañas en Albacete. La presencia del utrerano en la banda derecha abre aún más el campo para un equipo que disfruta con un ataque amplio en metros y con las alas pisando bastante el área. Hasta el duelo en tierras manchegas Mel había apostado por Caffa en esa posición, pero el argentino no apareció en aquel partido y ahora ensaya como suplente.
Quien no se entrenó y está prácticamente descartado es Beñat. El vasco sufre, según el parte médico facilitado por el club «síndrome facetario L5-S1 con meralgia en el bíceps femoral derecho» y ni siquiera hizo trabajo sobre el terreno de juego. Sí entraría de nuevo en la lista Ezequiel, mucho mejor de las molestias que sufrió tras el derbi de filiales. Mel también aprovechó el entrenamiento de la tarde para practicar las faltas laterales y los saques de esquina en contra, además de la salida con el balón y la defensa de los balones frontales. Con ellos se pretende corregir los errores sufridos en los partidos recientes y que provocaron los goles en contra.
La derrota y el entorno
No han sentado bien en la plantilla bética las críticas motivadas por la primera derrota liguera. Después de una racha positiva de cuatro triunfos en el campeonato de la regularidad y dos eliminatorias de Copa superadas con éxito, en el análisis de la mala tarde de Albacete hubo motivos para la queja por parte de la plantilla. Una de las voces que se alzó al respecto fue Salva Sevilla, quien opinó en los medios oficiales del club: «Creo que se le está dando demasiadas vueltas. No estuvimos bien, pero ha habido demasiadas críticas, sobre todo a algunos jugadores, algo que no tiene sentido. Venimos de sumar doce puntos de quince, una media que firmaba ahora mismo».
El caso es que en el equipo bético hay voces que se manifiestan dolidas con el análisis del duelo del otro día. No han gustado las críticas a un equipo que tuvo una mala tarde pero que gozó de oportunidades para ganar el choque. El primero en hacerlas fue el propio entrenador, pero consideran en el equipo que merecen margen de error y que pueden seguir creciendo esta temporada. Es una de las consecuencias de la costumbre de ganar que buscaban en el club heliopolitano, que provoca que un tropiezo ocasional como el de Albacete sea analizado con detalle y se busquen culpables de esa mala tarde.
Otro de los asuntos relevantes para el conjunto bético el sábado es que el césped del estadio Ruiz de Lopera seguirá presentado un mal estado. Mel y sus jugadores se quejaron tras el partido de que no les favorecía que el terreno de juego dificultara el recorrido del balón mientras rueda pero existe un problema de difícil solución inmediata. Y es que el césped que está sembrado está preparado para resitir en verano e invierno, pero en las últimas semanas han caído sobre él semillas de grama transportadas por el aire o por las palomas y han estropeado parte del campo. Para que mejore necesitan más tiempo y que haya cambios bruscos de temperatura. Se espera que en unas semanas pueda sufrir ese cambio que tanto demandan desde el cuerpo técnico y la plantilla, que quieren disfrutar de un terreno de juego idóneo para el fútbol que practican.
Pero, ¿no era a puerta abierta?
El entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva —a las 16.00, para adaptarse al horario del partido de este sábado— estaba programado inicialmente a puerta abierta. Sin embargo, a la hora en punto una veintena de aficionados se agolpaban en la puerta sorprendidos de que éstas no se abrieran. El equipo comenzó a entrenarse y le gritaban a Mel para que levantara el cerrojazo, quizás motivado por la huelga general y el temor por que algún piquete hiciera de las suyas con la publicidad que tendría por ser en esas instalaciones deportivas. Los empleados del club trataban de frenar las intenciones de los seguidores béticos, pero éstos lograron entrar y, finalmente, recibir la aprobación gestual del propio Mel. Una vez a los pies del terreno de juego, los aficionados protagonizaron otro momento emotivo con el aplauso cerrado a Jorge Molina, que hacía carrera continua y correspondió a los béticos con un saludo.
Alfinaldelapalmera.
El cambio del cero por el uno en el casillero de derrotas del Betis esta temporada sí ha tenido consecuencias. La primera en el ánimo de una plantilla que se siente molesta por cómo el entorno se ha tomado el primer tropiezo. La segunda, en el terreno de juego, ya que Mel, que no esconde nunca sus cartas, ensayó ayer con el once que partirá de inicio ante la Ponferradina y en el mismo aparecen como novedades Roversio, Israel y el regreso al 4-4-2 puro con bandas abiertas (en el Carlos Belmonte salió con Salva Sevilla abierto y dos mediocentros). Los damnificados: Belenguer, Cañas y la segunda suplencia consecutiva para Caffa, como se puede leer en ABC de Sevilla.
Ocurre que Mel quiere que su equipo recupere la personalidad atacante y mejore en sus transiciones ofensivas. Así ha trabajado los últimos días y quiere volver a asentar los conceptos que le llevaron a las cuatro victorias consecutivas del brillante inicio de temporada. Cambió la manera de disponer a sus hombres y a la media hora rectificó. Ahora, con un partido en casa y ante un rival que teóricamente vendrá a encerrarse consciente de su inferioridad, como es la recién ascendida Ponferradina, se plantea un once más ofensivo, con el que ensayó ayer durante todo el entrenamiento en la ciudad deportiva a partir de las 16.00, para aclimatarse al horario en el que jugarán el sábado: Goitia; Miguel Lopes, Roversio, Dorado, Nacho; Israel, Iriney, Salva Sevilla, Momo; Emana y Rubén Castro.
Las novedades se personifican en las salidas del once de Belenguer y Cañas. Llamativa es la del veterano catalán, que ha jugado hasta ahora todos los partidos ligueros formando pareja con Dorado, pero es que apareció en la mayor parte de los fallos defensivos de Albacete y la pujanza de Roversio en los entrenamientos parece que va a tener recompensa con un sitio en el once. Dorado, ya recuperado de sus molestias, sí mantiene el sitio. No ha sorprendido tanto la ausencia de Cañas, quien fue sustituido pronto en el Carlos Belmonte a pesar de que dio el pase de gol a Rubén Castro. El jerezano deja su ubicación en la medular a Salva Sevilla, quien a su vez habilita un hueco que cubre Israel, que fue quien sustituyó a Cañas en Albacete. La presencia del utrerano en la banda derecha abre aún más el campo para un equipo que disfruta con un ataque amplio en metros y con las alas pisando bastante el área. Hasta el duelo en tierras manchegas Mel había apostado por Caffa en esa posición, pero el argentino no apareció en aquel partido y ahora ensaya como suplente.
Quien no se entrenó y está prácticamente descartado es Beñat. El vasco sufre, según el parte médico facilitado por el club «síndrome facetario L5-S1 con meralgia en el bíceps femoral derecho» y ni siquiera hizo trabajo sobre el terreno de juego. Sí entraría de nuevo en la lista Ezequiel, mucho mejor de las molestias que sufrió tras el derbi de filiales. Mel también aprovechó el entrenamiento de la tarde para practicar las faltas laterales y los saques de esquina en contra, además de la salida con el balón y la defensa de los balones frontales. Con ellos se pretende corregir los errores sufridos en los partidos recientes y que provocaron los goles en contra.
La derrota y el entorno
No han sentado bien en la plantilla bética las críticas motivadas por la primera derrota liguera. Después de una racha positiva de cuatro triunfos en el campeonato de la regularidad y dos eliminatorias de Copa superadas con éxito, en el análisis de la mala tarde de Albacete hubo motivos para la queja por parte de la plantilla. Una de las voces que se alzó al respecto fue Salva Sevilla, quien opinó en los medios oficiales del club: «Creo que se le está dando demasiadas vueltas. No estuvimos bien, pero ha habido demasiadas críticas, sobre todo a algunos jugadores, algo que no tiene sentido. Venimos de sumar doce puntos de quince, una media que firmaba ahora mismo».
El caso es que en el equipo bético hay voces que se manifiestan dolidas con el análisis del duelo del otro día. No han gustado las críticas a un equipo que tuvo una mala tarde pero que gozó de oportunidades para ganar el choque. El primero en hacerlas fue el propio entrenador, pero consideran en el equipo que merecen margen de error y que pueden seguir creciendo esta temporada. Es una de las consecuencias de la costumbre de ganar que buscaban en el club heliopolitano, que provoca que un tropiezo ocasional como el de Albacete sea analizado con detalle y se busquen culpables de esa mala tarde.
Otro de los asuntos relevantes para el conjunto bético el sábado es que el césped del estadio Ruiz de Lopera seguirá presentado un mal estado. Mel y sus jugadores se quejaron tras el partido de que no les favorecía que el terreno de juego dificultara el recorrido del balón mientras rueda pero existe un problema de difícil solución inmediata. Y es que el césped que está sembrado está preparado para resitir en verano e invierno, pero en las últimas semanas han caído sobre él semillas de grama transportadas por el aire o por las palomas y han estropeado parte del campo. Para que mejore necesitan más tiempo y que haya cambios bruscos de temperatura. Se espera que en unas semanas pueda sufrir ese cambio que tanto demandan desde el cuerpo técnico y la plantilla, que quieren disfrutar de un terreno de juego idóneo para el fútbol que practican.
Pero, ¿no era a puerta abierta?
El entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva —a las 16.00, para adaptarse al horario del partido de este sábado— estaba programado inicialmente a puerta abierta. Sin embargo, a la hora en punto una veintena de aficionados se agolpaban en la puerta sorprendidos de que éstas no se abrieran. El equipo comenzó a entrenarse y le gritaban a Mel para que levantara el cerrojazo, quizás motivado por la huelga general y el temor por que algún piquete hiciera de las suyas con la publicidad que tendría por ser en esas instalaciones deportivas. Los empleados del club trataban de frenar las intenciones de los seguidores béticos, pero éstos lograron entrar y, finalmente, recibir la aprobación gestual del propio Mel. Una vez a los pies del terreno de juego, los aficionados protagonizaron otro momento emotivo con el aplauso cerrado a Jorge Molina, que hacía carrera continua y correspondió a los béticos con un saludo.
Alfinaldelapalmera.
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