"... en un prado verde, verdísimo, bajo la sombra de un majestuoso roble, se sirve el té Don Maolito Aguilar con su amigo y pastor Don Chirigotas.
-Qué placer es tomar este té en cuan bello prado; otros no pueden decir lo mismo, pelón.
-Ni que lo digas, amigo, porque peaso perro pastor holandés he fichao. Me lo han traído de un proveedor de Eidhoven, que le disen ar nota en los comentario que er perro va fenomená, que es alto como este enorne roble, y es mu bueno, ni muerde ni mete miedo ni ná.
-Eres un fiera, pelón, ojalá tener tu frente que, aunque falta de pelo, suda conocimiento. Esperemos que el perro pastor esté hoy bien, que tiene que meter luego las cabras en el corral. Pero hay que tener cuidado con una de las cabras, una que tiene las paletas separadas, muerde cual lobo hambriento y da saltos de 360 en el aire como si de la cabra de Bruce Lee se tratase.
-¡To fuera eso, maolito, joé! Y termina el té, que debemos partir para la celebrasió del enésimo título de liga.
Maolito coge de nuevo su taza de té y procede a tomarse el último sorbo. De repente, se escucha un sonado temblor. Maolito y el Chirigotas se levantan repentinamente y contemplan el horror: la cabra Suárez se había escapado y había dejado con los pies por delante a su fiel perro pastor holandés. La cabra Suárez, sedienta de sangre, se embalaba hacia ellos.
(Inserte final de cualquier película de Tarantino). Fin."
-Qué placer es tomar este té en cuan bello prado; otros no pueden decir lo mismo, pelón.
-Ni que lo digas, amigo, porque peaso perro pastor holandés he fichao. Me lo han traído de un proveedor de Eidhoven, que le disen ar nota en los comentario que er perro va fenomená, que es alto como este enorne roble, y es mu bueno, ni muerde ni mete miedo ni ná.
-Eres un fiera, pelón, ojalá tener tu frente que, aunque falta de pelo, suda conocimiento. Esperemos que el perro pastor esté hoy bien, que tiene que meter luego las cabras en el corral. Pero hay que tener cuidado con una de las cabras, una que tiene las paletas separadas, muerde cual lobo hambriento y da saltos de 360 en el aire como si de la cabra de Bruce Lee se tratase.
-¡To fuera eso, maolito, joé! Y termina el té, que debemos partir para la celebrasió del enésimo título de liga.
Maolito coge de nuevo su taza de té y procede a tomarse el último sorbo. De repente, se escucha un sonado temblor. Maolito y el Chirigotas se levantan repentinamente y contemplan el horror: la cabra Suárez se había escapado y había dejado con los pies por delante a su fiel perro pastor holandés. La cabra Suárez, sedienta de sangre, se embalaba hacia ellos.
(Inserte final de cualquier película de Tarantino). Fin."
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