El Real Betis encajó seis goles ante el Rennes y cayó eliminado en los dieciseisavos de final de la Liga Europa. Fracaso sin paliativos en una eliminatoria que la mayoría de béticos daban por ganada desde el día del sorteo y en la que el equipo verdiblanco cometió numerosos errores en los dos partidos, demasiados, ante un rival que supo jugar sus bazas y se clasificó con toda justicia.

El palo ha sido duro, pero por fortuna no hay tiempo para lamentaciones y en las otras dos competiciones aún queda mucha madera que cortar. A cuatro puntos de la zona Champions en la Liga y a un partido de la final en la Copa del Rey. Tras los consabidos palos a Setién, a Serra, a Haro y a Catalán, los máximos responsables de todo lo bueno y lo malo que le ocurre al club y a su primer equipo, es hora de resetear. La decepción ha sido muy grande, pero una vez pase el mal trago debe servir para corregir el rumbo torcido en LaLiga, donde el equipo sólo ha ganado dos de los ocho últimos partidos (otros dos empatados y cuatro perdidos).

Tras el triunfo ante el Atlético de hace menos de tres semanas, el Betis suma cinco partidos sin ganar en todas las competiciones (Valencia en Copa, Leganés y Alavés en Liga y los dos choques con el Rennes en Europa) y en este arranque de 2019 ha quedado palmariamente claro que no tiene plantilla para pelear en tres frentes con garantías. Los previsibles problemas en los laterales se han multiplicado por las lesiones de Junior, Tello y Francis, y en la delantera es evidente que faltan futbolistas de nivel y no se entiende -o sí- la marcha de Tonny Sanabria en enero sin recambio específico, aunque los excelentes detalles que ha vuelto a mostrar este jueves Jesé permiten albergar esperanzas, pues el canario está empezando a dar mucho más de lo que la mayoría esperaba.

Setién, con buen criterio, priorizó la Copa desde comienzos de enero y en la Liga el equipo lo ha acusado. El revés ante el Rennes, ante el que salió con todo -apenas vi críticas al once inicial antes del partido-, es especialmente duro por inesperado, pero permitirá a los verdiblancos centrar todos sus esfuerzos en la pelea por las plazas europeas -incluida la cuarta- en los tres meses finales del Campeonato, una vez quede resuelta el jueves la semifinal copera de Mestalla. Sevilla y Valencia, dos de sus principales rivales en esa pelea -junto a Getafe, Alavés y Real Sociedad, que como el Athletic se ha venido arriba tras el KO copero-, siguen adelante en competición europea y van a tener más desgaste, aunque poseen plantillas más profundas y presupuestos muy superiores.

Ese del próximo jueves en Mestalla es el partido, con mayúsculas, que tienen los béticos ahora entre ceja y ceja, y hasta después del mismo no volverá a ser prioridad LaLiga. Los verdiblancos tienen dos objetivos preciosos por los que pelear y, tras el lógico disgusto europeo, no hay lugar para más lamentaciones y es hora de aparcar el cansino debate de cada postpartido sobre Setién al menos hasta final de temporada. Lo contrario sería pegarse un tiro en el pie. El entrenador es el máximo responsable del rendimiento del equipo, pero no el único. Y los balances conviene hacerlos a finales de temporada. En esta eliminatoria de Liga Europa el fracaso ha sido evidente, como evidente es que, después del jueves, eso permitirá al equipo centrar todos sus esfuerzos en LaLiga, donde se le abren nuevas perspectivas de remontada que no estaban nada claras de seguir vivo en todas las competiciones, pues la plantilla que hay es la que hay. Se puede armar un muy buen equipo, pero de plantillón -sin recambios para los laterales ni delanteros con gol-, nada de nada.

Pepe Elías.