Todos empujan para que gordillo acepte
Rafa Gordillo no habrá ido a ninguna universidad para prepararse en economía y leyes, como es evidente, pero tiene un profundo sentido de la responsabilidad, sobre todo cuando se trata del Betis. Por eso está decidido a aceptar la proposición de la jueza Alaya para hacerse cargo de la representación de las acciones de Farusa, las que Lopera dice que vendió a Luis Oliver.
Gordillo, porque así lo cree y porque así se lo hace llegar su gente más allegada, se va a meter en un lío, pero por el Betis. Sabe que es un momento clave y que el futuro del club, hasta que el horizonte judicial esté más despejado, se está jugando en estos momentos y que su figura se ha convertido en muy importante. Por eso, si no aparecen complicaciones, está decidido a entrar en la operación para desalojar a algunos okupas que se han colado en el consejo de administración del Betis.
Pero Gordillo quiere garantías. Quiere las armas en sus manos para poder confeccionar un consejo de administración de béticos. No quiere aceptar esa representación, incluso estar en el consejo, pero no poder meterle mano a la hiriente situación de Oliver al frente de la nave. De hecho, ya se vio en el pasado consejo que Oliver, pese a tener dos accciones, ganó por goleada a Rufino y Castaño. Por eso quiere que la jueza le garantice que se pueda convocar con carácter urgente una Junta General Extraordinaria en la que tenga sentido la fuerza de esa mayoría de acciones de Farusa que controlaría Gordillo, asesorado por béticos de toda la vida. Otra vía es la entrar lo antes posible en el consejo, con algún miembro más de su confianza, y tener mayoría para de momento quitar de enmedio a Oliver y León, que no olviden que el actual presidente está bendeciendo la actual situación de forma indigna y descarada. Lo que no quiere Gordillo es aceptar esta enorme responsabilidad y encima no tener opción de hacer nada a corto plazo.
Gordillo es tremendamente independiente, y la decisión al final la va a tomar él y nada más que él, pero en los últimos tiempos ha tenido contactos serios con la oposición a Lopera, que en realidad es casi todo el beticismo, incluso para asumir algún cargo de relevancia en la cantera en el nuevo Betis. Todos los opositores le van a empujar para que acepte la tremenda responsabilidad de asumir la representación del paquete mayoritario del Real Betis, haciéndole el camino todo lo llano que sea posible.
No se descarta, ni mucho menos, que en el consejo de Gordillo, por llamarlo de algún modo, tengan cabida incluso Manolo Castaño y Rufino González, porque se busca unir a todo el mundo que se siente bético.
En cualquier caso, la semana que viene, antes de que la jueza se marcha de vacaciones (4 de agosto) tiene que estar todo más o menos claro.
http://www.muchodeporte.com/?secc=2&id=7339
Rafa Gordillo no habrá ido a ninguna universidad para prepararse en economía y leyes, como es evidente, pero tiene un profundo sentido de la responsabilidad, sobre todo cuando se trata del Betis. Por eso está decidido a aceptar la proposición de la jueza Alaya para hacerse cargo de la representación de las acciones de Farusa, las que Lopera dice que vendió a Luis Oliver.
Gordillo, porque así lo cree y porque así se lo hace llegar su gente más allegada, se va a meter en un lío, pero por el Betis. Sabe que es un momento clave y que el futuro del club, hasta que el horizonte judicial esté más despejado, se está jugando en estos momentos y que su figura se ha convertido en muy importante. Por eso, si no aparecen complicaciones, está decidido a entrar en la operación para desalojar a algunos okupas que se han colado en el consejo de administración del Betis.
Pero Gordillo quiere garantías. Quiere las armas en sus manos para poder confeccionar un consejo de administración de béticos. No quiere aceptar esa representación, incluso estar en el consejo, pero no poder meterle mano a la hiriente situación de Oliver al frente de la nave. De hecho, ya se vio en el pasado consejo que Oliver, pese a tener dos accciones, ganó por goleada a Rufino y Castaño. Por eso quiere que la jueza le garantice que se pueda convocar con carácter urgente una Junta General Extraordinaria en la que tenga sentido la fuerza de esa mayoría de acciones de Farusa que controlaría Gordillo, asesorado por béticos de toda la vida. Otra vía es la entrar lo antes posible en el consejo, con algún miembro más de su confianza, y tener mayoría para de momento quitar de enmedio a Oliver y León, que no olviden que el actual presidente está bendeciendo la actual situación de forma indigna y descarada. Lo que no quiere Gordillo es aceptar esta enorme responsabilidad y encima no tener opción de hacer nada a corto plazo.
Gordillo es tremendamente independiente, y la decisión al final la va a tomar él y nada más que él, pero en los últimos tiempos ha tenido contactos serios con la oposición a Lopera, que en realidad es casi todo el beticismo, incluso para asumir algún cargo de relevancia en la cantera en el nuevo Betis. Todos los opositores le van a empujar para que acepte la tremenda responsabilidad de asumir la representación del paquete mayoritario del Real Betis, haciéndole el camino todo lo llano que sea posible.
No se descarta, ni mucho menos, que en el consejo de Gordillo, por llamarlo de algún modo, tengan cabida incluso Manolo Castaño y Rufino González, porque se busca unir a todo el mundo que se siente bético.
En cualquier caso, la semana que viene, antes de que la jueza se marcha de vacaciones (4 de agosto) tiene que estar todo más o menos claro.
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