Recibe, serio y discreto, al periodista en la boca de los vestuarios. Con un tímido «hola» saluda y accede gentilmente a posar para el fotógrafo, que intenta —con poco éxito— sacarle una sonrisa. Los que lo describían como sereno, prudente y reservado acertaron al cien por cien, pero no hablaron de su coherencia en las respuestas, siempre sin querer sacar los pies del tiesto. Chechu Dorado analiza para ABC de Sevilla los quince días que lleva en el Betis, adonde llegó sin hacer ruido y, tal y como confiesa, «como dice el bolero, dejándolo todo cuando me llamó».
—Prácticamente tenía cerrada mi renovación con el Huesca, pero apareció la posibilidad de recalar en el Betis y no pude dejarla escapar. Nos enteramos —habla en plural, incluyendo a su mujer— del interés del Betis y lo paralizamos todo. Merecía la pena esperar.
—Una opción ilusionante, ¿verdad?
—Hombre, figúrese. Al principio sólo parecía un interés, pero había que esperar. Era el Betis. Ahora, quince días después, estoy ilusionado y con muchas ganas.
—¿Se ha encontrado el club que esperaba?
—Pues es que tampoco sabes cómo es por dentro antes de llegar. Venía de un equipo más pequeño, muy cercano, con dos o tres personas que manejan todo, pero te das cuenta de que es un equipo grande en cuanto llegas.
—¿Y de puertas para adentro?
—Sin ningún problema. También es cierto que pregunté a compañeros antes de llegar…
—¿Cómo? Cuénteme eso…
—Hombre, imagínese. En Huesca estuve con Doblas, Paco Gallardo, Moisés, Corona, Antonio Calderón de entrenador… Muchos tienen un pasado sevillista, pero les pregunté a todos y me dijeron que era una oportunidad importante para mí.
—Quizá el problema es que ha llegado en el verano más movido de los últimos quince.
—A mí me han firmado para jugar, lo de fuera no es problema mío. Tenemos que llegar bien para el partido del Granada y, mientras, prepararnos bien.
—Su fichaje no ha sido mediático. ¿Puede presentarse y decirle al aficionado cómo es?
—Poco a poco se darán cuenta de cómo soy. Lo que está claro es que vengo a un reto personal, de los que no había tenido antes, y no voy a escatimar fuerzas para llevar al Betis al sitio que se merece.
—Llega a un puesto «maldito» en las últimas temporadas, sin un referente claro…
—Lo sé, pero al final se trata de fútbol, de días mejores y peores, pero nunca se sale con la intención de hacerlo mal. Quizá algunos se esperen otra cosa, pero lo importante es tener la conciencia tranquila.
—¿Qué tal se trabaja con Pepe Mel?
—Pues de momento, bien. Son quince días, pero está intentando que asimilemos su manera de trabajar, su estilo de juego y de que nos acostumbremos a sus cosas, que serán para el bien del grupo.
—¿Ha sido su principal valedor?
—Del cuerpo técnico conocía a Jesús Paredes, con el que coincidí en el Huesca, y es el que, según sé, ha apostado por mí bastante fuerte.
—Pero se le ha relacionado con Carlos Bucero…
—Me enteré del interés por Paredes y luego hablé con Bucero. No sabía de dónde venía ni nada. No lo conocía, si esa es la pregunta…
—¿De nada?
—De oídas, nada más. No sé por qué se han dicho ciertas cosas.
—¿Ya notó las diferencias entre una plantilla hecha para subir de otra para no bajar?
—Pues sí, se notan las diferencias. En el Huesca no había internacionales, aquí sí, pero al final sé que en Segunda división la calidad no garantiza el ascenso. Con gente de nivel es mucho mejor, pero es el bloque y pelear más que el rival lo que te da el ascenso.
—Tras ver la plantilla, ¿se explica por qué no subió el año pasado?
—Tenía que haber seguido al Betis durante toda la temporada para saber qué le pasó, pero lo que sé es que en Segunda, o corres más que el rival o no tienes nada que hacer. Hay jugadores que pueden despuntar por sus individualidades, pero la mayoría de equipos se basan en el trabajo, en estar cerrados y en el balón parado. Los goles suelen ser despistes tuyos, no cosas buenas de los rivales.
—Hombre, un vestuario fuerte también ayuda, ¿no?
—Una temporada tan larga como es la de Segunda, mientras más fuerte sea el grupo, mejor estará todo. El vestuario del Huesca era de los mejores que he vivido y aquí se respira un ambiente igual. Así los momentos malos serán compensados rápidamente.
—¿Considera que los cambios en la plantilla hay que terminarlos cuanto antes?
—¿Lo dice por Emana y Sergio?
—Claro.
—Ojalá se pudieran quedar, pero si tienen que salir, mientras antes, mejor, sobre todo por el míster, que es el que debe saber con qué plantilla cuenta para trabajar. Y si llega gente, igual, mientras antes…
—Por cierto, ¿cree que debe llegar otro defensa?
—Pues lo mío no es fichar, pero en los amistosos el nivel defensivo ha sido muy alto. Todos hemos rendido a un buen nivel y, aunque nos metan goles, son errores puntuales, no fallos defensivos. Si tiene que venir y es para sumar, será bienvenido.
—La verdad es que el equipo ha estado bien a pesar de los rivales.
—Fíjese que mientras otros han cogido equipos de menor categoría, nosotros hemos ido al contrario, contra más fuertes. De todos modos, hemos estado a buen nivel y se trata de coger forma. Los resultados dan igual hasta el final de este mes.
—¿Qué opina del asunto del Hércules?
—Prefiero ni pensar en eso. Estamos centrados en que vamos a estar en Segunda. Si luego sale… Pero no creo, se crearía un precedente bastante peligroso. Además, todos los años hay rumores, sospechas, aunque si el Betis se beneficia, mejor.
—Hombre, la afición se lo merecería… ¿Se atreve a pedirle algo?
—No, al final seremos nosotros los que tendremos que darles. No podemos pedirles otra cosa que comprensión. Seguro que estarán con nosotros a poco que les demos. Desde aquí creo que se le ve más pequeña, al estar acostumbrados, pero desde fuera sorprende. Bastante. No es una afición cualquiera tanto en los buenos como en los malos momentos. En eso el Betis también demuestra que es grande.
Alfinaldelapalmera.com
—Prácticamente tenía cerrada mi renovación con el Huesca, pero apareció la posibilidad de recalar en el Betis y no pude dejarla escapar. Nos enteramos —habla en plural, incluyendo a su mujer— del interés del Betis y lo paralizamos todo. Merecía la pena esperar.
—Una opción ilusionante, ¿verdad?
—Hombre, figúrese. Al principio sólo parecía un interés, pero había que esperar. Era el Betis. Ahora, quince días después, estoy ilusionado y con muchas ganas.
—¿Se ha encontrado el club que esperaba?
—Pues es que tampoco sabes cómo es por dentro antes de llegar. Venía de un equipo más pequeño, muy cercano, con dos o tres personas que manejan todo, pero te das cuenta de que es un equipo grande en cuanto llegas.
—¿Y de puertas para adentro?
—Sin ningún problema. También es cierto que pregunté a compañeros antes de llegar…
—¿Cómo? Cuénteme eso…
—Hombre, imagínese. En Huesca estuve con Doblas, Paco Gallardo, Moisés, Corona, Antonio Calderón de entrenador… Muchos tienen un pasado sevillista, pero les pregunté a todos y me dijeron que era una oportunidad importante para mí.
—Quizá el problema es que ha llegado en el verano más movido de los últimos quince.
—A mí me han firmado para jugar, lo de fuera no es problema mío. Tenemos que llegar bien para el partido del Granada y, mientras, prepararnos bien.
—Su fichaje no ha sido mediático. ¿Puede presentarse y decirle al aficionado cómo es?
—Poco a poco se darán cuenta de cómo soy. Lo que está claro es que vengo a un reto personal, de los que no había tenido antes, y no voy a escatimar fuerzas para llevar al Betis al sitio que se merece.
—Llega a un puesto «maldito» en las últimas temporadas, sin un referente claro…
—Lo sé, pero al final se trata de fútbol, de días mejores y peores, pero nunca se sale con la intención de hacerlo mal. Quizá algunos se esperen otra cosa, pero lo importante es tener la conciencia tranquila.
—¿Qué tal se trabaja con Pepe Mel?
—Pues de momento, bien. Son quince días, pero está intentando que asimilemos su manera de trabajar, su estilo de juego y de que nos acostumbremos a sus cosas, que serán para el bien del grupo.
—¿Ha sido su principal valedor?
—Del cuerpo técnico conocía a Jesús Paredes, con el que coincidí en el Huesca, y es el que, según sé, ha apostado por mí bastante fuerte.
—Pero se le ha relacionado con Carlos Bucero…
—Me enteré del interés por Paredes y luego hablé con Bucero. No sabía de dónde venía ni nada. No lo conocía, si esa es la pregunta…
—¿De nada?
—De oídas, nada más. No sé por qué se han dicho ciertas cosas.
—¿Ya notó las diferencias entre una plantilla hecha para subir de otra para no bajar?
—Pues sí, se notan las diferencias. En el Huesca no había internacionales, aquí sí, pero al final sé que en Segunda división la calidad no garantiza el ascenso. Con gente de nivel es mucho mejor, pero es el bloque y pelear más que el rival lo que te da el ascenso.
—Tras ver la plantilla, ¿se explica por qué no subió el año pasado?
—Tenía que haber seguido al Betis durante toda la temporada para saber qué le pasó, pero lo que sé es que en Segunda, o corres más que el rival o no tienes nada que hacer. Hay jugadores que pueden despuntar por sus individualidades, pero la mayoría de equipos se basan en el trabajo, en estar cerrados y en el balón parado. Los goles suelen ser despistes tuyos, no cosas buenas de los rivales.
—Hombre, un vestuario fuerte también ayuda, ¿no?
—Una temporada tan larga como es la de Segunda, mientras más fuerte sea el grupo, mejor estará todo. El vestuario del Huesca era de los mejores que he vivido y aquí se respira un ambiente igual. Así los momentos malos serán compensados rápidamente.
—¿Considera que los cambios en la plantilla hay que terminarlos cuanto antes?
—¿Lo dice por Emana y Sergio?
—Claro.
—Ojalá se pudieran quedar, pero si tienen que salir, mientras antes, mejor, sobre todo por el míster, que es el que debe saber con qué plantilla cuenta para trabajar. Y si llega gente, igual, mientras antes…
—Por cierto, ¿cree que debe llegar otro defensa?
—Pues lo mío no es fichar, pero en los amistosos el nivel defensivo ha sido muy alto. Todos hemos rendido a un buen nivel y, aunque nos metan goles, son errores puntuales, no fallos defensivos. Si tiene que venir y es para sumar, será bienvenido.
—La verdad es que el equipo ha estado bien a pesar de los rivales.
—Fíjese que mientras otros han cogido equipos de menor categoría, nosotros hemos ido al contrario, contra más fuertes. De todos modos, hemos estado a buen nivel y se trata de coger forma. Los resultados dan igual hasta el final de este mes.
—¿Qué opina del asunto del Hércules?
—Prefiero ni pensar en eso. Estamos centrados en que vamos a estar en Segunda. Si luego sale… Pero no creo, se crearía un precedente bastante peligroso. Además, todos los años hay rumores, sospechas, aunque si el Betis se beneficia, mejor.
—Hombre, la afición se lo merecería… ¿Se atreve a pedirle algo?
—No, al final seremos nosotros los que tendremos que darles. No podemos pedirles otra cosa que comprensión. Seguro que estarán con nosotros a poco que les demos. Desde aquí creo que se le ve más pequeña, al estar acostumbrados, pero desde fuera sorprende. Bastante. No es una afición cualquiera tanto en los buenos como en los malos momentos. En eso el Betis también demuestra que es grande.
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