Al Real Betis ya se le había olvidado lo que era sumar los tres puntos o dejar la portería a cero. De hecho, ahora que se ha conseguido, parece un sueño. Han sido muchas jornadas sin una mínima alegría y viendo un equipo lleno de pasotismo. Es cierto que se ha visto una mejoría, pero este equipo está muy lejos del nivel que se espera. Quizás por el cambio de sistema, por ser contra el colista o porque Alexis Trujillo, quien ahora se hace cargo del equipo, se cambió al banquillo más pegado a Gol Norte, la suerte ha estado de parte de los verdiblancos.

El técnico interino se atrevió a hacer algo que el entrenador catalán debería haber hecho para parar esa sangría de goles: defensa de tres centrales. Esto benefició mucho más a los laterales, con los que el Betis intentó avanzar para hacer daño. Además, con Guido Rodríguez como pivote y Guardado, Fekir y Canales por delante, estos dos últimos podrían liberarse y estar donde se les necesitaba: arriba. Sin embargo, el que menos notó todos estos cambios fue Borja Iglesias, que siguen sin llegarle demasiados balones con los que poder lucirse.

Aun así se siguió viendo un Betis bastante plano. No causó demasiada mejoría el cambio de planes de Alexis. Es cierto que la defensa no tuvo que actuar en exceso, no se la puso muy a prueba por el poco peligro que generaba el Espanyol. Sin embargo, los verdiblancos tampoco aprovecharon la debilidad defensiva de los pericos, quienes estuvieron muy cómodos en la zaga. La falta de ideas y de apoyos sigue viéndose reflejada cuando el equipo tiene el balón y le toca avanzar. Hubo llegadas al área de Diego López, sí, pero solo una, gracias al balón parado, logró acabar en el fondo de la red.

En la segunda parte, los de las trece barras mejoraron respecto a la primera parte. El tanto llegó en los primeros instantes de estos últimos 45 minutos. Canales, con un centro al área desde el córner, encontró rematador. Bartra estaba en el sitio adecuado para rematar con la testa y poner la ventaja en el marcador. Quizás que Fekir hubiese estado más inspirado hubiese beneficiado a los locales, pero el francés parece estar con la cabeza en otro lado en estos últimos partidos, a pesar de que sigue dejando detalles.Todo esto lo compensó el cántabro con una actuación muy completa en todas las fases del juego. El que sí salvó su partido en el último tramo del duelo fue Joel Robles, que evitó que el Espanyol complicase las cosas a última hora con un gol de Wu Lei.

Es una victoria muy necesaria, aunque el colista tampoco opuso demasiada resistencia ni el Betis demasiado coraje. Hace falta mucho trabajo en esta plantilla, pero la prioridad es alejarse de los puestos de descenso y todo este trabajo -que hay mucho por hacer- quedará pendiente para la próxima temporada.

El uno x uno: