Respuesta: Crónica de una muerte anunciada
Otro buen trabajo recopilatorio, si bien en este caso hay alguna cuestión que no comparto plenamente o sobre la que me surjen preguntas:
La primera, la certeza sobre la inmediatez del final de esta historia. Nunca he basado ni compromiso ni esperanzas en la inmediatez, sino en el horizonte, y siempre he considerado que la causa era una carrera a largo plazo. Sigo pensándolo, a pesar de que hayamos recorrido ya muchos kilómetros en los últimos 5 años. Y creo que es mucho mejor tomárselo así para evitar caer en la impaciencia, la desazón o el pesimismo por el paso del tiempo o por pequeñas batallas perdidas. Martilleando estóicamente mirando al sol, como decía aquel en 1958 que habíamos hecho durante más de una década.
La segunda, sobre la importancia de determinados personajes. Entiendo que la vocación del post es retratarlos a ellos también, aunque sean personajes secundarios, pero supongo que todos somos conscientes de que los actores principales que deben concentrar nuestra preocupación y actuación son el del busto, el del fijador y sus secuaces, el resto de okupas cómplices del denominado Consejo, el afamado despacho de abogados Montero Aramburu en el que prestan sus lucrativos servicios dos ex-fiscales y determinadas instancias judiciales con las que al parecer dicho despacho mantiene cordiales relaciones. Con semejante elenco, confieso que ni uno solo de los personajes del post -bien caracterizados en el mismo, por supuesto- merece mi atención inmediata.
Y la tercera, más que un matiz o discrepancia, es una pregunta al aire: ¿A qué o quién nos referimos con la frase "Ni olvido ni perdón"? Porque olvido, nunca: Jamás debemos olvidar que una inmensa mayoría ha colaborado en estos 18 años, en diferente medida y nivel de responsabilidad, en crear el monstruo y generar un inmenso fracaso colectivo. Igual que no deberemos olvidar que una inmensa mayoría se ha ido sumando para enmendar ese fracaso en los últimos 5 años, cada cual en su momento, cada cual en diferente medida y nivel de implicación. Y ojalá que siga habiendo suma, no seré yo quien haga un auto de fe a los conversos. Así pues, olvido nunca. Pero, ¿a quien negamos el perdón? Obviamente, no se lo negaremos a esa inmensa mayoría a la que antes me refería, ni a quienes "enmienden sus culpas". Y por supuesto nunca se lo daremos al del busto de bronce ni a sus cómplices fieles hasta más allá de su retirada, ni a sus bien pagados abogados ni a los que ha buscado como administradores de la liquidación. Pero tal vez cada cual tiene una percepción diferente de hasta donde debe llegar esta negativa de perdón, o cuales son las condiciones para el mismo. Me gustaría saber qué entendemos cada cual con esa frase.
Un saludo.
Otro buen trabajo recopilatorio, si bien en este caso hay alguna cuestión que no comparto plenamente o sobre la que me surjen preguntas:
La primera, la certeza sobre la inmediatez del final de esta historia. Nunca he basado ni compromiso ni esperanzas en la inmediatez, sino en el horizonte, y siempre he considerado que la causa era una carrera a largo plazo. Sigo pensándolo, a pesar de que hayamos recorrido ya muchos kilómetros en los últimos 5 años. Y creo que es mucho mejor tomárselo así para evitar caer en la impaciencia, la desazón o el pesimismo por el paso del tiempo o por pequeñas batallas perdidas. Martilleando estóicamente mirando al sol, como decía aquel en 1958 que habíamos hecho durante más de una década.
La segunda, sobre la importancia de determinados personajes. Entiendo que la vocación del post es retratarlos a ellos también, aunque sean personajes secundarios, pero supongo que todos somos conscientes de que los actores principales que deben concentrar nuestra preocupación y actuación son el del busto, el del fijador y sus secuaces, el resto de okupas cómplices del denominado Consejo, el afamado despacho de abogados Montero Aramburu en el que prestan sus lucrativos servicios dos ex-fiscales y determinadas instancias judiciales con las que al parecer dicho despacho mantiene cordiales relaciones. Con semejante elenco, confieso que ni uno solo de los personajes del post -bien caracterizados en el mismo, por supuesto- merece mi atención inmediata.
Y la tercera, más que un matiz o discrepancia, es una pregunta al aire: ¿A qué o quién nos referimos con la frase "Ni olvido ni perdón"? Porque olvido, nunca: Jamás debemos olvidar que una inmensa mayoría ha colaborado en estos 18 años, en diferente medida y nivel de responsabilidad, en crear el monstruo y generar un inmenso fracaso colectivo. Igual que no deberemos olvidar que una inmensa mayoría se ha ido sumando para enmendar ese fracaso en los últimos 5 años, cada cual en su momento, cada cual en diferente medida y nivel de implicación. Y ojalá que siga habiendo suma, no seré yo quien haga un auto de fe a los conversos. Así pues, olvido nunca. Pero, ¿a quien negamos el perdón? Obviamente, no se lo negaremos a esa inmensa mayoría a la que antes me refería, ni a quienes "enmienden sus culpas". Y por supuesto nunca se lo daremos al del busto de bronce ni a sus cómplices fieles hasta más allá de su retirada, ni a sus bien pagados abogados ni a los que ha buscado como administradores de la liquidación. Pero tal vez cada cual tiene una percepción diferente de hasta donde debe llegar esta negativa de perdón, o cuales son las condiciones para el mismo. Me gustaría saber qué entendemos cada cual con esa frase.
Un saludo.
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