Oliver le había descartado a la plantilla que el club iría a la Ley Concursal
La convulsión extradeportiva en el Betis sí puede afectar a su equipo de fútbol. La plantilla ha tratado de mantenerse aislada durante un verano con informaciones contradictorias y muchas idas y venidas en el vestuario, pero el anuncio por parte del consejo de administración de iniciar los trámites previos al acogimiento a la Ley Concursal ha sido un terremoto entre los futbolistas verdiblancos. No sólo por las consecuencias que puedan derivarse de esta medida para los trabajadores de la entidad, sino por el descenso de la confianza general en los administradores del club, ya que se recuerda la charla que dio Luis Oliver al equipo en El Portil y las contradicciones en las que ha caído después de tomar esta medida. Y es que el empresario navarro, cuestionado por los propios jugadores sobre la posibilidad de que el Betis se acogiera a la Ley Concursal respondió con rotundidad: «Eso es algo casi descartable que se haga en el Betis», como se puede leer en ABC de Sevilla.
Ese cambio de rumbo en las decisiones, así como la ausencia de información a la plantilla en un momento tan delicado han provocado enormes dudas en un equipo que está a dos días de comenzar su andadura en la Liga Adelante. Los futbolistas vuelven a necesitar una explicación, ya que una lógica inquietud se instala en el vestuario ante la posibilidad de que el cobro de sus emolumentos se vea afectado por la situación que provocará el concurso de acreedores. En todo caso, se espera que algún directivo (quizás el propio Oliver) visite el vestuario para atender el requerimiento del bloque bético, que prepara a conciencia el duelo ante el Granada a pesar de esta incertidumbre.
La Asociación de Fútbolistas Españoles (AFE) está al día de la situación de los jugadores béticos y los pagarés que aún tienen que cobrar, a final de año, correspondientes a la mayor parte de los salarios de la pasada temporada. Los jugadores han consultado con especialistas para saber a qué atenerse en las próximas fechas y temen que se produzca un expediente de regulación de empleo o que sufran una merma en las cantidades que tienen ya firmadas como ingresos. Están en una empresa que tiene una situación económica delicada y, como cualquier trabajador en esa perspectiva, albergan dudas razonables.
Sin embargo, fuentes del club señalan que «los que menos tienen que temer son los jugadores porque serán los primeros en cobrar», ya que se consideran «privilegiados» en este escenario y tienen preferencia en el cobro. En todo caso, los futbolistas (incluyendo a varios que se han marchado y con los que aún se mantienen deudas) conforman en conjunto uno de los mayores acreedores del club, aunque superados por Hacienda, con quien hay muchas contingencias abiertas desde hace varias temporadas. Uno de los acreedores prácticamente disueltos es el Zaragoza, después de los 6,5 millones obtenidos por el traspaso de Sergio García, ya que la deuda se ha reducido a unos 400.000 euros.
El club, a su vez, justificó la necesidad de acogerse a la ley sobre la refinanciación de la deuda y obligaciones contraídas y ya vencidas de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.3 de la Ley 22/2003 del 09 de julio, ya que la situación económica de la entidad era insostenible con la deuda contraída y, al conocer el consejo esto, no tenía más remedio que acogerse a la Ley Concursal con el objetivo de que ningún acreedor pudiera adelantarse y obligarle a ello arriesgándose al embargo de alguno de sus bienes. Ahora la entidad debe presentar esta decisión en uno de los dos juzgados de lo Mercantil de Sevilla y a partir de ahí se abriría un convenio anticipado por el cual se evalúa la deuda y la identidad de los deudores hasta que pasados unos tres meses se inicia el concurso de acreedores, lo que conlleva la fiscalización de los movimientos económicos de la entidad por parte de tres administradores. Lo que está por ver es si la juez Alaya interviene judicialmente el club en el marco del proceso abierto contra Lopera. Sería una medida arriesgada en fase de instrucción, según los juristas consultados, y apenas contribuiría a adelantar la fecha de la junta un par de semanas por la burocracia que esto conlleva. Sin embargo, los administradores de las acciones de Farusa están viendo cómo sus recomendaciones no están siendo atendidas y la juez puede actuar para que se respete su auto.
«Lopera es un cuchara»
Mientras, en Canal Sur Radio, Oliver hacía unas declaraciones que no tenían desperdicio: «El club llevaba una dinámica horrorosa. En la auditoría saldrá algo más de lo que nos dijo Lopera. Él es ahora un ******* en el club. No me gustaría estar en su pellejo. A los administradores se les atiende por cortesía y educación. El club, tarde o temprano, volverá a nosotros. Rufino cree que es un “loperita” pequeño. Hay jugadores que hemos limpiado que son malas personas y que aseguro que el año pasado no quisieron ascender. Había muchos mercenarios jubilados».
La convulsión extradeportiva en el Betis sí puede afectar a su equipo de fútbol. La plantilla ha tratado de mantenerse aislada durante un verano con informaciones contradictorias y muchas idas y venidas en el vestuario, pero el anuncio por parte del consejo de administración de iniciar los trámites previos al acogimiento a la Ley Concursal ha sido un terremoto entre los futbolistas verdiblancos. No sólo por las consecuencias que puedan derivarse de esta medida para los trabajadores de la entidad, sino por el descenso de la confianza general en los administradores del club, ya que se recuerda la charla que dio Luis Oliver al equipo en El Portil y las contradicciones en las que ha caído después de tomar esta medida. Y es que el empresario navarro, cuestionado por los propios jugadores sobre la posibilidad de que el Betis se acogiera a la Ley Concursal respondió con rotundidad: «Eso es algo casi descartable que se haga en el Betis», como se puede leer en ABC de Sevilla.
Ese cambio de rumbo en las decisiones, así como la ausencia de información a la plantilla en un momento tan delicado han provocado enormes dudas en un equipo que está a dos días de comenzar su andadura en la Liga Adelante. Los futbolistas vuelven a necesitar una explicación, ya que una lógica inquietud se instala en el vestuario ante la posibilidad de que el cobro de sus emolumentos se vea afectado por la situación que provocará el concurso de acreedores. En todo caso, se espera que algún directivo (quizás el propio Oliver) visite el vestuario para atender el requerimiento del bloque bético, que prepara a conciencia el duelo ante el Granada a pesar de esta incertidumbre.
La Asociación de Fútbolistas Españoles (AFE) está al día de la situación de los jugadores béticos y los pagarés que aún tienen que cobrar, a final de año, correspondientes a la mayor parte de los salarios de la pasada temporada. Los jugadores han consultado con especialistas para saber a qué atenerse en las próximas fechas y temen que se produzca un expediente de regulación de empleo o que sufran una merma en las cantidades que tienen ya firmadas como ingresos. Están en una empresa que tiene una situación económica delicada y, como cualquier trabajador en esa perspectiva, albergan dudas razonables.
Sin embargo, fuentes del club señalan que «los que menos tienen que temer son los jugadores porque serán los primeros en cobrar», ya que se consideran «privilegiados» en este escenario y tienen preferencia en el cobro. En todo caso, los futbolistas (incluyendo a varios que se han marchado y con los que aún se mantienen deudas) conforman en conjunto uno de los mayores acreedores del club, aunque superados por Hacienda, con quien hay muchas contingencias abiertas desde hace varias temporadas. Uno de los acreedores prácticamente disueltos es el Zaragoza, después de los 6,5 millones obtenidos por el traspaso de Sergio García, ya que la deuda se ha reducido a unos 400.000 euros.
El club, a su vez, justificó la necesidad de acogerse a la ley sobre la refinanciación de la deuda y obligaciones contraídas y ya vencidas de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.3 de la Ley 22/2003 del 09 de julio, ya que la situación económica de la entidad era insostenible con la deuda contraída y, al conocer el consejo esto, no tenía más remedio que acogerse a la Ley Concursal con el objetivo de que ningún acreedor pudiera adelantarse y obligarle a ello arriesgándose al embargo de alguno de sus bienes. Ahora la entidad debe presentar esta decisión en uno de los dos juzgados de lo Mercantil de Sevilla y a partir de ahí se abriría un convenio anticipado por el cual se evalúa la deuda y la identidad de los deudores hasta que pasados unos tres meses se inicia el concurso de acreedores, lo que conlleva la fiscalización de los movimientos económicos de la entidad por parte de tres administradores. Lo que está por ver es si la juez Alaya interviene judicialmente el club en el marco del proceso abierto contra Lopera. Sería una medida arriesgada en fase de instrucción, según los juristas consultados, y apenas contribuiría a adelantar la fecha de la junta un par de semanas por la burocracia que esto conlleva. Sin embargo, los administradores de las acciones de Farusa están viendo cómo sus recomendaciones no están siendo atendidas y la juez puede actuar para que se respete su auto.
«Lopera es un cuchara»
Mientras, en Canal Sur Radio, Oliver hacía unas declaraciones que no tenían desperdicio: «El club llevaba una dinámica horrorosa. En la auditoría saldrá algo más de lo que nos dijo Lopera. Él es ahora un ******* en el club. No me gustaría estar en su pellejo. A los administradores se les atiende por cortesía y educación. El club, tarde o temprano, volverá a nosotros. Rufino cree que es un “loperita” pequeño. Hay jugadores que hemos limpiado que son malas personas y que aseguro que el año pasado no quisieron ascender. Había muchos mercenarios jubilados».
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