Ayer el que se equivoca de todas todas es el entrenador. Y no tanto en el once o en el planteamiento inicial como en el desarrollo del partido.
El partido pedía a gritos en la segunda parte que hubiera quitado a un central por un delantero. Y ese delantero que tenía que entrar desde el banquillo no era Sanabria, era León. No ves que el problema no es el remate o la acumulación de hombres, que el problema es que cuando se llega a tres cuartos tienes a dos o tres jugadores quietos entres diez. Te dejaban llevar la jugada a banda y allí te la ahogaba. Una y otra vez. Vas a meter Sanabria mi alma. Mete movilidad, mete desmarque, mete alguien de otro perfil a lo que tenías.
El partido pedía a gritos en la segunda parte que hubiera quitado a un central por un delantero. Y ese delantero que tenía que entrar desde el banquillo no era Sanabria, era León. No ves que el problema no es el remate o la acumulación de hombres, que el problema es que cuando se llega a tres cuartos tienes a dos o tres jugadores quietos entres diez. Te dejaban llevar la jugada a banda y allí te la ahogaba. Una y otra vez. Vas a meter Sanabria mi alma. Mete movilidad, mete desmarque, mete alguien de otro perfil a lo que tenías.
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