El freno a la salida de Emana frustra todos los refuerzos
El freno a la salida de Emana va a condicionar todas operaciones que tenía previstas el Betis en este sprint final del mercado de fichajes. El Galatasaray se retiró de la puja por el camerunés y alcanzó ayer mismo un acuerdo con Misimovic, por el que pagó ocho millones de euros al Wolfsburgo. Al Betis sólo le ofrecía seis con unas condiciones de pago difíciles de aceptar (abonos de un millón cada cinco meses) para un club que necesita dinero líquido cuanto antes. La rendición turca ante la negativa verdiblanca dejó una sensación de frustración en el Betis y en el propio jugador basada en la oportunidad perdida (los béticos tardaron mucho en responder a la propuesta otomana), la ausencia de plan B y en la certeza de que, si no hay novedades inesperadas de última hora durante el día de hoy (el plazo acaba esta medianoche), tendrá que seguir en Segunda. Al no ingresar dinero por Emana, el Betis abortó las dos operaciones que tenía abiertas para reforzar su plantilla: Chico y Ribas, como se puede leer en ABC de Sevilla.
El primero rechazó la baja propuesta bética según la web del Atlético Paranaense, pero la realidad es que el Betis ya había descartado su contratación porque no podía hacer frente al pago de su traspaso (un millón de euros) a las puertas de la Ley Concursal. Con el uruguayo ocurría lo mismo, ya que el Dijon se descolgó pidiendo mucho más dinero (tres millones) y no había acuerdo posible. Quien sí logró salir fue Nelson a Osasuna, como ya avanzaba este periódico. Se va por una temporada con opción de compra de seis millones para los navarros. El portugués, que se fue sin despedirse de sus compañeros, ha tenido que renunciar a un buen porcentaje de su ficha, que ronda el millón de euros. Hoy será presentado en Pamplona, donde volverá a coincidir con Damiá en la pugna por el lateral diestro. Ricardo, por su parte, se prepara para seguir en el Betis pero sin ficha y el club le va a poner un preparador físico especial para que pueda entrenarse apartado del grupo. Con Casto se espera llegar a un acuerdo para cederlo hoy mismo, aunque la situación es difícil. Rodri, finalmente, no saldrá.
El caso es que la negativa a la salida de Emana (las partes no esperaban ofertas milagrosas para hoy) es un palo para las arcas del club y para el futbolista. El Betis necesitaba ese dinero para acometer los refuerzos y para aliviar sus compromisos de pago, entre ellos los sueldos de los futbolistas. Con Emana la masa salarial del Betis se dispara y se aleja de los límites marcados por Oliver y su equipo para esta temporada. Mel ya tuvo una larga conversación con el camerunés ayer durante el entrenamiento para preparar el terreno de su continuidad en el Betis. El jugador esperaba poder continuar su carrera fuera, pero también es consciente de que si no hay acuerdo volverá a rendir al máximo. «Que nadie dude de que Emana va a darlo todo por el Betis. Luchará por el ascenso pero es lógico que ahora esté fastidiado», señalaba José Pablo Varela, el representante del camerunés.
El freno a la salida de Emana va a condicionar todas operaciones que tenía previstas el Betis en este sprint final del mercado de fichajes. El Galatasaray se retiró de la puja por el camerunés y alcanzó ayer mismo un acuerdo con Misimovic, por el que pagó ocho millones de euros al Wolfsburgo. Al Betis sólo le ofrecía seis con unas condiciones de pago difíciles de aceptar (abonos de un millón cada cinco meses) para un club que necesita dinero líquido cuanto antes. La rendición turca ante la negativa verdiblanca dejó una sensación de frustración en el Betis y en el propio jugador basada en la oportunidad perdida (los béticos tardaron mucho en responder a la propuesta otomana), la ausencia de plan B y en la certeza de que, si no hay novedades inesperadas de última hora durante el día de hoy (el plazo acaba esta medianoche), tendrá que seguir en Segunda. Al no ingresar dinero por Emana, el Betis abortó las dos operaciones que tenía abiertas para reforzar su plantilla: Chico y Ribas, como se puede leer en ABC de Sevilla.
El primero rechazó la baja propuesta bética según la web del Atlético Paranaense, pero la realidad es que el Betis ya había descartado su contratación porque no podía hacer frente al pago de su traspaso (un millón de euros) a las puertas de la Ley Concursal. Con el uruguayo ocurría lo mismo, ya que el Dijon se descolgó pidiendo mucho más dinero (tres millones) y no había acuerdo posible. Quien sí logró salir fue Nelson a Osasuna, como ya avanzaba este periódico. Se va por una temporada con opción de compra de seis millones para los navarros. El portugués, que se fue sin despedirse de sus compañeros, ha tenido que renunciar a un buen porcentaje de su ficha, que ronda el millón de euros. Hoy será presentado en Pamplona, donde volverá a coincidir con Damiá en la pugna por el lateral diestro. Ricardo, por su parte, se prepara para seguir en el Betis pero sin ficha y el club le va a poner un preparador físico especial para que pueda entrenarse apartado del grupo. Con Casto se espera llegar a un acuerdo para cederlo hoy mismo, aunque la situación es difícil. Rodri, finalmente, no saldrá.
El caso es que la negativa a la salida de Emana (las partes no esperaban ofertas milagrosas para hoy) es un palo para las arcas del club y para el futbolista. El Betis necesitaba ese dinero para acometer los refuerzos y para aliviar sus compromisos de pago, entre ellos los sueldos de los futbolistas. Con Emana la masa salarial del Betis se dispara y se aleja de los límites marcados por Oliver y su equipo para esta temporada. Mel ya tuvo una larga conversación con el camerunés ayer durante el entrenamiento para preparar el terreno de su continuidad en el Betis. El jugador esperaba poder continuar su carrera fuera, pero también es consciente de que si no hay acuerdo volverá a rendir al máximo. «Que nadie dude de que Emana va a darlo todo por el Betis. Luchará por el ascenso pero es lógico que ahora esté fastidiado», señalaba José Pablo Varela, el representante del camerunés.
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