Sabemos que desde hace años los equipos de fútbol españoles están supeditados a las directrices que mandan los operadores televisivos, pero hay cosas que rayan lo irracional; una de ellas es el horario aplicado al partido de la primera jornada entre el Real Betis y el Granada FC. A la taurina hora de las cinco de la tarde del mes de agosto, hora más propia de siesta gazpachera que de ver a unos señores corriendo detrás de un balón por muy de verdiblanco que vistan once de ellos. Es lo que hay, si queremos vamos al estadio y si no, nos quedamos en casa digiriendo los boquerones fritos, el gazpacho y el melón. Pero los jugadores no tienen más remedio que jugar y como modo de simpática protesta les propongo que salten al terreno de juego portando abanicos ( verdiblancos por supuesto ) y se abaniquen delante de las cámaras mientras saludan a los jugadores del conjunto granadino. Al menos sería una protesta graciosa. 


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