Una operación económica catastrófica, un fichaje peor que el de Denilson.
López Catalán tiene suerte de poder seguir en la poltrona gracias a sus acciones -compradas a precio de saldo para su bolsillo tras haberse dado la mano con Lopera y Oliver en una notaría de la calle Tetuán de Sevilla-, porque si su puesto dependiera del voto directo de los socios, estaría en la calle a la voz de "ya".
López Catalán tiene suerte de poder seguir en la poltrona gracias a sus acciones -compradas a precio de saldo para su bolsillo tras haberse dado la mano con Lopera y Oliver en una notaría de la calle Tetuán de Sevilla-, porque si su puesto dependiera del voto directo de los socios, estaría en la calle a la voz de "ya".
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