Dadas las circunstancias tan peculiares, anómalas y complicadas que está sufriendo el Betis, a día de hoy la planificación para mi es un 7.
Los sueldos heredados constituyen una losa enorme para una economía en estado de guerra. Joel, William, Sidnei, Bartra, Tello, Guardado, Moreno... son jugadores cuyas remuneraciones son demasiado altas para el aporte testimonial que contribuyen a la plantilla. En total, casi unos 12M que constituyen en total el 19% (sobre 66M) aproximadamente del gasto en salarios total del equipo. Es decir, unos 6 jugadores a priori reservas o transferibles se comen casi una quinta parte del presupuesto total. Una situación totalmente insostenible deportiva y económicamente.
Partiendo de esta losa económica, hemos conseguido traer únicamente por 3,5 millones a un total de 5/6 titulares (o presuntos titulares): Rui, Miranda, Sabaly, William José y Pezzella (además de la renovación de Víctor), de los cuáles ninguno supera la treintena de edad. Esto significa que son jugadores que pueden ser importantes en numerosas temporadas consecutivas, e incluso conllevar a generar plusvalías por ventas, o al menos, no tienen un bajón inminente en su rendimiento.
La desgracia que asola a este club ha provocado que nuestro titular en el lateral derecho (que recuerdo que es un fichaje de este verano) se haya lesionado, y tengamos que jugar con el suplente, que es cierto que no aporta demasiada confianza. ¿Deberíamos fichar a un reserva con el incremento de gasto que esto supone para 3 meses? ¿Podemos encontrar un tío que aporte más que Montoya, se adecue a las exigencias económicas, y además venga para ser futuro suplente? ¿Montoya aceptaría que va a ser no suplente, sino reserva del suplente? Es complicado gestionar esto.
La línea del centro del campo si me genera dudas. Tenemos a Guido titularísmo en la destrucción de juego, su suplencia está más o menos clara: Paul o incluso Edgar, por su polivalencia. En cambio, en la creación tenemos a Canales, pero Guardado está demostrando que se encuentra en los momentos finales de su carrera ¿llegará al verano en condiciones óptimas? Lo dudo. William ni está ni se le espera y su permanencia en el equipo sería desilusionante. Pero, no podemos fichar a otro futbolista para una línea superpoblada. Si no hay salidas, obviamente no puede haber entradas.
Además, no lo tengo claro, pero creo que jurídicamente no puedes dejar a un futbolista sin dorsal, porque cuenta como despido improcedente. Es decir, no está la opción de mantener el sueldo pero sin dorsal a los futbolistas con los que no cuentas, sin que se lleven una cuantiosa carta de rescisión que se puede elevar a un coste millonarios para las arcas del club.
Conclusión: estamos agarrados por los cojjjjones por los futbolistas que no se quieren ir o no encuentran ofertas. Ellos esperan al último día para llevarse la rescisión y luego fichar por otro club. Y nosotros nos vemos obligados o a pagarles por irse, o a esperar ad eternum. La situación no es nada fácil y entender los condicionantes del mercado anómalo que vivimos nos puede ayudar un poco a desahogar esta frustración por ver un mercado demasiado inmóvil y muy pocas caras nuevas, que encima no se alivia por los intrascendentes resultados que nos deja el equipo en liga.
Para valorar conclusivamente el trabajo de Cordón, esperaré al 1 de septiembre. Pero el trabajo hecho hasta ahora me parece de 7 o incluso casi de 8.
Los sueldos heredados constituyen una losa enorme para una economía en estado de guerra. Joel, William, Sidnei, Bartra, Tello, Guardado, Moreno... son jugadores cuyas remuneraciones son demasiado altas para el aporte testimonial que contribuyen a la plantilla. En total, casi unos 12M que constituyen en total el 19% (sobre 66M) aproximadamente del gasto en salarios total del equipo. Es decir, unos 6 jugadores a priori reservas o transferibles se comen casi una quinta parte del presupuesto total. Una situación totalmente insostenible deportiva y económicamente.
Partiendo de esta losa económica, hemos conseguido traer únicamente por 3,5 millones a un total de 5/6 titulares (o presuntos titulares): Rui, Miranda, Sabaly, William José y Pezzella (además de la renovación de Víctor), de los cuáles ninguno supera la treintena de edad. Esto significa que son jugadores que pueden ser importantes en numerosas temporadas consecutivas, e incluso conllevar a generar plusvalías por ventas, o al menos, no tienen un bajón inminente en su rendimiento.
La desgracia que asola a este club ha provocado que nuestro titular en el lateral derecho (que recuerdo que es un fichaje de este verano) se haya lesionado, y tengamos que jugar con el suplente, que es cierto que no aporta demasiada confianza. ¿Deberíamos fichar a un reserva con el incremento de gasto que esto supone para 3 meses? ¿Podemos encontrar un tío que aporte más que Montoya, se adecue a las exigencias económicas, y además venga para ser futuro suplente? ¿Montoya aceptaría que va a ser no suplente, sino reserva del suplente? Es complicado gestionar esto.
La línea del centro del campo si me genera dudas. Tenemos a Guido titularísmo en la destrucción de juego, su suplencia está más o menos clara: Paul o incluso Edgar, por su polivalencia. En cambio, en la creación tenemos a Canales, pero Guardado está demostrando que se encuentra en los momentos finales de su carrera ¿llegará al verano en condiciones óptimas? Lo dudo. William ni está ni se le espera y su permanencia en el equipo sería desilusionante. Pero, no podemos fichar a otro futbolista para una línea superpoblada. Si no hay salidas, obviamente no puede haber entradas.
Además, no lo tengo claro, pero creo que jurídicamente no puedes dejar a un futbolista sin dorsal, porque cuenta como despido improcedente. Es decir, no está la opción de mantener el sueldo pero sin dorsal a los futbolistas con los que no cuentas, sin que se lleven una cuantiosa carta de rescisión que se puede elevar a un coste millonarios para las arcas del club.
Conclusión: estamos agarrados por los cojjjjones por los futbolistas que no se quieren ir o no encuentran ofertas. Ellos esperan al último día para llevarse la rescisión y luego fichar por otro club. Y nosotros nos vemos obligados o a pagarles por irse, o a esperar ad eternum. La situación no es nada fácil y entender los condicionantes del mercado anómalo que vivimos nos puede ayudar un poco a desahogar esta frustración por ver un mercado demasiado inmóvil y muy pocas caras nuevas, que encima no se alivia por los intrascendentes resultados que nos deja el equipo en liga.
Para valorar conclusivamente el trabajo de Cordón, esperaré al 1 de septiembre. Pero el trabajo hecho hasta ahora me parece de 7 o incluso casi de 8.
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