ya no se si hablas en serio , si estas usando el gafe, el contragafe o si hablas en logica negada.

No, me he cansado ya, sinceramente. El problema es que no son 4 como yo creía, es que es el Beticon y todos los que le dais me gusta y todos los que le siguen el juego.

Si queréis una opinión, que la de Probetis o quien esté dispuesto a hacerlo, que lo respeto, pero yo me voy ahorrar mi opinión. Si no, por supuesto, podéis preguntarle a beticon que él siempre lo sabe todo, pues ha conocido la verdad.

Muchas gracias por tu respuesta y comprensión, pero he tomado la decisión. Un saludo.

Ella gasta alguna pequeña broma y ambos reís mientras os dejáis caer sobre la hierba. La temperatura es agradable, una suave brisa agita las copas de los árboles. Ella sigue mirando, pero ya no la escuchas. Solo la miras y piensas en lo extremadamente hermosa que es, y en que harías lo que fuera por verla sonreír. En pleno ensimismamiento te da un toquecito y te pregunta si la estás escuchando, a lo que no sabes muy bien qué responder, algo avergonzado. Ella ríe y le quita importancia, no le ha molestado.

Quedáis entonces en silencio, observando las nubes mientras algún insecto interrumpe con su zumbido la tranquilidad dominante. La vuelves a mirar, y ella te devuelve sus ojos color miel.

-¿Quieres jugar a ver las formas de las nubes?

-Vale.

Accedes al juego como hubieras accedido a recorrer descalzo kilómetros de brasas ardiendo. Lo que sea por aquellos ojos.

-Mira, esa tiene forma de hipopótamo.

-¿Eh? No lo veo.

-Sí, tienes que imaginar que la parte de la izquierda es su boca.

-¡Ah, ya!

-¡Y esa otra tiene forma de barco pirata!

-¡Sí, y aquella parece un delfín!

-Un poco gordo para ser un delfín, ¿No?

-Bueno, es una delfina embarazada.

Reís. Vuelves a perderte en su inmensidad. Tan absorto estás en cada detalle que puebla su rostro que tardas en percibir su expresión preocupada.

-¿Qué pasa?

No responde y mantiene la vista fija en el cielo. Extrañado, decides imitarla, ansioso por descifrar el misterio de su angustia. No tardas en desubrirlo.

-No puede ser.

En lugar de su habitual forma irregular, en el cielo ha aparecido una nube de un diseño bien definido. Su blancura esponjosa parece, por increíble que pueda parecer, contener un mensaje, unas letras, que inundan el reino celeste con un claro y conciso mensaje:

VENDO OPEL CORSA.

Escucha, Morty. Lamento decirlo, pero lo que la gente llama 'amor' es sólo una reacción química que motiva a los animales a aparearse. Es un golpe duro, Morty, y lentamente se desvanece dejándote varado en un matrimonio fallido. Yo lo hice. Tus padres lo harán.

Rompe el ciclo, Morty. Álzate por encima. Enfócate en la ciencia

Triste es usted, don Notorious. Qué puede haber más placentero que la suprema satisfacción, el incomparable clímax, de dar 'zascas' [sic] en un foro de internet para tratar de subsanar las carencias afectivas de cada cuál? O para alejarse de desagradables e irrefrenables actos de corrupción del alma tales como el canibalismo o el visionado compulsivo de vídeos Juan Ramón Rallo en youtube.

La culpa de no disfrutar de citar a alguien sólo para faltarle al respeto, llamarlo "cuñao de barra de bar" o poder restregarle con orgullo un "TE LO DIJE" cuando alguna de sus opiniones no se vean refrendadas por la realidad es suya y sólo suya. Ponga los pies en la tierra de una vez, baje al barro y suelte todas sus excrecencias dialectales aquí. Sin pudor.



PD: I love you, honeybear.

Ella gasta alguna pequeña broma y ambos reís mientras os dejáis caer sobre la hierba. La temperatura es agradable, una suave brisa agita las copas de los árboles. Ella sigue mirando, pero ya no la escuchas. Solo la miras y piensas en lo extremadamente hermosa que es, y en que harías lo que fuera por verla sonreír. En pleno ensimismamiento te da un toquecito y te pregunta si la estás escuchando, a lo que no sabes muy bien qué responder, algo avergonzado. Ella ríe y le quita importancia, no le ha molestado.

Quedáis entonces en silencio, observando las nubes mientras algún insecto interrumpe con su zumbido la tranquilidad dominante. La vuelves a mirar, y ella te devuelve sus ojos color miel.

-¿Quieres jugar a ver las formas de las nubes?

-Vale.

Accedes al juego como hubieras accedido a recorrer descalzo kilómetros de brasas ardiendo. Lo que sea por aquellos ojos.

-Mira, esa tiene forma de hipopótamo.

-¿Eh? No lo veo.

-Sí, tienes que imaginar que la parte de la izquierda es su boca.

-¡Ah, ya!

-¡Y esa otra tiene forma de barco pirata!

-¡Sí, y aquella parece un delfín!

-Un poco gordo para ser un delfín, ¿No?

-Bueno, es una delfina embarazada.

Reís. Vuelves a perderte en su inmensidad. Tan absorto estás en cada detalle que puebla su rostro que tardas en percibir su expresión preocupada.

-¿Qué pasa?

No responde y mantiene la vista fija en el cielo. Extrañado, decides imitarla, ansioso por descifrar el misterio de su angustia. No tardas en desubrirlo.

-No puede ser.

En lugar de su habitual forma irregular, en el cielo ha aparecido una nube de un diseño bien definido. Su blancura esponjosa parece, por increíble que pueda parecer, contener un mensaje, unas letras, que inundan el reino celeste con un claro y conciso mensaje:

VENDO OPEL CORSA.

A mí cada vez me está gustando menos que Carvalho vaya a venir al Real Betis.

Aunque sería un fichajazo, me plantea muchas dudas sus propias dudas de venir. Segundo plato por si el Super Mónaco no le llama. Mire usted, aquí el que venga con ilusión y máxima implicación

ella gasta alguna pequeña broma y ambos reís mientras os dejáis caer sobre la hierba. La temperatura es agradable, una suave brisa agita las copas de los árboles. Ella sigue mirando, pero ya no la escuchas. Solo la miras y piensas en lo extremadamente hermosa que es, y en que harías lo que fuera por verla sonreír. En pleno ensimismamiento te da un toquecito y te pregunta si la estás escuchando, a lo que no sabes muy bien qué responder, algo avergonzado. Ella ríe y le quita importancia, no le ha molestado.

Quedáis entonces en silencio, observando las nubes mientras algún insecto interrumpe con su zumbido la tranquilidad dominante. La vuelves a mirar, y ella te devuelve sus ojos color miel.

-¿quieres jugar a ver las formas de las nubes?

-vale.

Accedes al juego como hubieras accedido a recorrer descalzo kilómetros de brasas ardiendo. Lo que sea por aquellos ojos.

-mira, esa tiene forma de hipopótamo.

-¿eh? No lo veo.

-sí, tienes que imaginar que la parte de la izquierda es su boca.

-¡ah, ya!

-¡y esa otra tiene forma de barco pirata!

-¡sí, y aquella parece un delfín!

-un poco gordo para ser un delfín, ¿no?

-bueno, es una delfina embarazada.

Reís. Vuelves a perderte en su inmensidad. Tan absorto estás en cada detalle que puebla su rostro que tardas en percibir su expresión preocupada.

-¿qué pasa?

No responde y mantiene la vista fija en el cielo. Extrañado, decides imitarla, ansioso por descifrar el misterio de su angustia. No tardas en desubrirlo.

-no puede ser.

En lugar de su habitual forma irregular, en el cielo ha aparecido una nube de un diseño bien definido. Su blancura esponjosa parece, por increíble que pueda parecer, contener un mensaje, unas letras, que inundan el reino celeste con un claro y conciso mensaje:

Vendo opel corsa.