Si parecía oro, relucía y pesaba como el oro, a lo mejor es que era oro lo que teníamos con Serra Ferrer.
Lo que funciona no se toca, y no es porque su gestión fuera brillante y la actual desastrosa, pero entre Serra y la afición existe una comunión que está por encima de las secretarias autómatas.
La única exigencia que muchos hemos conocido ha sido la suya.
Lo que funciona no se toca, y no es porque su gestión fuera brillante y la actual desastrosa, pero entre Serra y la afición existe una comunión que está por encima de las secretarias autómatas.
La única exigencia que muchos hemos conocido ha sido la suya.
Comentario